En medio de una enorme repercusión social, el 18 de agosto Belén salió en libertad de la Cárcel de Mujeres de Tucumán, en donde estuvo detenida injustamente más de 900 días. Ahora vamos por su absolución.
La orden la dictó la Corte provincial el 16 de agosto. Pero la Sala III de la Cámara Penal, la que la condenó a Belén, dilató la libertad con trabas burocráticas y pedidos de fianza. En una lucha durísima contra esta justicia patriarcal, fue un logro extraordinario de la poderosa movilización social que recorrió el país al grito de #LibertadParaBelén.
Un proceso aberrante
Belén llegó a la guardia del Hospital Avellaneda el 21 de marzo de 2014 con dolores abdominales. Fue derivada a Ginecología, en donde la “interrogaron”. Le diagnosticaron un aborto espontáneo, pero personal de salud y policial la acusó de haber expulsado en el baño un feto. Éste fue encontrado a las 3 de la mañana, con 32 semanas de gestación y correspondía a una madre de 35 años. Pero Belén ingresó a las 3.50 con un embarazo de 22 semanas y tenía 25 años. O sea, le “plantaron” un feto para culparla quizás de otro grave hecho ajeno a su caso.
La causa penal fue caratulada como aborto y luego como homicidio doblemente agravado por el vínculo y por alevosía, aunque no hubo prueba de ADN que vincule a Belén con el feto encontrado ni tampoco pruebas de que se hubiera provocado un aborto. Tampoco se respetó la confidencialidad de la relación profesional-paciente.
Belén sufrió todas las violencias: obstétrica, policial, judicial -es decir institucional- y encima condena “moral” al prejuzgarla. Le negaron la libertad, abogados inescrupulosos le sacaron plata y no la defendieron, la defensora oficial tampoco y la condenaron jueces que son parte de este poder judicial corrupto y patriarcal.
Belén fue presa. Aunque miles de mujeres son hospitalizadas cada año por abortos, su condena a 8 años de prisión pretendió ser ejemplificadora para criminalizar a las mujeres pobres.
La Mesa #LibertadParaBelén
Estos graves hechos ocurrieron sin trascendencia pública. Recién con la condena nos enteramos y junto a la abogada Soledad Deza y 40 organizaciones de mujeres formamos la Mesa #LibertadParaBelén #AnulaciónDeLaCondena. La integramos un amplísimo arco político: de izquierda, kirchneristas, feministas independientes, de derechos humanos, medios alternativos. Y con matices y acuerdos desarrollamos una gran campaña.
En Tucumán batallamos contra la brutal acusación de los grandes medios, hicimos conferencias de prensa, volanteos, petitorios y tres marchas. En la segunda jornada por NiUnaMenos, en todas las plazas del país se pidió por Belén. Desde Juntas y a la Izquierda llevamos adelante toda la campaña y realizamos una concurrida mesa-panel con la abogada en la Facultad de Derecho.
No fue en vano. La Comisión de Derechos Humanos de la ONU se pronunció por la libertad de Belén. Lo mismo el ministro-fiscal provincial Edmundo Jiménez. Amnistía Internacional recogió 120.000 firmas a nivel mundial. Varias organizaciones presentaron amicus curiae. Y se sumaron a la campaña artistas, periodistas, personalidades políticas y de derechos humanos.
Ante estos avances, desde la Mesa convocamos a una jornada nacional el 12 de agosto. Los jueces que la condenaron salieron ese día por los medios a dar el nombre real de Belén, atacándola una vez más para justificar su fallo injusto y boicotear la marcha. Pero miles de mujeres y hombres se movilizaron en Tucumán y en todo el país, generando una marcha nacional multitudinaria e inédita por una mujer presa.
En cuatro meses, la enorme campaña nacional e internacional realizada hizo posible la libertad de Belén. Es un triunfo indiscutido del movimiento de mujeres, cuya clave fue sin duda alguna la vasta unidad que construimos.
Ahora, la absolución
Belén está libre, en su casa, junto a su familia. La emoción y la alegría nos conmueven a todas las que fuimos parte de este triunfo. Ahora vamos por la anulación de la condena y su absolución. Esta conquista nos fortalece para seguir la lucha también por el respeto al fallo de la Corte nacional para los casos de aborto no punible y por el derecho al aborto, que sigue pendiente.
Desde la dirección del Hospital Avellaneda, ante posibles sumarios, están presionando al personal para que culpabilice a Belén. Y los jueces deberán responder a un juicio político. Más que nunca, la unidad y la movilización del movimiento de mujeres seguirán firmes para derrotar toda maniobra. Estamos convencidas de que pronto podremos festejar la absolución de Belén.
Lita Alberstein, de la Mesa #LibertadParaBelén
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