Macri contra los trabajadores. Reforma laboral: el espejo de Brasil

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Macri sintoniza con la flexibilización a la brasileña. Con el argumento de «bajar costos laborales» pretende aggiornar convenios colectivos, extender jornadas laborales y precarizar las condiciones de trabajo. A la medida de los patrones. Para que la crisis la paguemos nosotros.

La crisis internacional no tuvo punto de inflexión y sus efectos siguen castigando a la economía doméstica que no sale de su crisis. La luchas obreras y populares y los cimbronazos políticos, hicieron que el ajuste macrista se quedara a mitad de camino. Pero necesita retomar esa estrategia que garantice mantener las ganancias de los empresarios y las corporaciones, a expensas de un retiro de derechos de los trabajadores. El barniz propagandístico está claro: bajar los costos laborales para que vengan las famosas inversiones y reactivar la economía. En los últimos meses, más que la economía, lo que se reactivó fue el debate alrededor de la flexibilización laboral.
Un triángulo de las Bermudas
La estrategia para bajar los costos, apunta a abaratar la mano de obra no solamente para que los empresarios «nacionales» y socios locales de las corporaciones sigan de fiesta en fiesta. Sino para que las multinacionales ligadas al imperialismo yanqui y europeo, logren mejor competitividad frente a los capitales chinos. La variable de ajuste somos los trabajadores. Hay un verdadero triángulo de las Bermudas para «bajar el costo laboral», donde nuestros derechos desaparecen, como los barcos y aviones en esa región del Caribe. Por un lado la rebaja y precarización del salario, mediante paritarias acotadas, con topes y pautas a la baja; y también precarización en la composición del salario, con pagos por productividad, presentismo, adicionales en negro, etc. El segundo lado del triángulo, es la flexibilización laboral, como abordamos en esta nota. El tercer eje, es la liquidación del fuero laboral, la criminalización de la protesta y barrer a los delegados combativos, para que los trabajadores tengan debilitados sus mecanismos de reclamo. En todo esto, más allá de las contradicciones, actúan en tándem el gobierno con las patronales y la burocracia de todo pelaje con la de la CGT a la cabeza.

La reforma de Macri y los empresarios

Macri y los empresarios se miran en el espejo de la reforma laboral votada por el senado brasileño (ver recuadro). Los empresarios la piden sin el menor disimulo. El presidente de General Motors en la Argentina y Brasil, Carlos Zarlenga, reclamó más competitividad y dijo que «La flexibilización hizo una diferencia importante», habló que «Brasil y México tienen costos laborales 20 a 40% más bajos que en Argentina» y concluyó «La Argentina y Brasil son diferentes, pero mirar el caso brasileño nos puede dar ideas. Hay que tomar nota de que el vecino se movió en este tema». (La Nación 28/6/17)
Otro claro ejemplo: SanCor está a punto de ser vendida y el obstáculo para concretar la operación pasa porque los futuros compradores exigen «otro régimen laboral. Y en eso están los ministerios de Agroindustria y de Trabajo junto al sindicato de lecheros…» (sic). (Clarín 17/7/17).
Pero el gobierno sabe que no será fácil una reforma de shock como la de Menem y otra Ley Banelco con coimas como la de De la Rúa de los años 90.
Allí lograron avanzar con la polifuncionalidad, quitando conquistas y eliminando la ultraactividad, es decir la vigencia de los convenios favorables al trabajador si vencieron y no hay acuerdo paritario de renovación. En 2004 se votó una nueva ley, no por concesión del kirchnerismo sino arrancada con la lucha obrera. Si bien formalmente se derogó la Ley Banelco, en realidad fue una reforma a esa ley con la puesta en vigencia de los convenios colectivos y las paritarias. Encima, después aprobaron una ley de riesgos de trabajo totalmente regresiva y a la medida de los negociados patronales.
Hoy la situación es distinta, el movimiento obrero resiste y la relación de fuerzas no es desfavorable como luego de las derrotas de principios de los ’90. Por eso el gobierno, si bien está decidido a avanzar y necesita hacerlo, debe adecuar su táctica.

Flexibilización en cuotas

Si no logra derrotar la resistencia obrera, el gobierno deberá seguir con el ensayo error o las pruebas por etapas. El cambio en los convenios como el de los petroleros de Vaca Muerta o los Capìtanes de Ultramar, son los primeros pasos. Con Pepsico pretendieron escarmentar y sembrar un caso testigo, como antes con otras liquidaciones de empresas como AGR, donde no se aceptaban las nuevas condiciones laborales y había direcciones combativas. Pero el masivo rechazo a la represión les complicó los anuncios.
Un blanqueo para premiar a las patronales con nuevos «beneficios», un programa de «capacitación» creando una agencia tripartita y un sistema de pasantías para jóvenes, incluyendo los alumnos de los dos últimos años de secundaria (mano de obra muy barata) eran algunas de las medidas que se iban a anunciar. «Veníamos hablando de eso con la CGT y teníamos bastante avanzado el acuerdo», se explicita en clarín (14/7/17)
También discuten con los empresarios reducir más aún los aportes previsionales, obra social, PAMI, ART. El plan del Gobierno es eliminar el tope de los aportes. Y se sigue hablando de incrementar la edad jubilatoria. Grageas de una reforma que, si les diera la relación de fuerzas, pretenderían imitar a la brasileña.

Hay que pararle la mano

La resistencia a los despidos y tarifazos y las luchas salariales con cientos de conflictos laborales y marchas le indicó a Macri que hará lo que pueda, no lo que quiera. Esta inestabilidad preocupó a las corporaciones y al FMI, que quieren que Macri cumpla y avance. Saben de sus dificultades para salir muy airoso de las elecciones de octubre. Y que necesitan barrer a los nuevos delegados y dirigentes combativos. Ello será una tarea titánica.
Las luchas obreras, si bien no lograron un triunfo de conjunto por responsabilidad de la burocracia, le pusieron palos en la rueda al ajuste y complicaron al gobierno que debió postergar muchas de las medidas, retroceder en algunas o quedar a medio camino. El gobierno sueña con ganar aire y luego tratar de retomar su estrategia a la que no ha renunciado: avanzar con la reforma después de las elecciones.
Hay que pararle la mano. La CGT que venía de enterrar la energía acumulada en el paro del 6 de abril para seguir transando, se vio obligada a anunciar una marcha, sin paro, para el… ¡22 de agosto! Una burla. Se necesita pelear en serio por frenar las medidas flexibilizadoras. Prohibir por ley la precarización y los despidos y suspensiones y penalizar a las empresas que no cumplan. Reducir la jornada a 6 hs para generar más trabajo e implementar un salario que parta de $25.000 como planteamos desde el MST en Izquierda al Frente como primeras medidas de un plan alternativo de emergencia. Para defender nuestros derechos. Y que la crisis la paguen los capitalistas.

Aprobada por el Senado. Tips de la reforma brasileña

  • La jornada laboral podrá ser de hasta 12 horas.
  • Se permite pagar salarios sobre base diaria y hasta horaria, no obligatoriamente mensual.
  • Contrataciones por un día.
  • El empleado aportará a un Fondo de Indemnizaciones en caso de ser despedido.
  • Reemplaza las indemnizaciones por un seguro a cargo del empleado.
  • «Trabajador autónomo exclusivo». Nueva figura en la que el empleado queda atado a un empleador pero este podrá convocarlo sólo cuando lo necesite.
  • Aporte sindical opcional.
  • Mujeres podrán trabajar en lugares insalubres si un médico lo permite.
  • El empleador podrá partir las vacaciones en 3. (Por ejemplo: 14 días de vacaciones en 5, 5 y 4)
  • Las embarazadas podrán trabajar en lugares insalubres
  • Juicios laborales: se dificulta su acceso, Se agregan instancias a los juicios laborales y se duplican las costas.
  • Se podrá tercerizar incluso la actividad principal de la empresa (antes prohibido) Descanso máximo o almuerzo se fija en 30 minutos.
  • Podrán no pagarse horas extra si son devueltas más tarde en horas simples libres.
  • Los despidos colectivos no tendrán que ser negociados ya con los sindicatos.
  • Juicios por daños morales: se fijan límites en las sumas a pagar que los jueces no podrán exceder.
  • Amplía la tercerización, alcanzando la actividad principal del establecimiento
  • Crea nuevos tipos de contratos de trabajo, entre ellos el trabajo intermitente.
  • Amplía la posibilidad de acuerdos individuales, entre ellos la posibilidad de jornada de 12 horas por 36 horas de descanso y reducción de intervalo intrajornada.
  • Crea una comisión de representantes de los empleados para negociar directamente con la empresa. Liquida los acuerdos generales.
  • Dificulta y encarece el acceso a la Justicia del Trabajo
  • Acaba con el pago de las horas de desplazamiento
  • Excluye la obligatoriedad de homologaciones de despidos por sindicatos
  • Retira la obligación de negociar con sindicatos despidos colectivos
  • Restringe las hipótesis y fija límites de valores para indemnizaciones por daños morales proferidas por la Justicia del Trabajo
  • Revoca los 15 minutos de descanso antes de las horas extra para las mujeres

Guillermo Pacagnini


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