Cataluña 2010-2017: Los años de la lucha por la independencia

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La lucha por la independencia del pueblo catalán ha resurgido en los últimos años y está poniendo contra las cuerdas al gobierno derechista de Rajoy y a todo el régimen bonapartista del Estado español.

Jordi Pujol, presidente catalán 1980-2003, pactó con los sucesores de Franco el estatuto autonómico como parte de la Constitución reaccionaria de 1978. Luego el gobierno catalán tripartito del Partido Socialista (PSC), Izquierda Republicana (ERC) e Izquierda Unida/Verdes (ICV-EUiA) concertó con el presidente español Zapatero (PSOE) una reforma a ese estatuto. Pero en 2010 el Tribunal Constitucional español la anuló.
Los recortes a la autonomía y el rechazo del pueblo catalán ponen en crisis y liquidan esa coalición de gobierno. En consecuencia Artur Mas, presidente de la Convergencia Democrática de Cataluña (CDC) y de Convergencia y Unión (CiU), ocupa el gobierno autonómico. Mas buscaba un nuevo pacto fiscal con el gobierno español dejando la independencia para un futuro incierto, pese a la postura de sectores soberanistas como ERC y a la importante movilización del 10 de junio de 2010 que organizó Omnium Cultural y reunió a un millón de catalanes.
Rajoy rechaza de plano un nuevo acuerdo fiscal y la respuesta fue la masiva Diada del 11S de 2012. La organizó la Asamblea Nacional Catalana bajo el lema «Cataluña, nuevo estado de Europa» y congregó a dos millones de personas, en la mayor acción independentista de la historia. A partir de allí todo el proceso independentista se aceleró. Sus «demoras» se deben a las inconsecuencias de su dirección tradicional, con fuerte peso de los políticos burgueses catalanes.

De la masiva Diada de 2012 a hoy

A fines de 2012 e inicios de 2013 el Parlamento catalán aprueba, con oposición de la derecha y el PS españolistas, llamar a un «Referéndum para decidir la autodeterminación» y una «Declaración de Soberanía». La justicia española impugnó ambas iniciativas.
En 2014, a tono con una nueva Diada de casi un millón y medio de personas, el gobierno catalán decide convocar a un referéndum para el 9N. Aunque el gobierno español lo prohibió, la dirigencia catalana lo sostuvo en forma de consulta popular. Pese a los 5.000 guardias civiles enviados para impedirlo, participaron 2.300.000 personas y el Sí a la independencia logró un 81%.
El 27S de 2015 hubo elecciones al parlamento autonómico, llamadas como un verdadero plebiscito para votar a las organizaciones que proponían la independencia. Juntos por el Sí, coalición de la CDC burguesa y Esquerra Republicana, obtuvo el 39,6%. Sumados al 8,2% de la anticapitalista e independentista Candidatura de Unidad Popular (CUP), le dio el control parlamentario y la formación de un nuevo gobierno (del cual la CUP no participa).
Mas, jefe de la alianza gobernante, tuvo que renunciar a su candidatura a presidente ante la negativa de la CUP de votarlo por graves hechos de corrupción. Entonces Carles Pueydemont fue electo presidente de la Generalitat.
Por una combinación del ascenso independentista con la lucha de los «indignados» del 15M y el surgimiento de Podemos, en mayo de 2015 Ada Colau gana la intendencia de Barcelona. Lo hace apoyada en Barcelona en Comú, una amplia coalición de izquierdas. Por sus posiciones centristas y equivocadas sobre la independencia, en las elecciones autonómicas del 27S bajaron su votación.
En setiembre de 2016, Pueydemont lanza la convocatoria al plebiscito vinculante de este 1º de octubre.

La lucha por la independencia, el plebiscito y el golpe de Estado

Desde el lanzamiento del actual plebiscito, la cuerda se tensa cada vez más entre los representantes del Estado español (Rajoy, el rey Felipe, el Tribunal Constitucional, el PSOE y Ciudadanos) y el pueblo catalán y su actual dirección (el gobierno de la Generalitat, la ANC, la CUP, la izquierda de Podem y otros sectores independentistas). Se preanuncia un verdadero choque de trenes.
Este referéndum del 1º de octubre se votó el 6 de setiembre en el parlamento catalán. Lo aprobaron Juntos por el Sí y la CUP, se abstuvo Cataluña en Comú y votaron en contra el PP, el PSOE y Ciudadanos. También se votaron las leyes de desconexión, que dan el marco legal a una Cataluña independiente.
Aquellos que como Pablo Iglesias y Ada Colau sostuvieron posturas ambiguas, como apoyar la autonomía pero desconocer el plebiscito porque no era «legal», se tuvieron que reubicar ante la brutalidad del golpe de Estado español y defender el derecho a decidir y el gobierno autonómico. Triste rol es el de los estalinistas Anguita y Coscubiela, que terminaron haciéndole el juego a Rajoy y el rey. Las críticas españolistas de que la votación del parlamento catalán era «muy ajustada» fueron derrotadas cuando cinco días después la Diada del 11S volvió a reunir un millón de personas en Barcelona bajo la bandera del Sí al referéndum de la independencia.

El golpe de Estado y la respuesta

La respuesta del régimen español ante esta movilización no se hizo esperar. Ya el Tribunal había decretado la ilegalidad de las leyes del parlamento catalán y su guardia civil había realizado algún allanamiento buscando boletas…
Por eso y pese a no haber logrado en el parlamento español un cheque en blanco para su política, el 20 de setiembre Rajoy descargó un verdadero golpe de Estado. Más de 20 allanamientos a imprentas y dependencias del gobierno autonómico, 14 altos funcionarios presos, intervención al sistema informático y de comunicaciones, clausura del manejo de las cuentas del gobierno autónomo y citación a más de 700 alcaldes a declarar en la Fiscalía.
Esto ocasionó un verdadero levantamiento del pueblo catalán, una revolución democrática en defensa de su derecho a decidir y de su gobierno autónomo electo, contra la prepotencia y el autoritarismo del gobierno y la justicia españoles. Entre 40 y 80.000 en Barcelona, otros tantos miles en el interior. Una guardia civil arrinconada en su accionar por los mossos d’esquadra, la policía catalana.
Y así los días siguientes. Miles frente al lugar de detención de los presos políticos hasta que los largaron a todos. Otros miles distribuyendo boletas en las narices de las fuerzas represivas. Y por el otro lado, más amenazas de Rajoy, del Tribunal y la Fiscalía españoles. Enviaron un buque-dormitorio con 4.000 guardias civiles, pero los estibadores del puerto de Barcelona lo boicotean. El intento, sin suerte, de disciplinar los mossos al poder español. Desde Euzkadi llegan contingentes vascos a respaldar el referéndum, desde Galicia surgen manifiestos solidarios, en Zaragoza hay reuniones de Podemos y las formaciones independentistas, se hacen decenas y decenas de actos de apoyo en el resto de España y en muchos otros países…

¡Todo el apoyo a Catalunya!

La batalla de Cataluña se está convirtiendo en una lucha de los trabajadores y las naciones oprimidas de toda España contra el régimen monárquico imperialista que los gobierna. Para ganarla es necesario lograr la más amplia movilización para que el plebiscito de este domingo 1º sea un éxito, se derrote el golpe de Estado y se logre el retiro inmediato de la Guardia Civil y las tropas españolas. Y si el resultado del 1º no arroja un claro vencedor y el gobierno de Rajoy sigue redoblando la apuesta represiva, debemos prepararnos para continuar la pelea.
Desde el MST en Izquierda al Frente te invitamos a sumarte a la campaña de apoyo a la gesta independentista catalana, concurriendo a las distintas actividades de solidaridad, difundiendo su lucha y haciendo firmar el manifiesto internacional en solidaridad.

Gustavo Giménez


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