El gobierno de Alicia Kirchner en Santa Cruz no comenzó de manera muy diferente al de Macri a nivel nacional. Despidos de empleados públicos, quita de impuestos a las mineras y represión a quienes reclaman. Para la sesión inaugural de la Legislatura provincial la gobernadora tenía preparado el anuncio de una ley de emergencia económica que significaba un duro ajuste para los de abajo, incluída una reforma del sistema previsional. El revuelo que provocó y la preparación de una masiva movilización hacia la cámara finalmente hizo que la gobernadora recule, por ahora, en algunas de las medidas más resistidas. Sin embargo, en su discurso dejó entrever que se viene un congelamiento salarial y un tarifazo al pueblo de Santa Cruz. La excusa es que se encontró con una provincia quebrada, pero lo que no dice la gobernadora es que los últimos 25 años gobernó el Frente para la Vitoria. Es decir, descargan un ajuste contra los sectores populares para pagar una fiesta de la que nunca participamos y que ellos mismos llevaron adelante garantizando el enriquecimiento de corporaciones, empresarios amigos, funcionarios y familiares. Un párrafo aparte merecen La Cámpora y Kolina que llaman a “resistir con aguante” el ajuste macrista mientras acá movilizaron para apoyar el ajuste de Alicia. La contundencia de la movilización los pasó por arriba y la “contramarcha kirchnerista” finalmente no existió.
Fuimos miles los trabajadores docentes, estatales, municipales, judiciales, de la salud y jubilados que convocados por la CTA-Autónoma y la Mesa de Unidad Sindical nos movilizamos para mostrar que no estamos dispuestos a permitir que avancen sobre nuestros derechos. La pelea recién comienza y será necesario un plan de lucha en la más amplia unidad para derrotar el ajuste e imponer un programa para que la crisis la paguen los que la generaron.
Emilio Poliak
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