El 22 de agosto se realizó el Congreso de unidad. Cacarearon un poco pero sostienen a Macri. De paro y plan de lucha, ni hablar. Se reunificaron tras ocho años de división. Participaron 1.582 congresales sobre un total de 2.191, se unieron 124 de los 213 gremios confederados.
Como las disputas de aparato no terminaron de saldarse, acordaron un triunvirato integrado por: Schmid (CGT Azopardo, Moyano), Daer (CGT «oficial» Caló) y Acuña (CGT Azul y Blanca, Barrionuevo); éstos dos últimos se referencian en el Frente Renovador de Massa.
Quedaron por fuera, entre otros: Viviani (peones de taxi), Palazzo (Corriente Federal) que se retiró de Obras reclamando un paro general y «El Momo» Venegas (trabajadores rurales) quien impugnó el Congreso.
Hicieron definiciones de fondo. Daer debutó en el cargo diciendo que su objetivo es «Hacer recapacitar al Gobierno por el empleo y las importaciones.»
Barrionuevo fue mucho más allá: «Estamos ante un Gobierno débil. Nos van a necesitar porque si no van a estar jodidos.»
La frutilla del postre la puso Schmid: «Si mañana convocamos a un paro, al otro día estaremos igual. Hay que replantear la estrategia.»
Así responden al pedido que Macri realizó en la Droguería del Sud «No pongan palos en la rueda» de los empresarios y el gobierno.
No llamaron al paro cuando se debatió la Ley Antidespidos, no movieron un dedo contra el tarifazo y cerraron paritarias a la baja. En el Congreso mantuvieron esta actitud pasiva y cómplice de Macri. Por eso no salieron a impulsar las movilizaciones contra el tarifazo, ni mencionaron la Marcha Federal que se viene y ni hablar de convocar a un paro nacional y plan de lucha.
Desde ya, van a hacer algunas críticas contra el hambre, el desempleo y la inflación; hasta pueden tomar medidas en algún momento. Pero no se unen para derrotar el ajuste, sino para seguir sosteniendo a Macri. Por eso no hay que depositar ninguna confianza en este rejunte burocrático. Mientras les exigimos un paro nacional, hay que apoyar a los nuevos dirigentes que despuntan desde la base en el camino de la nueva dirección y el nuevo modelo sindical democrático y combativo que se necesitan.
Rubén Tzanoff
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