El Vaticano, siempre retrógrado. Una nueva ola feminista mundial

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El pasado 19N se reunió la comisión nacional de género y diversidad sexual del MST. Analizamos el proceso global de ascenso y radicalización de las mujeres, así como la renovada retórica del Papa contra nuestros derechos.

Ya durante el Encuentro Nacional de Mujeres realizado en Rosario, en octubre, analizábamos la irrupción de las luchas feministas a nivel mundial: el paro general de mujeres en Polonia contra el recorte al derecho al aborto, la movilización de decenas de miles de mujeres de una de las castas en la India por una violación o las marchas por Ni Una Menos acá y en otros países de América Latina1. El epicentro de este proceso son las milicias de mujeres de Kurdistán (YPJ), que armas en mano enfrentan a los terroristas ultraislámicos de ISIS y al gobierno dictatorial turco.
Otros hechos ratifican que estamos ante una nueva oleada internacional del movimiento de mujeres:

En nuestro país, el 19 de octubre las mujeres hicimos un gran paro nacional activo ante el femicidio de la joven marplatense Lucía Pérez. También hubo marchas masivas en Chile y acciones en otros países.
En Francia se lanzó la campaña #7novembre16h34, ya que el plazo desde esa fecha hasta fin de año equivale al 15% de diferencia salarial con los hombres. Hubo paro y marchas.
El 24 de octubre, las mujeres de Islandia pararon y en la capital Reykjavik miles se movilizaron exigiendo la igualdad salarial.
En Corea del Sur, las mujeres son vanguardia de las marchas masivas que ponen al borde de caer a la presidenta derechista Park Geun-Hye por coimas millonarias.
En los Estados Unidos se prepara una gran movilización nacional de mujeres a Washington para el 21 de enero, al día siguiente en que asuma el misógino y homofóbico presidente Donald Trump.

8M: paro internacional de mujeres

Para el próximo 8 de marzo, agrupaciones feministas de varios países impulsan un paro internacional de mujeres. El llamado señala: “Nosotras, las mujeres del mundo, estamos hartas de la violencia física, económica, verbal y/o moral dirigida contra nosotras. No la vamos a tolerar pasivamente. Exigimos que nuestros gobiernos empiecen a tomar medidas reales para resolver numerosos problemas relacionados con nosotras: nuestra seguridad, acceso gratuito a la atención médica -incluidos los derechos reproductivos-, establecer y aplicar graves sanciones legales a criminales en casos de violación, violencia en el hogar y todo tipo de crimen de género que sufrimos cada vez más, así como cumplir la laicidad de nuestros Estados.”
Hasta ahora del impulso a este paro internacional de mujeres participan grupos de 17 países2 y seguramente se sumarán más a esta iniciativa inédita y progresiva, que apoyamos.

El capitalismo patriarcal, en crisis

Creemos que esta nueva ola feminista global está muy ligada a la nueva etapa mundial abierta desde el 2008. La crisis sistémica del capitalismo se viene profundizando y hay un mayor descontrol global, ahora agravado con el triunfo electoral de Trump.
Buscando revertir su crisis, los capitalistas descargan una ofensiva global sobre las trabajadoras, los trabajadores y los pueblos del mundo. Los planes de ajuste son muy duros e impactan en forma directa sobre las familias y las mujeres. Y como encima los capitalistas quieren que haya más desocupados para empujar los salarios a la baja, también atacan el derecho al aborto y otros derechos de género. Así pasa en Polonia, los EE.UU. y otros países.
Con sus desigualdades, la nueva oleada feminista de luchas y avance en la conciencia es la respuesta a esa ofensiva.
A su vez, los viejos regímenes políticos y aparatos reformistas (socialdemocracia, estalinismo, burocracias sindicales) están en crisis o muy debilitados. Por eso no logran contener y controlar al movimiento de masas como antes y por esas grietas se cuela el ascenso de las mujeres. Y como siempre, cuando el sistema dominante y las viejas direcciones están en problemas, sale a apuntalarlos su eterno aliado…

El relato de Bergoglio

En nuestra reunión analizamos también el rol del Papa y la Iglesia Católica, un aparato contrarrevolucionario mundial con dos mil años de experiencia y que además no suele desgastarse tanto porque no gobierna.
El Papa habla de la pobreza y critica al “Dios dinero” y a las corporaciones que contaminan, pero defiende un imposible capitalismo “con rostro humano”. Habla de “reconciliación” y “paz social”, para que la CGT y varios movimientos sociales y políticos3 pacten no hacer paros ni marchas para garantizarle la gobernabilidad a Mauricio Macri.
Junto con ese papel de freno al reclamo social, el ataque papal contra la teoría de género es permanente. La teoría o perspectiva de género es reconocer que socialmente hay una desigualdad de poder en detrimento de la mujer. Y por eso el Estado debe tener políticas públicas activas para reducirla. Este criterio no es exclusivo de las y los revolucionarios sino simplemente democrático burgués, reconocido en constituciones como la porteña (art. 38) y en leyes nacionales como la 26.485 contra la violencia de género. O sea, el Papa está por detrás y por fuera de la legalidad vigente. Esto no es un mero debate ideológico o jurídico: negar esa desigualdad es favorecer la violencia de género que ella genera.

¡Guardate tu “perdón”!

Para mejor camuflar su política reaccionaria, el Papa utiliza el doble discurso. La última en ese sentido fue autorizar a sus obispos y curas a “perdonar” a las mujeres que abortaron y se arrepientan. Bajo ese celofán tan comprensivo, el Papa y la Iglesia ratifican que el aborto es “un pecado grave” y toda su campaña antiaborto bajo el mentiroso lema de la “defensa de la vida”.
¿Qué “vida” defienden Bergoglio y la Iglesia, si cada año que siga la ilegalidad del aborto implica 200 mujeres muertas más? ¡Que el Papa se guarde su “perdón” bajo la sotana! Lo que queremos las mujeres es la ley que reconozca nuestro derecho a decidir. Por eso al decir Ni Una Menos incluimos no sólo a las 300 víctimas anuales de femicidio, sino también a todas las mujeres jóvenes y pobres que mueren por abortos clandestinos realizados en condiciones indignas.
Al Papa su doble discurso le trae lío bastante interno con sectores aún más reaccionarios, como pasa ahora con algunos cardenales europeos y norteamericanos. Pero eso no significa que él sea la supuesta “ala izquierda” que algunos intentan pintar, sino que es la derecha y los otros son la ultraderecha.
Por esta serie de razones, y respetando todas las creencias religiosas aunque no las compartimos, desde Juntas y a la Izquierda y el MST ratificamos nuestra lucha por la separación de la Iglesia del Estado y por la anulación de los subsidios a la Iglesia Católica y a toda la educación religiosa. Somos anticapitalistas, antipatriarcales y anticlericales.

Vilma Ripoll

1. En nuestro caso, la ola feminista global se combina con la tradición de luchas democráticas: el movimiento de derechos humanos, el Argentinazo de 2001, las conquistas del movimiento LGBT.

2. Alemania, Argentina, Chile, Corea, Corea del Sur, Ecuador, Escocia, Irlanda del Norte, República de Irlanda, Israel, Italia, México, Perú, Polonia, Rusia, Suecia y Turquía.

3. Unidad Popular (De Gennaro), ATE (Cachorro Godoy), Patria Grande, CCC, Libres del Sur, CTEP, Movimiento Evita y otros.

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