¿A dónde va Macri?

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El nuevo presidente está descargando un ajuste sin anestesia, brutal, sin escalas, sobre el conjunto de los trabajadores y el pueblo. Las ilusiones de que Mauricio iba a “ordenar” la economía para beneficiar a la gente o de los que creían que iba a avanzar gradualmente, van quedando rápidamente atrás.
Primero fue la devaluación del 40% y la eliminación indiscriminada de las retenciones agropecuarias, la enorme escalada de los precios de diciembre y enero, que significaron cientos de millones de pesos que pasaron de los sectores pobres de la población a los grandes empresarios. Estos cebados por el guiño del gobierno no paran de remarcar, como pasa con la carne a pesar de la baja de los precios en el Mercado de Liniers.

Con la excusa de sacar a los ñoquis vinieron los despidos indiscriminados calculados en más de 20.000 estatales. A los que hay que sumarles una cifra mayor entre los trabajadores del ámbito privado ¡50.000 despidos en los primeros 50 días del gobierno!
Finalmente las tarifas eléctricas que aumentan en entre un 500 y 700% y van a ser un terrible sacudón para los que viven de ingresos fijos, trabajadores, jubilados y beneficiarios de planes sociales, pequeños comerciantes y talleristas.

Se alienta el desarrollo del modelo extractivista exportador al máximo. Volviendo a los “mercados” para endeudarse con el FMI y los banqueros internacionales como se anunció en Davos. A los fondos buitres se les acaba de ofrecer pagarles toda la fraudulenta deuda con una pequeña quita. Más de 8.000 millones de dólares.
Mauricio ha podido avanzar hasta aquí, por el desastre y desprestigio con que se retiró el kirchnerismo del poder, lo que generó expectativas en sectores de la población que finalmente lo votaron, y a un importante acuerdo burgués para sostener sus medidas que incluye a todos los gobernadores del PJ. También al hecho estacional de las vacaciones, en las que todavía el conjunto de la población no ha recibido el grueso del impacto.

Y por la invalorable colaboración de la burocracia sindical, que si bien anuncia defender sus convenios en las paritarias, ha dejado pasar este saqueo con excusas como la de Moyano, que dijo que nunca enfrentaron a un gobierno con tan poco tiempo en el poder y que en todo caso los despidos… los defiendan los gremios estatales. Los millones que Macri les entregó con el manejo de las Obras Sociales apaciguan cualquier enojo de estos mercenarios.
La pelea de fondo se plantea en la negociación paritaria con un inevitable pico en marzo abril coincidente con el impacto de las nuevas tarifas. Las cifras del 20 al 25% de aumento para obtener paritarias a la baja que Prat Gay anunció, han quedado perimidas por la realidad. La pelea arrancará con las paritarias estatales y docentes con pedidos de más del 40% de incremento.

Mauricio no las tiene todas consigo. Después de sus primeros “éxitos” empezó un camino de tropiezos, del cual la “triple fuga” fue la versión más espectacular. Quiso meter a decretazo limpio dos jueces en la Corte Suprema y tuvo que retroceder, luego con la excusa del traspaso de la Federal a la CABA, triplicó la coparticipación de la Ciudad y ante el reclamo de los gobernadores volvió para atrás y se comprometió a enviar de inmediato fondos adeudados a las provincias. Va a enfrentar la negociación paritaria sin el prometido “Pacto Social”. La resistencia de los trabajadores a los despidos lo ha hecho recular en muchos casos, el más resonante fue el acuerdo hecho en Chubut con las petroleras para evitar despidos por 6 meses.

La crisis capitalista signada en estos días por la caída de las bolsas por la crisis china, con Brasil, nuestro principal socio comercial, con un pronóstico de retroceso de su PBI del 3%, está impactando sobre la economía argentina. La falta de gradualismo se explica entonces por este cuadro. Están engendrando así, una fuerte respuesta obrera y popular. El resultado de este seguro enfrentamiento va determinar la dinámica política del año en curso.

El ajuste de Macri, la crisis del kirchnerismo, el acuerdo de gobernadores, senadores y diputados del PJ con el macrismo, ha generado confusión y un cierto vacío político. Son muchos los que buscan un nuevo rumbo. Una extraordinaria oportunidad para poner en pie una alternativa amplia de izquierda. Lamentablemente, el FIT, en lugar de aceptar el desafío de la hora y convocar a todas las organizaciones de izquierda y anti capitalistas para formar un fuerte polo alternativo, siguen enfrascados en su pelea interna, demostrando que su único interés real es mantener el quiosco electoral.

Más que nunca hace falta reagrupar a todos los que quieran oponer al ajuste macrista y la bancarrota K, una alternativa política anticapitalista. Las peleas en curso van a crear las condiciones políticas para que surjan nuevos fenómenos que permitan construir esa herramienta.

macriotro


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