A 28 años de la muerte de Nahuel Moreno, un legado de rigurosa actualidad

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Nahuel Moreno puso la piedra fundacional de nuestra corriente histórica. Año a año lo recordamos a través de algunas de sus principales enseñanzas. Una sólida base teórica y política para las nuevas y necesarias elaboraciones y una guía para la acción revolucionaria cotidiana.

Moreno fue el constructor de una de las dos principales corrientes del movimiento trotskista. Dedicó su vida a la construcción del partido y la actividad internacional, sin por ello dejar de incursionar en ámbito académico y la intelectualidad. Su vasto legado teórico-político, pese a su temprana muerte y al tiempo transcurrido desde la misma, implica valiosas herramientas que conservan vigencia para la intervención en la actualidad. Transmitir esas enseñanzas y pilares a los nuevos compañeros y solidificarlas en todos, es el sentido fundamental de nuestro homenaje.

Confianza en la clase trabajadora

La marca genética que Moreno le imprimió a nuestra corriente es la confianza científica en la clase y la necesidad de construir el partido en su seno, siendo parte de sus luchas. Llevando nuestra política, pero también estando dispuestos a aprender. Impulsando la más absoluta democracia obrera y ganando a los mejores dirigentes y activistas para que contribuyan a la construcción del partido. Junto a la tradición y la moral, la confianza en la clase ha sido lo que nos ha permitido construirnos sin ceder ante fenómenos de masas que fueron polos para la vanguardia. Como la conciliación de clases que impulsaba el peronismo, el foquismo guerrillero o la borrachera democrática de los albores alfonsinistas. Cuando la campaña de que «el socialismo fracasó», muchas corrientes de pensamiento renunciaron a reconocer a la clase obrera como sujeto de la revolución. Hoy, ante la nueva etapa mundial a partir de la crisis del capitalismo, la clase se muestra con fuerza junto a otros actores sociales, siendo la materia prima fundamental para nutrir al partido y desde allí intervenir en el estudiantado, los barrios, los movimientos por la liberación de la mujer, las luchas por el ambiente, disputando globalmente la dirección política y sindical.

El camino hacia las masas y el combate al sectarismo

Un segundo pilar ha sido sin dudas la obsesión de Moreno por abandonar la marginalidad en la que estaba el trotskismo y construir el partido desde adentro de los procesos, combatiendo al sectarismo y también al oportunismo.
Trotsky en el Programa de Transición, polemizando con los sectarios, planteó que quien no es capaz de encontrar el camino para llegar a las masas y sólo se conforma con ser un grupo, por más programa que tenga es un peso muerto para la revolución. Moreno, siguiendo ese caminó buscó permanentemente cómo aprovechar las oportunidades que brindaba la lucha de clases para que el partido empalmara con el movimiento de masas. Construyendo en el seno del peronismo obrero en épocas de la resistencia, interviniendo en el ascenso pos Cordobazo no sólo en las luchas sino en la apertura electoral, desarrollando la campaña contra el pago de la deuda en tiempos de Alfonsín y explorando confluencias siempre en función de la estrategia de construir el partido aprovechando las oportunidades, cuando otros sectores de izquierda se refugiaban en el dogmatismo sectario.
Hoy, ello es mucho más importante ya que hay una oportunidad descomunal. Aunque el trotskismo no se haya transformado por diversas circunstancias en corriente mayoritaria en el movimiento obrero y popular, hay millones que al ver y sentir la tremenda crisis del capitalismo empiezan a recorrer el camino hacia la revolución y a mirar con simpatía hacia la izquierda. Podremos empalmar con ellos si tenemos una política amplia y flexible organizativamente y a la vez un programa que sepa formular los cambios de fondo que se necesitan. Nuestras experiencias en Venezuela y Brasil y fenómenos como los de Syriza en Grecia, entre otros, demuestran que transitar ese camino es posible y necesario.

La pasión por construir el partido

Así como Moreno batallaba siempre para que el partido empalmara con sectores de las masas y se metiera en los procesos, siendo audaz en las tácticas y combatiendo al sectarismo, lo hacía siempre con un objetivo: construir y fortalecer el Partido. Esto es también una característica central de nuestra corriente: lo opuesto al oportunismo, porque nosotros mientras construimos herramientas amplias, seguimos construyendo nuestra organización. Nosotros luchamos por poner en pie partidos revolucionarios con influencia de masas en nuestro país y en el resto del mundo. Reivindicamos el proyecto leninista, de partidos de acción que se templen en los combates centrales del movimiento obrero y popular. Apostamos a formar un fuerte núcleo de cuadros y militantes que sean capaces de construir una organización en la que tengan lugar miles de trabajadores, jóvenes, mujeres, etc., que se alejan de los viejos partidos y de las propuestas del sistema, para aportar a la lucha por un gobierno obrero y popular que encabece el cambio total de la sociedad.

El internacionalismo

Sin dudas Moreno marcó como el salto fundamental en nuestra historia el trabajo político internacional. Porque la suerte del movimiento obrero de un país está indisolublemente ligada a la lucha de clases a nivel mundial, así como en una provincia está ligada a la situación nacional. Gran parte de la
militancia de Moreno y de nuestra corriente abonó a la construcción de una corriente internacional. Porque nos ayuda a una mayor justeza en la política y la orientación. Sin organización internacional por más pequeña que sea, es imposible construir partidos nacionales y disputar realmente el poder. Nuestra pelea por un reagrupamiento internacional sigue y actualiza esa enseñanza de Moreno.

Rechazo al dogmatismo

La elaboración permanente con espíritu crítico y partiendo de la realidad, es el otro jalón que queremos destacar del legado de Moreno. Él fue un profundo estudioso del marxismo, que no es tomarlo como un dogma y una receta sino como un método científico para ir actualizando y mejorando si la realidad lo impone. Analizando los nuevos fenómenos con la cabeza abierta. Después de la muerte de Trotsky hubo hechos tremendos que el dirigente ruso no pudo conocer, como el surgimiento de revoluciones sin clase obrera ni partido revolucionario. Y hubo sectores del trotskismo que opinaron que no eran revoluciones porque no entraban en el esquema que tenían. Moreno, en la Actualización del Programa de Transición, el estudio de las revoluciones contra las dictaduras, la ley de inversión de la causalidad, y otras que son parte fundamental de nuestro bagaje teórico y sin el cuál sería muy difícil explicar muchos de los fenómenos que ocurrieron luego de la segunda guerra mundial y de los cuales, por supuesto la mayoría tienen actualidad. Esto es muy importante porque nosotros nos vimos en lo mismo frente a fenómenos inmensos que sucedieron luego de la muerte de Moreno. Tal vez el mayor cambio histórico con la caída del aparato mundial stalinista y ahora la crisis del capitalismo y la nueva etapa. Por ello apelamos a ese método de ser críticos del propio morenismo. Y por ello, avanzar en nuevas elaboraciones en el terreno teórico, político y organizativo.

La vigencia de esos pilares

Esas enseñanzas son puntos de referencia claves hoy que vivimos una etapa de apertura mucho mayor a la que vivió Moreno. Surgen diariamente nuevos fenómenos para interpretar e intervenir. La utilización de esos pilares al servicio de la reflexión crítica nos ha permitido transitar por un camino de nuevas elaboraciones. Convencidos que para poder enfrentar con éxito las tareas que nos plantea esa nueva etapa que atravesamos es imprescindible sacar la mayor cantidad posible de conclusiones y enseñanzas. Desarrollar una nueva cultura de izquierda confluyendo con compañeros que provienen de distintas tradiciones, construir herramientas amplias a la vez que fortalecemos al partido revolucionario como estrategia, combatiendo al sectarismo y al oportunismo y desarrollar una fuerte corriente internacional. Profundizar este camino es el mejor homenaje que podemos hacerle a Moreno.

Cuillermo Pacagnini

NahuelMoreno


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