El día después del paro

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Conclusiones y tareas para los trabajadores y la izquierda

La contundencia del paro fue indiscutible y el movimiento obrero pegó como un solo puño. El gobierno y la burocracia sindical oficialista fueron los primeros destinatarios. Las alternativas de recambio que prepara el régimen también estuvieron contra la medida, y no capitalizaron lo que ocurrió. El paro fue grande pese a la desconfianza en Moyano y Barrionuevo que convocaron tarde y de manera pasiva. La izquierda fue un protagonista y tiene un gran espacio por aprovechar. La construcción de una unidad amplia y plural es una necesidad impostergable y el 1° de Mayo puede servirnos para avanzar en ese camino.

Sacar las conclusiones políticas centrales sobre cómo ha quedado el escenario político luego del paro tiene una gran importancia. De ellas se desprenden las tareas inmediatas que tenemos que asumir para aprovechar integralmente lo que acaban de protagonizar los trabajadores de nuestro país.

Un golpe al gobierno y sus burócratas amigos

La desesperación por negar lo innegable no hace más que confirmar que el gobierno recibió un gran golpe con el paro. El del 12 de noviembre de 2012 había sido importante, pero el del 10 de abril fue más fuerte y además encuentra al kirchnerismo en un momento de mayor debilidad. Caló y Yasky se jugaron a que el paro fracase, incluso varios de sus laderos se incineraron en los medios defendiendo el derecho a trabajar mientras millones se sumaban a la protesta.
No estamos hablando de un golpe cualquiera. Se trata de un cachetazo de grandes sectores de los trabajadores, que rechazaron la política del gobierno y la inacción de los burócratas oficialistas. Y no fue en las urnas, esta vez la demostración se hizo paralizando el país.
La negativa a dar soluciones va de la mano con la profun-dización del giro conservador en la política del kirchnerismo. Es de esperarse, entonces, que la grieta con el gobierno siga creciendo en amplios sectores del movimiento obrero.

La oposición, contra el paro

Este dato político no nos sorprende, pero no por eso carece de importancia. Massa, Macri, Cobos, Binner, la UCR. Ninguno de estos referentes y espacios políticos, que son apuntalados por el sistema como posibles variantes de recambio para 2015, se pronunció a favor de la medida de lucha de los trabajadores. Varios hablaron contra los piquetes. Ya habíamos visto la misma política frente a la heroica huelga docente en la provincia de Buenos Aires, donde se pusieron a sostener a Scioli.
Mostraron una vez más que, cuando se trata de los grandes problemas del país y los reclamos del movimiento de masas, no tienen nada que ofrecer. Por eso acompañan las medidas de ajuste allí donde gobiernan. Junto con eso aflora la esencia anti obrera y reaccionaria que está detrás de todos esos proyectos, que no tienen nada que ver con los de abajo. Así las cosas, quedaron a contramano de la situación que se da por abajo y no se han fortalecido como expresiones políticas luego del paro.

Más allá de Moyano y Barrionuevo

Los trabajadores pararon a pesar de que una gran parte no comparte ni el modelo sindical ni las posiciones políticas de Moyano y Barrionuevo. Una sana desconfianza absolutamente justificada. Porque ya están hartos de esta vieja dirigencia que hace décadas que está atornillada a los sillones. Que se han enriquecido con los aportes sindicales, el dinero de las obras sociales y otros negociados que los transformaron en dirigentes ricos mientras las bases están empobrecidas. En esto, como parte de la vieja burocracia, no se diferencian de los dirigentes oficialistas. En sus sindicatos prima el pensamiento único, las medidas inconsultas, los mandatos interminables. Y en sus posiciones políticas siempre terminan apoyando variantes del viejo PJ.

Protagonismo de la izquierda

Aunque era lo que se habían propuesto, Moyano y Barrionue-vo no lograron capitalizar la jornada como actores principales y exclusivos y con el formato dominguero. Junto con la masividad y fuerza del paro, el otro dato saliente fue que la izquierda y el sindicalismo combativo surgieron como un polo que le dio carácter activo al paro. Y que fue visto con simpatía por sectores que querían parar y al mismo tiempo diferenciarse de los dirigentes cegetistas.
Desde la mañana las columnas y los principales referentes de la izquierda estuvieron en piquetes y movilizaciones en los principales accesos y puntos del país. Con la decisión de movilizar se tuvo un canal para expresar la opinión de miles y miles de trabajadores que querían un paro activo, con marchas, cortes y actos, que evidenciara la adhesión a la medida de fuerza y la voluntad de pelear para conseguir nuestros reclamos.
Esta ubicación de la izquierda se sostuvo a pesar de la definición de las CGTs de Moyano y Barrionuevo que lanzaron un paro sin actos ni movilizaciones. Lamentablemente, la CTA acompañó esta decisión y se desdibujó como alternativa ante grandes sectores del movimiento obrero.
Fruto de una política correcta, los sectores de izquierda nos jugamos a movilizar señalamos un rumbo para pelear por la continuidad del plan de lucha y por desarrollar el sindicalismo antiburocrático desde abajo.

La necesidad de una alternativa unitaria y plural

Una de las claves para que la izquierda juegue el papel que antes decimos, fue la movilización unitaria de sus fuerzas. La confluencia de los distintos agrupa-mientos y partidos de izquierda en los piquetes y cortes nos permitió ocupar un espacio importante, de gran protagonismo por fuera de las centrales convocantes. Pero para avanzar en lo que viene, la unidad de acción en las marchas no alcanza.
Son millones los que se alejan del gobierno y no ven a la oposición de derecha como una salida. Tenemos que ser capaces de poner en pie un gran frente o movimiento político de toda la izquierda política y social, para dar batalla contra los partidos y políticos del sistema. Marchamos juntos y coincidimos en el programa en la jornada de lucha del 12 de marzo; también el 24 de marzo y ahora lo hicimos en el paro. Tenemos importantes acuerdos, que podrían ser la base de un programa anticapitalista, alrededor del cual unirnos todos. Y para que la batalla electoral que se viene nos encuentre juntos, tenemos que participar juntos de las primarias y comprometernos a respetar los resultados que de allí surjan, garantizando una lista de unidad.
La derrota electoral del kirchnerismo el año pasado colocó la tarea de construir una alternativa unitaria y plural de toda la izquierda como un centro para la etapa abierta; el paro y los cambios que estamos viviendo la imponen como una urgencia.

Aprovechemos los actos del 1° de mayo para avanzar en la unidad

Venimos de varios meses de importantes conflictos obreros. Fueron los docentes y los estatales; y ahora este parazo nacional. Junto con eso, la izquierda ha logrado un crecimiento y mayor protagonismo, pero sigue primando la dispersión. En este marco, los actos del 1° de mayo pueden ser una oportunidad para dar pasos en el sentido que hace falta.
Por eso venimos proponiendo realizar actos unitarios de la izquierda y los que luchan contra el ajuste, que levanten una tribuna de apoyo a las luchas y propongan un programa anti-capitalista, en todas las plazas del país. Si lo logramos se puede consolidar la visibilidad lograda en el paro, apareciendo más sólidos para importantes sectores del movimiento obrero.
Ya hemos difundido una carta al resto de las organizaciones y vamos a seguir trabajando hasta el final para lograrlo, aunque a dos semanas del 1º de mayo no hemos recibido señales concretas para la concreción del acto unitario. Si lamentablemente no logramos actos unitarios, haremos actos propios al servicio de la unidad y de los desafíos que quedaron planteados después del paro.

Alejandro Bodart Diputado C.A.B.A

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