EE.UU. Pueblos de pie contra el extractivismo

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La resistencia del pueblo sioux a la construcción de un oleoducto a través de sus territorios se ha convertido en un símbolo de la lucha contra el saqueo capitalista dentro de los EE.UU. Miles de activistas se han acercado y permanecido en el campamento de resistencia en Standing Rock, incluyendo representantes de centenares de pueblos originarios y del movimiento Black Lives Matter. Las fuerzas de seguridad estatales y nacionales hostigan de manera permanente al campamento, y se han llevado a cabo al menos 18 arrestos a dirigentes de la protesta y la comunidad sioux. Mientras tanto, las empresas de seguridad privada al servicio de las constructoras han utilizado gases y perros de ataque para poder avanzar con su obra. Pero la resistencia sigue en pie.
El oleoducto proyectado une los campos de extracción de la formación «Bakken/Three Forks» con el sur del Estado de Illinois, atravesando 4 estados y dos importantes ríos, el Missouri y el Mississipi, poniendo en riesgo de contaminación las fuentes de agua potable de centenares de miles de personas y particularmente de la comunidad sioux de Standing Rock. El trazado del mismo fue realizado por el Cuerpo de Ingenieros del Ejército de EE.UU. Cabe destacar que la formación señalada ha tenido un «boom» en su producción a partir de la década del 2000 mediante la introducción de técnicas como la perforación horizontal y la fracturación hidráulica. Forma parte del avance de la explotación «no convencional» dentro de EE.UU. Este es un aspecto clave para comprender la profundidad de la protesta y la violencia de la respuesta estatal y empresarial.
El establishment político norteamericano, tanto republicano como demócrata, ha apoyado desde un principio el avance de la explotación no convencional. El autoabastecimiento de hidrocarburos es presentado como un tema de seguridad nacional, y los no convencionales como el único camino para conseguirlo. Por eso, más allá del discurso «verde», durante los dos periodos de la presidencia de Obama la producción petrolera en el país aumentó un 88%, de un promedio de 5 millones de barriles por día a 9.4 millones, impulsado principalmente por la producción no convencional.
La resistencia en Standing Rock ha demostrado una vez más los vínculos del sistema político estadounidense con los intereses de los grandes empresarios. Pero también ha demostrado la capacidad de resistencia de los pueblos que hasta hoy mantienen paralizada la obra. Dos valiosas lecciones en los tiempos que corren.

L.M.


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