A pesar de la ofensiva de Rajoy con el 155… Sigue la lucha catalana

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Crece el reclamo por la libertad de los presos políticos. Y se mantiene viva la voluntad de autodeterminación y República.

El juez del Tribunal Supremo (TS) Pablo Llarena, bajo las órdenes de Mariano Rajoy, encarceló, exilió y/o procesó a la mayoría de los principales dirigentes del “Proceso”. Los acusa de desobediencia, rebelión, violencia y malversación de fondos, con penas que pueden llegar a 30 años de prisión.

Puigdemont encarcelado

El domingo 25 de marzo fue detenido en Alemania el presidente destituido Carles Puigdemont. Para el arresto, la policía de Merkel contó con el apoyo de los servicios de inteligencia españoles en virtud de la aplicación de la euroorden de detención de Llarena. Las últimas noticias indican que la Fiscalía General de Schleswig-Holstein, le pidió a la Audiencia Territorial tramitar la extradición de Puigdemont. Está claro que el régimen institucional español adquiere características cada vez más bonapartistas.

CDR a la vista

Las últimas detenciones generaron un fuerte rechazo en el marco de una polarización que se acentúa. Se expresó en una marcha enorme al Consulado alemán, en las concentraciones frente a las delegaciones del gobierno español y en el boicot al pago de peajes durante el regreso turístico de Semana Santa; en lo que se constituyó como una muestra de Desobediencia Civil.
El sello distintivo de las acciones se encuentra en que muchas fueron garantizadas por los Comité en Defensa de la República (CDR), que son organismos genuinos, heterogéneos, representativos, independientes y combativos. Esto es algo que no pasó desaparcibido para el poder, sus cómplices políticos y los medios de comunicación del régimen.
La Fiscalía de la Audiencia Nacional advirtió que podría emprender acciones legales contra los miembros de los CDR por actos de “rebelión” y “violencia”. El ministro del Interior, Juan Ignacio Zoido, insistió con los mismos argumentos.
El secretario de Organización del PSOE, José Luis Ábalos, llamó a combatirlos por ser el “germen de la kale borroka1”. Su filial catalana, representada por Miquel Iceta exigió “apagar” cuanto antes los “brotes de violencia” que pueden ser el camino a una “vía insurreccional”. El líder de Ciudadanos, Albert Rivera, le reclamó a Rajoy que actúe ante los “comandos separatistas violentos”.
Estamos en presencia de un intento por profundizar la criminalización de los reclamos, que hay que rechazar sin ambigüedades ni confusiones.
Lamentablemente, no es lo que hizo Xavier Domènech, dirigente de Comú-Podem, al afirmar que “El camino que puede llevar a expresiones de conflicto violento no creo que nos ayude”. Aunque luego se desdijo, la afirmación empalma con su propuesta de un acuerdo entre en Comú, PSC y ERC para un gobierno “transversal” a condición que “abandonen el bloque de la confusión” que para él implica insistir con el independentismo, como hacen los CDR.

La violencia en el Reino del Revés

El presidente Mariano Rajoy y el régimen institucional, son responsables por las cargas violentas a catalanes que estaban votando o con las manos levantadas en el Referendúm del 1-O al que declararon ilegal. También por la destitución del presidente Carles Puigdemont, la intervención de las instituciones, la realización de elecciones ilegítimas, la inhabilitación al Parlamento para investir a tres presidentes propuestos (Carles Puigdemont, Jordi Sánchez y Jordi Turull), el encarcelamiento, exilio y persecusión de independentistas, la condena a prisión a cantantes por sus letras, encausar a twitteros, penalizar el uso de lazos amarillos y prohibir llevar banderas esteladas a la final de la Copa del Rey.
Los violentos no son los CDR que defienden el derecho a la autodeterminación catalana. Los violentos son los que generaron una situación de golpe y recorte de las liberades democráticas, con la Constitución monárquico-franquista del ’78 y las porras en la mano.

No están a la altura de las circunstancias

Más allá del debate sobre la violencia, no se puede minimizar que la aplicación del 155 fue un duro golpe al “Proceso”.
No se debe a que Rajoy sea todo poderoso ya que el PP está mal. Como ejemplos, basta mencionar que: es señalado por corrupto e ineficiente, Ciudadanos lo está superando, los pensionistas y las mujeres rechazaron sus políticas y el Partido Nacionalista Vasco hasta hoy afirma que no votará el presupuesto 2018 sí se sigue aplicando el 155.
Entonces ¿Por qué pudo avanzar, sí tampoco hubo una derrota aplastante del pueblo catalán? En nuestra opinión, se debe al rol que vienen cumpliendo los dirigentes políticos de las organizaciones mayoritarias. Ellos dejaron pasar el momento de mayor empuje hacia la República y la suspendieron, esperando que Rajoy no aplicara el 155 y sin plan alternativo para responder a los embates estatales. Luego renegaron de la Declaración Unilateral de Independencia y, al cabo de tres meses, siguen peleándose por quién será el próximo presidente. Sería un error para el futuro de la República no señalar estas responsabilidades de ERC y del PDeCAT-JxCat. Las conducciones de CC.OO. y CGT también aportan lo suyo, al no jugarse por el apoyo al reclamo catalán, ni responder con huelga general y plan de lucha.
Por supuesto, hay excepciones, entre ellas la Intersidical-CSC. Y, más allá de las diferencias que tenemos con la CUP (Candidatura de Unidad Popular), hay que reconocer que no cayó en el pesimismo, sigue impulsando las luchas y enarbolando dignamente los objetivos de la República.

Ni un paso atrás

A pesar de todo, contra viento y marea, la lucha sigue. La voluntad del pueblo catalán es tan rica, extendida y profunda que no han logrado derrotarlo. La libertad de los presos políticos es un reclamo cotidiano que se multiplica, comenzaron las manifestaciones de Desobediencia Civil y en las calles se plantea la huelga general.
Por todo esto, consideramos que la primera tarea de los revolucionarios es impulsar y apoyar la lucha contra el 155 y por lal libertad de los presos políticos. Y ya hay una cita impostergable. El domingo 15 de abril, distintas organizaciones sociales, políticas y sindicales, llaman a realizar una gran movilización en Cataluña. Hay que impulsarla con toda la fuerza y unidad de acción posible, para que en España, en Europa y en todo el mundo haya acciones solidarias.
Mientras tanto, no dejaremos de señalar que el régimen del ’78, que fue moldeado para salvar al capitalismo y revivir a la monarquía, está agotado. Para debatir y decidir todo es necesaria la convocatoria a una Asamblea Constituyente, Libre y Soberana.
Se imponen cambios profundos, que no vendrán del poder central, ni de las propuestas electoralistas de los partidos burgueses nacionales como PP, Ciudadanos y PSOE o pseudo progresistas como Podemos. Nacerán de la participación popular, democrática y organizada, con el impulso que en su momento expresó el 15M.
A la par, seguiremos construyendo una organización que plantee derrotar al capitalismo, para que gobiernen los trabajadores y el pueblo, con la estrategia de una Federación de Repúblicas Socialistas de la Península Ibérica.

Manel Pere Lecha, Portal Anticapitalista

1. kale borroka: en euskera significa lucha callejera y se utilizaba para calificar las acciones de la izquierda abertzale, legalmente se consideraba terrorismo.

 


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