Paritarias: la pulseada que se viene

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Ante la inminencia de las paritarias, se empiezan a perfilar algunos problemas para el gobierno. Para 2017 el gobierno estimó la inflación en un 17%, pero la real superó el 24%. El aumento promedio del año pasado rondó el 20%, abajo del 24% de inflación oficial y muy por debajo de la inflación de bolsillo, que algunos estiman en 28%.

Los acuerdos del 2017 fueron marcados por las cláusulas gatillo, el pago en tramos y las sumas fijas. El ya implementado pago en tramos licúa el aumento y al anualizarlo significa siempre un porcentaje menor. En ese marco, la cláusula gatillo, si bien recompone el porcentaje de aumento alcanzado por la inflación, nunca termina de recomponerlo estructuralmente. Sin olvidar que además del pago en cuotas, se mantuvo el atraso que los sueldos ya traían con respecto al año anterior y que nunca fue recompuesto.

¿Cómo se prepara el gobierno?

Pretenden que sean sin cláusula gatillo, que sigan siendo en cuotas y con tope.

El ministro de Hacienda, Dujovne, aseguró que las paritarias de este año deberían cerrar en torno al 16,6% -ya que la inflación relevada por los bancos y consultoras privadas se sitúa en esa cifra- y adelantó que “prevé paritarias sin cláusula gatillo”. Varios sindicatos cerraron el año pasado con dicha cláusula, por ejemplo Petroleros, que firmó por el 20% en dos cuotas; Construcción, 21% en dos cuotas, y docentes bonaerenses, 21,5%. Todos pretenden la recomposición que correspondería a la cláusula gatillo.

El gremio bancario ya se encuentra inmerso en negociaciones paritarias y no arrancaron en forma cordial. La patronal ofreció un aumento del 9% en cuotas, lo que despertó la inmediata reacción de La Bancaria, que exige un mínimo del 20% y con cláusula gatillo.

El almuerzo que organizó el titular de los Gastronómicos, Luis Barrionuevo, junto a Hugo Moyano y otros jefes sindicales, cerró con fuertes críticas al gobierno. Las expresaron en un comunicado de seis puntos, donde reclamaron la derogación de la reforma previsional y “paritarias sin tope”, además de afirmar que no acompañarán la reforma laboral que la propia CGT había acordado con el oficialismo.

Este cambio sólo se explica por la gran presión del descontento que crece entre los trabajadores hacia sus dirigentes, por su complicidad con el gobierno y el ajuste. Más allá del cambio de posición de la burocracia ante el enojo de las bases, la conferencia de prensa mostró las limitaciones de estas direcciones, que en lugar de convocar a un plan de lucha con paro y movilización sólo anunciaron seis puntos de reclamos. Más que una verdadera defensa de nuestros derechos, eso termina siendo un mensaje para el gobierno para negociar.

¿Qué debemos hacer los trabajadores? Unidad y organización

Está en manos de los trabajadores salir con todo a frenar al gobierno y las patronales. Nada podemos esperar de las burocracias, que han traicionado y volverán a traicionar. Tenemos que exigir un plan de lucha nacional unificado, pero que salga o no dependerá de la presión que hagamos los trabajadores desde abajo. Nuestra tarea más urgente es la unidad y la coordinación de las internas y delegados combativos para reforzar la solidaridad con las luchas en curso y unificar los conflictos. Tenemos que construir por abajo un gran plenario de trabajadores y el paro nacional que hace falta.

Desde el MST, junto a activistas independientes de numerosos gremios estatales y  privados de todo el país, fundamos la Agrupación Nacional Clasista Antiburocrática (ANCLA), para ponerla al servicio de las luchas, la unidad y la organización de los trabajadores. Es el momento de organizarse y salir a la calle. Sumate y demos juntos la pelea contra el gobierno y por un nuevo modelo sindical, democrático, independiente y de lucha.

Federico Moreno


Paritaria docente: la madre de las batallas

Como demostraron con fuerza el año pasado, los docentes están entre los sectores más combativos. A su vez, la paritaria docente viene marcando el aumento testigo que condiciona, en alguna medida, a las otras negociaciones salariales. Con esto en mente, el 17 Macri dictó el Decreto 52/18 para anular la paritaria docente. El gobierno ya venía de impulsar una campaña de desafiliación y de modificar el control de las licencias. Ahora busca eliminar el derecho a discutir el salario inicial en la paritaria, fijándolo en 20% más del salario mínimo: apenas $ 11.400, cuando la canasta básica oficial supera los $ 16.000. El decreto también reduce la participación de CTERA en la mesa de negociación.

Los docentes tenemos que rechazar estos ataques y exigir paritarias libres, sin techo, con aumentos en un solo tramo, retroactivos a enero e indexados por la inflación real. CTERA se debe poner al frente de la lucha, pero también es necesaria una convocatoria a una reunión nacional en febrero de todos los gremios, seccionales, directivos, sectores clasistas y antiburocráticos y agrupaciones de oposición al ajuste, para preparar el “no inicio” de clases y enfrentar estas políticas esclavistas del gobierno.

Alternativa Docente en ANCLA


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