21 de septiembre: Acción Mundial para frenar el cambio climático

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Cambiar el sistema, no el clima

El sistema capitalista mundial está basado en la producción ilimitada de mercancías para garantizar ganancia a los dueños del planeta. Este modelo de producción, de consumo, de propiedad privada del 1% de la población está llevando a la humanidad a un callejón sin salida. 

El pasado 21 de septiembre tuvo lugar la que posiblemente haya sido la más masiva movilización socioambiental de la historia. En 2000 ciudades más de 600 mil personas se movilizaron a favor de detener el cambio del clima. Este hecho enorme tuvo epicentro en Nueva York donde la movilización alcanzó las 300 mil personas. Esta jornada mundial tuvo lugar dos días antes de que la ONU realice una nueva cumbre con representantes de 120 países que volvió a terminar en un estrepitoso fracaso. Para evitar repercusiones en ese sentido, la cumbre fue presentada como “no vinculante” y preparatoria del encuentro en Lima en diciembre de este año y de cara a París 2015 donde sí, según dicen los voceros de la ONU, se celebrará una cumbre para materializar acuerdos vinculantes.

Revertir el cambio climático: la cuadratura del círculo para el capitalismo

Todo el sistema productivo del capital está basado en la superproducción de mercancías para ser vendidas en el mercado y realizar así ganancia privada. Esa lógica tendencial inexorable lleva al hiperconsumo fomentado profusamente por la publicidad comercial. Esa producción tiene como motor energético una matriz basada en petróleo y gas. La emisión de gases de efecto invernadero derivada de la quema de combustibles de origen fósil es la principal responsable del aumento del calentamiento global provocando profundas alteraciones del clima. Por eso hay eventos tan extremos como veranos insoportables, lluvias torrenciales e inundaciones, tsunamis y otros cambios bruscos. Todas las “cumbres” que organizan los principales países capitalistas del mundo terminan en rotundos fracasos: ninguno quiere salir del petróleo y el gas ya que afectaría la ganancia de las principales corporaciones del mundo, entre ellas Chevron, Monsanto o Barrick Gold. Por eso, nuestra consigna es que los pueblos tenemos que asumir desde abajo la tarea de lucha por cambiar el sistema en cada país y a escala mundial, para evitar que el planeta ya no tenga salida.

La jornada mundial del 21 de septiembre: acción de masas y orientación de los convocantes

En este punto queremos detenernos a precisar una reflexión: que cientos de miles en el mundo se movilicen para frenar el cambio climático es de suyo, un hecho altamente positivo. Sin embargo, lo contradictorio del fenómeno es que las ONGs convocantes de la movilización con la venia de la ONU y el poder capitalista mundial plantean una orientación sin salida. La propuesta de “radicalizar” los declamados –e incumplidos- objetivos de los principales gobiernos capitalistas del mundo en materia de reducción de emisiones, los llamados a la “conciencia individual”, a la reducción “particular del consumo” y otras variantes que desplazan el eje de la responsabilidad política de los capitalistas a la culpabilización individual, desvían la enorme energía social creciente que cuestiona objetivamente la dinámica ecocida del sistema. Por eso, sin ningún sectarismo es fundamental intervenir en cada acción positiva para la predisposición social a asumir las banderas ambientales y a la vez agrupar en una corriente de ideas y acción de izquierda a tod@s los que estén dispuestos a plantear un programa antiimperialista, anticapitalista, antipatriarcal y ecosocialista de fondo ante la crisis civilizatoria actual.

Argentina: oficialismo y oposición tradicional son contaminadores

En nuestro país, encontramos que el modelo económico que defiende el gobierno nacional y que bancan Macri, Scioli, Massa, Binner, Cobos y Carrió es más depredación, neocolonialismo y consecuencias sociales. Defienden la megaminería y el agua contaminada; defienden el avance del cemento sobre los espacios públicos y verdes; y como si todo esto fuera poco ahora todos/as impulsan dos leyes terriblemente dañinas: una nueva Ley de Hidrocarburos a favor de Chevron y la explotación contaminante con fracking en el país, y además una Ley de Privatización de Semillas que favorece la producción de Monsanto y los pesticidas que envenenan todo lo que comemos. Por eso, estamos impulsando un gran Movimiento Nacional contra las leyes de Monsanto, Chevron y de todos los partidos tradicionales.

Cambios revolucionarios: para salvar el planeta hay que salir del capitalismo

La lógica que está tensando la cuerda de los límites físicos del planeta es la esencia del capital. Por eso, es crucial impulsar la movilización masiva para resistir la agresión de las corporaciones en Argentina y en todo el continente:
Prohibir el agronegocio y el uso de pesticidas; el fracking, la megaminería y la cementación urbana
Le decimos no a las leyes a favor de Monsanto y Chevron que se propone discutir el Congreso
Estatización de todo el sistema energético bajo control de obreros y consumidores para iniciar una transición hacia alternativas renovables y limpias –incluyendo la reconversión laboral de todos los trabajadores
El capitalismo es la causa de las catástrofes socioambientales. Por eso luchamos por una alternativa de propiedad, producción, distribución y consumo basada en lógicas anticapitalistas y ecosocialistas. Hay que expropiar a los contaminadores y poner toda la economía al servicio de la mayoría social. Hay que suspender el pago de la deuda a todos los buitres, nacionalizar el comercio exterior, la banca e implementar otras medidas de fondo tales como la jornada laboral de 6 hs con igual salario. Que se ajusten el cinturón los capitalistas. Así garantizaríamos ocupación plena y tiempo libre social para la intervención política de las mayorías en la planificación y control social de todo. Hay que desincentivar el uso del transporte individual y para eso es crucial un transporte público estatal eficiente y barato. Es fundamental reorganizar el sistema de producción de alimentos para terminar con el envenenamiento masivo de las corporaciones. Estamos por una reforma agraria integral, el repoblamiento del campo y un sistema de producción agroecológico basado en las necesidades nutricionales de las mayorías. Nada de esto es posible sin la movilización de trabajadores y sectores populares. Pero tampoco es posible sin una herramienta política que eleve la protesta a propuesta positiva y se prepare para gobernar con los de abajo. Desde la Red Ecosocialista y el MST-Nueva Izquierda defendemos esta perspectiva de ideas y de lucha transformadora.

Mariano Rosa

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