Tres días en las calles

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Primero fue el «febrero negro», signado por el escándalo de Correo Argentino y el desgaste político de Macri. El plan de retomar la iniciativa y aplicar medidas de ajuste reclamadas por los de arriba se empezaba a complicar. El agitado comienzo de marzo no pareciera insinuar un panorama cromático muy distinto para el gobierno.
Calle tomada. Las intensas jornadas del 6, 7 y 8 marcaron un cambio en la realidad política nacional. La irrupción del movimiento de masas fue masiva, contundente y contó con un amplio apoyo y acompañamiento de amplias franjas de la sociedad. Principalmente la lucha docente que fue abrazada solidariamente por miles ante la violenta campaña del gobierno. Así se desbarató la farsa de los voluntarios, fortaleciendo un no inicio de alcance nacional y empujando a numerosas conducciones burocráticas a radicalizar las medidas, yendo más lejos de lo que pretendían.
Se paró el mundo. Más de 60 países y cientos de ciudades en el mundo temblaron ante el paro internacional de mujeres que recuperó el carácter clasista e internacionalista del 8 de marzo. Demostrando que la nueva ola feminista que atraviesa el mundo avanza en unidad por los derechos que faltan.
Miedo en las alturas. El gobierno fracasó en su intento de evitar la movilización del 7 y recibió un nuevo golpe debido a la masividad de la protesta y al debilitamiento del triunvirato cegetista, que debió huir del acto ante el hartazgo de la base de sus propios gremios que copó el palco al grito de «traidores, pongan fecha al paro» y «se va a acabar la dictadura sindical». No sería la primera vez que la crisis del PJ se cuela en la CGT, pero el 7 evidenció algo distinto, una ruptura de calidad de la base obrera con la burocracia que conduce la central.
La columna unificada del clasismo y la izquierda fue un acierto que hay que mantener, para fortalecer la pelea por el paro general pero también para avanzar en el debate de conformar un espacio alternativo a las viejas centrales burocráticas.
Pobreza CEO. En la Argentina de Macri 1 de cada 3 personas es pobre y entre los menores de 14 años sube a la mitad. Desde que asumió 1,5 millones más cayeron en la pobreza. Los representantes de la Universidad Católica que difundieron el estudio explicaron que esto sucede porque «las medidas han beneficiado a unos pocos y perjudicado a muchos». Vaya novedad.
Recalculando. Luego del sacudón del 6, 7 y 8 y el sostenido ascenso de la conflictividad social, el gobierno -más presionado por el calendario electoral que por una cuestión de sensibilidad social- planteó que moderaría el ajuste. Mientras sus funcionarios explican que lo peor ya pasó y que estamos empezando a crecer, la realidad del pueblo trabajador es la inversa. La inflación crece, el consumo cae, los salarios y las jubilaciones cada vez duran menos y hay un nuevo tarifazo del gas de 40% anunciado para abril.
Rosca en la cubierta del Titanic. Ya nadie duda sobre a qué se refería el macrismo con la frase «venimos a cambiarle la vida a la gente». La decepción entre sus votantes crece diariamente. La triste novela del PJ ahora sumó a Cristina y Randazzo buscando entusiasmar, pero la falta de rumbo es evidente. El Frente Renovador de Massa se llamó a silencio. El primer round de encuestas terminó sin ganadores claros. La bronca viene de abajo, es mucha y se expresa en todos lados. El sectarismo del FIT es una traba para que se expresen estas ganas de cambiar. Llegó la hora de fortalecer algo distinto.
Se viene Izquierda al Frente. Las cartas ya están sobre la mesa. El macrismo ayudado por la oposición intentará seguir ajustándonos. Hay que pararles la mano. Para eso hace falta algo nuevo, que no haya sido parte de la rosca de los de arriba y que esté dispuesto a ir hasta el final. La salida es en unidad y por la izquierda. Por eso conformamos Izquierda al Frente, junto al Nuevo MAS. Te invitamos a ser parte, a sumarte a la lucha y a ayudarnos a difundir nuestras propuestas.
Organizá tu bronca. Entrá al MST. Estamos siempre en cada una de las luchas que recorren el país, enfrentando los planes de los gobiernos. Nos une la indignación y las ganas de pelear por un futuro más justo. No queremos más gobiernos de empresarios, que se roban el país y con él nuestro futuro. Impulsamos un modelo donde gobernemos los únicos que no lo hemos hecho hasta ahora: los trabajadores. Queremos reorganizar el país sobre otras bases. Peleamos por una Argentina socialista. Sumá tus esfuerzos a esta causa. Nuestras reuniones están abiertas. Podés empezar sumándote a nuestras columnas este 24 de marzo.


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