Reforma del Código Civil: Más doble discurso, menos derechos

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En la Cámara de Diputados está a debate y votación la reforma de los Códigos Civil y Comercial que ya aprobó el Senado a libro cerrado en noviembre pasado. La oposición tradicional criticó más la forma apresurada del bloque K que el contenido de los cambios. Bajo un envoltorio progresista, el eje de la reforma es recortar derechos.

El Código Civil es de 1871 y había que reformarlo. Pero los principales cambios no son avances, sino retrocesos.
Es cierto que se incluyó el matrimonio igualitario, la unión convivencial, la protección de la dignidad personal, el consentimiento informado del paciente y cambios en los juicios por alimentos y el régimen de adopción. Pero todo esto ya regía. Por eso es tramposo resaltar estos puntos para justificar que la reforma es “progresiva”, como hacen los K.
Es más: el anteproyecto original incluía otros puntos sobre fertilización asistida y subrogación de vientres, pero Cristina y el Senado los sacaron por presión de la Iglesia. Aunque la ley de fertilización asistida se votó el año pasado, la regulación de los embriones irá por ley aparte como exigió la Curia. También eliminaron el agua como derecho básico, la función social de la propiedad, el acceso a la vivienda y la tenencia de la tierra para los campesinos.
Lo único nuevo son los contratos prenupciales, que sólo benefician a la pequeña minoría acomodada que a veces los hace. Y punto.

Graves retrocesos

Sin agotar la lista, los peores cambios son:
Convalida la eliminación de la responsabilidad civil del Estado, ya votada por ley aparte a fin de 2013. En vez de que los delitos de los funcionarios públicos o las concesionarias privadas no prescriban -no venzan-, como reclaman los familiares de Once, se los deja impunes.
Eso impide a los estatales demandar por la llamada doble vía. A la vez se alienta la tercerización al eliminar la responsabilidad solidaria de la empresa madre por deudas laborales de sus subsidiarias. Y se limita la responsabilidad patronal ante el trabajador al incluir las “sociedades unipersonales”: un absurdo.
Según el Código de 1871, “la vida empieza desde la concepción en el seno materno”. En vez de cambiar para avanzar, Cristina pactó con el Papa retroceder dos mil años. Ahora “la vida empieza desde la concepción”1, lo que aparte de una barbaridad anticientífica es una traba directa contra la pastilla del día después y sobre todo contra el derecho al aborto.
Entonces, si el Estado deslinda responsabilidades básicas y se perjudican los derechos de los trabajadores y las mujeres, estamos ante una reforma reaccionaria, antiobrera y clerical.

Pablo Vasco

1- Unión del óvulo y el espermatozoide, sin implantar en el útero.

Por el derecho al aborto

Como el domingo 28 fue el Día de Lucha por la Despenalización y la Legalización del Aborto en América Latina y el Caribe, el lunes 29 las compañeras de la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto convocaron a una jornada unitaria en Congreso.
Hubo paneles de debate, en algunos de los cuales participaron nuestras compañeras médicas Lucía Levenberg y Jésica Blok. Al mediodía se hizo una conferencia de prensa con numerosos diputados y personalidades, en la que estuvo nuestra dirigente Vilma Ripoll.
Algunas diputadas K firmantes del proyecto de ley de aborto tuvieron que hacer malabarismos discursivos para explicar lo inexplicable: su apoyo a la reforma reaccionaria del Código Civil.
A la tarde se realizó una concentración y abrazo al Congreso, reclamando que se debata el proyecto de Ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo. Ese proyecto ya fue presentado por quinta vez con la firma de más de 60 diputadas y diputados de varios bloques, pero por orden de Cristina y presión de la cúpula de la Iglesia Católica sigue cajoneado.
Escrache a Manzur

El mismo 29, ante el Ministerio de Salud de la Nación, en 9 de Julio y Moreno, nuestra agrupación Juntas y a la Izquierda organizó un escrache al ministro Juan Luis Manzur. Vilma afirmó: “Manzur es tan retrógrado que hasta niega el aborto no punible y el protocolo que incluye el aborto en los casos de violación como ya lo aceptó la Corte Suprema. Cristina mantiene a Manzur en su cargo porque en el tema aborto el gobierno está en total sintonía con el Papa. El drama es que en nuestro país entre una y dos mujeres mueren cada día por aborto séptico, sobre todo mujeres pobres y jóvenes.”
Vilma agregó: “El derecho al aborto es una vieja deuda de esta democracia con las mujeres. Pero en el Congreso los principales referentes oficialistas y ‘opositores’ se niegan a debatir el tema. Seguimos exigiendo el derecho de la mujer a decidir.” Luego, todas marcharon al abrazo al Congreso.

abrazocongreso


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