Este modelo no va más, hay otra salida

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El 2014 comenzó con un verano caliente. No solamente por las agobiantes temperaturas, sino por la bronca popular ante la inflación, los cortes de luz y otros problemas derivados del fracaso del modelo K. Con el poder en baja y Cristina oculta en la trastienda, los K hacen los deberes decargando un creciente ajuste. Massa, Binner, Macri, pejotistas y progresistas – radicales, así como los viejos dirigentes sindicales, critican pero terminan avalando. Ninguno quiere «hacer olas» comprometiendo la gobernabilidad. Y ninguno tiene una salida distinta a las recetas capitalistas. Desde el MST-Nueva Izquierda proponemos medidas de emergencia, una salida obrera y popular a la crisis.

Mientras en Capital, Gran Buenos Aires, Córdoba, Rosario y otras ciudades siguen castigando con los cortes de luz y agua, ni el gobierno ni la oposición hacen nada. Las diatribas de Capitanich contra las empresas, son solamente pirotecnia para las conferencias de prensa. No sólo no se reestatizó nada, sino que tampoco hay un programa que apunte a embargarles por lo que no invirtieron y/o para que devuelvan los subsidios que se robaron porque el gobierno las dejó correr sin control. La postal de protestas barriales y piquetes cargados de bronca, es solamente el telón de fondo para un país castigado por la crisis del modelo capitalista estilo K que está naufragando.

Junto a la crisis energética, la inflación, los recortes presupuestarios sociales y el parate industrial, son los principales expresiones de que la crisis nos la quieren hacer pagar a nosotros.
Suben aceleradamente los alimentos, los combustibles, hubo un boletazo de transporte (que lleva acumulado un 130% de aumento en un año) y los salarios, jubilaciones y planes sociales se han transformado en las principales variables de ajuste. En sólo 100 días perdieron el 20% del poder adquisitivo.

La crisis es un hecho. Es que la plata de la famosa «década ganada » no se aprovechó para resolver los problemas estructurales del país. Los K mantuvieron el mismo modelo de servicios privatizados y pago de la deuda externa que en los ‘90 y ahora que la crisis capitalista internacional ha ingresado en el país, se demuestra que los problemas estructurales no fueron soluciona-dos y vuelven a castigar a los de abajo.

La «oposición» tampoco tiene una salida alternativa 

Frente a la crisis acelerada del gobierno, con Cristina borrada y un desgaste demasiado precoz de Capitanich, los personajes de la oposición han salido muy cuidadosamente a capitalizar ese clima y a hacer algunas propuestas, pero nadie quiere echar leña al fuego. Todos sostienen la gobernabiliad, pero asimismo, aunque barnicen como novedosas algunas de sus propuestas, ninguno tiene una salida verdaderamente alternativa, son parte de la vieja política y defensores de un modelo capitalista más normal.

Mientras el gobierno finge «cuidar» los precios y Binner no dice nada, fue Massa quien planteó «cinco medidas» para supuestamente combatir la inflación. El tema es que son medidas para estimular a los sectores industria-les y no a los trabajadores. Plantea un ajuste automático del impuesto a las ganancias sobre los salarios pero no anular ese gravamen ultra-regresivo; plantea eliminar las retenciones para el campo y no segmentarlas para favorecer a los grandes terratenienbtes y pooles entre otras medidas de «estímulo» para la actividad privada; financiando todo con «créditos internacionales». Por eso está muy de acuerdo en que se recompongan relaciones con el Club de París para «volver a los mercados».

Asimismo se lanzo con medidas efectistas proponiendo la suspensión de los despidos por 180 días, claro que sobre la base de que el estado sostenga con grandes sumas a los empresarios pagando los salarios mediante «repros». Siempre medidas se subsidio a los empresarios.

Que la crisis la paguen los de arriba

Desde el MST Nueva izquierda, creemos que hay otra salida a la crisis. Para lo cual hay que tomar medidas de emergencia que decididamente vuelquen los recursos a satisfacer las necesidades más urgentes de los trabajadores y los sectores populares castigados por la crisis. Plata hay. Para ello hay que evitar que ese dinero siga engordando los bolsillos de los grandes empresarios, banqueros y terratenientes y las arcas de los usureros externos. Junto a la pelea por el salario y las condiciones de trabajo, por la vuelta de la luz y los problemas del barrio, tenemos que encarar la lucha por un nuevo modelo económico, un plan alternativo obrero y popular al servicio del cual hacemos nuestras propuestas.

Para que la crisis la paguen los de arriba y no los trabajadores y el pueblo
Plan de emergencia obrero y popular

  • Plata ya para los trabajadores y el pueblo. Aumento general de salarios, jubilaciones, pensiones y planes sociales acorde al valor de la canasta familiar con reajuste automático trimestral, de acuerdo al costo de vida real. Salario mínimo de 9.000 pesos y paritarias sin techo. La plata de la ANSES no puede utilizarse para otros fines que no sean garantizar una jubilación con el 82% móvil, con un sistema estatal único, controlado por trabajadores y jubilados.
  • Prohibición por ley de despidos y suspensiones. Si aun así las patronales despiden hay que expropiar la empresa sin indemnización, nacionalizarla y mantener la producción bajo control obrero. Apertura de los libros de toda empresa que aduzca pérdidas. Abolición del secreto comercial y bancario. Garantizar el reparto de las horas de trabajo y reducción de la jornada laboral a 6 horas sin disminución de salario.
  • Basta de inflación. Control estricto de precios por las organizaciones populares sobre los grandes formadores de precios con sanciones ejemplares para los empresarios que los aumenten y aplicación de la Ley de Abastecimiento. Eliminación del IVA de los productos de consumo popular.
  • Inmediata puesta en marcha de un plan de emergencia para responder a la crisis energética. Ejecución de las obras hidráulicas y de infraestructura energética pendientes. Reestatización de las empresas de energía, del petróleo y el gas con control social. 
  • Ni un solo dólar al exterior, al Club de París y los bonistas. No al pago de de la deuda externa ilegítima y fraudulenta. No pago de las deudas públicas provinciales fraudulentas. Aumento de emergencia de los presupuestos de salud, educación y desarrollo social acorde a las necesidades populares. Nacionalizar la banca, el comercio exterior y reestatizar las empresas privatizadas de servicios y transporte, bajo control social. Créditos blandos para los pequeños productores.
  • Que paguen más los que más tienen; reforma tributaria progresiva. Anulación de los impuestos al consumo popular y al salario. Gravar fuertemente el juego, la renta financiera y minera y a los grandes capitalistas de la ciudad y el campo. Retenciones agrarias segmentadas, regionalizadas y coparticipables.

Guillermo Pacagnini

centralGuille


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