Paro en línea 60-MONSA. Todos adentro y condiciones de trabajo y servicio dignas

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El viernes 7 de julio, ante la caída del amparo dictado por el Juzgado Nacional del Trabajo N°40, el monopolio DOTA, gerenciador de la línea 60 fue negando tareas a medida que se presentaban a trabajar, los diez compañeros despedidos alcanzados por el amparo. El lunes 10/7 DOTA hizo efectivos los despidos que vienen como represalia patronal ante la indignación que provocó en los trabajadores la desidia de la que hicieron gala los jefes al momento del accidente que se llevó la vida de nuestro compañero David Ramallo el 9 de setiembre de 2016.

¡DOTA es culpable de la muerte de David Ramallo!

Es por eso que para esquivar su responsabilidad, la empresa apela a los despidos. Y por eso también nadie se engaña cuando quieren responsabilizar al Cuerpo de Delegados y a la organización gremial.
El jueves 13/7 luego de varias inspecciones de la Superintendencia de Riesgos del Trabajo y del Ministerio de Trabajo de la Provincia de Buenos Aires que encontró 70 irregularidades en las cabeceras, unidades y talleres, el Cuerpo de Delegados llamó a parar con el amparo de UTA que gestionó una reunión conciliatoria en el Ministerio de Trabajo de la Nación para el viernes 14/7. Desde ese día y en total unidad, mantenemos la línea parada exigiendo la reincorporación de los compañeros despedidos y que se cumplan todas las condiciones de trabajo y seguridad para nosotros y los pasajeros.
Una vez más por la intransigencia de DOTA, que se niega a firmar la cláusula de reincorporación de los compañeros, no hubo conciliación. Quedaron 19 ramales parados y 200. 000 pasajeros sin servicio. La empresa paga costosas solicitadas en los diarios para atacarnos, pero no ataca las irregularidades y mantiene a los compañeros despedidos.
Es por eso que estamos firmes acompañando el paro, la vigilia y esperando una respuesta de la empresa. Contamos con la fortaleza de las bases y del Cuerpo de Delegados y seguimos planteando que si DOTA no quiere trabajar en condiciones dignas y seguras, el servicio debe pasar a ser estatal, y ponerlo a funcionar con control de trabajadores y usuarios.

Martín Schermer y Gastón Maddelo


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