El «sincericidio» de Carrió y el fin de una aventura

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Lejos del declamado progresismo inicial con el que se presentaba, la razón de fondo de esta dinámica de descomposición obedece al carácter reaccionario de sus componentes y la presión de sectores capitalistas sobre esta superestructura. Carrió se va del armado nacional de UNEN porque no se avanza en un acuerdo global con el PRO de Macri. ¿Ocurre entonces que Carrió es el ala derecha de una coalición progresista? No, en la estrategia y orientación general para el poskirchnerismo todos suscriben el mismo libreto programático: endeudamiento externo, ajuste fiscal, devaluación y más despojo por las corporaciones. Las diferencias son tácticas, pero hacen eclosionar un acuerdo volátil y de «amontona-
miento». Toda la UCR y hasta el PS o Pino Solanasacuerdan con habilitar acuerdos «por lugar» con los espacios anti-K que garanticen disputa y chances de ganar intendencias, gobernaciones y presencia en el Congreso. Así desde el acuerdo cordobés con el PRO hasta el de Morales en Jujuy con Massa, todo vale. En el orden nacional hay guerra de camarillas: Sanz quiere –como Carrióempalmar con Macri. El resto se juega o jugaba a capitalizar parte del voto progresista del kirchnerismo en retirada. Sin embargo, así con la ida de Carrió UNEN pierde a derecha –con el PRObase social y por su dinámica impredecible en el movimiento de masas se erosiona enormemente ya que no ofrece ningún horizonte de propuestas a los problemas más sentidos.
Rejunte conservador para reeditar la Alianza
El contexto general de este factor de coyuntura que es la crisis de UNEN es el giro a derecha de todo el espectro político capitalista. La decisión de hacer pagar la crisis a los trabajadores coloca objetivamente a oficialismo y oposición en el mismo bando, pero con el agravante para la oposición que no logree vertebrar una alternativa de recambio serio al kirchnerismo. Por eso, la burguesía se va inclinando por Scioli y a la vez instala una fortísima campaña mediática que pretende exagerar la ubicación del oficialismo en la opinión pública. Todo al servicio de presionar a las fuerzas de oposición en el régimen para que confluyan en un armado o a lo sumo dos. UNEN, que de arranque mostró contradicciones, a la postre termina evidenciando su limitación: son un acuerdo de coyuntura para disputar por la presidencia en 2015 pero sin un programa alternativo al del oficialismo. Por eso es una especie de «reedición farsesca» de la Alianza.
A todos los desencantados con ese proyecto, con alguno de sus referentes u organizaciones, los invitamos a discutir frente a tanta derecha la necesidad de una nueva izquierda.


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