Polémica con el kirchnerismo ¿Cómo derrotar a Macri?

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La pregunta que encabeza este artículo es la clave del debate que atraviesa a miles de luchadorxs. Muchxs de ellxs simpatizaron con el gobierno anterior. Todxs repudian a Cambiemos y lo que representa. La dispersión de la izquierda anticapitalista estimula una concepción de conformismo posibilista. Queremos debatir esa postura.

El macrismo es la representación política de un proyecto hegemónico hoy en la burguesía. Esto quiere decir que las corporaciones tienen un único plan consistente en la normalización económica y política del capitalismo en Argentina. El marco regional se caracteriza por una etapa donde el capital requiere recuperar rentabilidad y para eso tiene una hoja de ruta:

Modificar las condiciones de acumulación abaratando costos de fuerza de trabajo (reformas previsional y laboral) e insumos (más extractivismo sojero y megaminero)
Recortar gasto estatal para transferir recursos hacia los sectores concentrados, eximiendo de impuestos a las corporaciones (reforma fiscal)
Recuperar el control de la calle por la vía de fortalecer el aparato de represión y espionaje estatal (negacionismo del genocidio y doctrina Chocobar)
La línea burguesa que describimos es continental y tiene en todos los países más allá de sus singularidades, un fuerte sostén de toda la política tradicional, los burócratas sindicales, la iglesia y las empresas mediáticas. La conciencia de clase los aúna en este plan A. En esto participa en Argentina el PJ y el kirchnerismo parlamentario; las conducciones gremiales de ese sector político y lo mismo en el movimiento social donde tienen cierto peso. Con esto, lo que queremos afirmar es que la fracción política derechista que gobierna toma su fuerza más de sus aliados de clase en el régimen que de una gran adhesión social de masas. Esta hipótesis es clave para el diseño de la política en este período.

Para ser bolivariano consecuente hay que ser anticapitalista

Es un hecho que sectores muy amplios de militancia kirchnerista simpatizaron con planteos declarativos del gobierno anterior (tanto de Néstor como de CFK) que reivindicaban la “patria de Bolívar, el Che y San Martín”, que despotricaban contra el FMI, que denunciaban al menemismo, que arremetían contra la política tradicional, que denunciaban a las corporaciones, el genocidio y la reivindicación de Cristina como mujer, etcétera, etcétera. Nosotrxs utilizamos un método de valoración política de caracterización, que juzga programas y, sobre todo, hechos, prácticas concretas, acciones. Por lo tanto, queremos repasar la conexión entre esos enunciados en política que contingentes de militancia de base K reivindicaron y las políticas públicas de un proyecto que tuvo peso mayoritario durante 12 años:

Antiimperialismo: las claves del sometimiento semicolonial del país son la deuda externa, el control transnacional de los resortes clave de la economía y el esquema de impuestos en el país. Sobre estos rubros el balance resalta que se pagó deuda externa al contado (nunca se revisó, ni se auditó); que se consolidó el modelo extractivo primarizador (agronegocio, megaminería, fracking) y que se mantuvo una estructura de impuestos con el IVA, el impuesto al salario y todo tipo de exenciones a las corporaciones
Renovación política: no se avanzó un centímetro en desmantelar el sistema de castas que administra el capitalismo en el país. Los privilegios económicos de diputados/senadores, jueces y jefes policiales siguió intocable. Se convivió con lo peor de la burocracia sindical: primero Moyano y siempre el ex –servicio del 601, el burócrata de la UOCRA, Martínez.
CFK y los derechos de las mujeres: durante los 12 años de gobierno del FPV se bloqueó el tratamiento de la legalización del aborto y nunca se aprobó presupuesto para emergencia en violencia de género. Obviamente, se sostuvieron los millonarios subsidios a la iglesia católica.
En definitiva: no se trata de hacer “balancismo” para ganar el debate sino de ubicar hechos concretos para discutir cómo se hace para no reeditar proyectos cuyos límites de clase y estratégicos se demostraron de forma muy palpable. Para ser bolivariano, antiimperialista y anticastas hasta el final hay que tocar intereses capitalistas. Imposible la coexistencia, ni la negociación. No se puede engañar el proceso histórico.

Contra Macri ahora, en 2019 y siempre: izquierda de mayorías y destituyente

La consigna “Hay 2019” que ordena la militancia K y el PJ con el eje de concentrar todo el esfuerzo en juntar votos en el 2019 en un gran frente anti-macrista revela varias cuestiones. Por un lado, es la confesión de impotencia frente al proceso de lucha de clases en curso, contra despidos, por salarios y los tarifazos. Ubicar el 2019 hoy es resignarse a perder antes de pelear a fondo. En segundo término, el amontonamiento anti-macrista como estrategia exclusivamente electoral a lo sumo contribuye al voto castigo o al mal menor. De ninguna manera propone un proyecto superador de la etapa anterior, sino que consolida un armado a derecha sin márgenes para ninguna medida de tibio reformismo. Por todo lo dicho, nuestra insistencia a lxs muchxs que sabemos que no van a asimilar fácilmente esa línea a cambiar el rumbo y militar por otro proyecto. Nosotrxs proponemos unidad en las calles para quebrar el plan de ajuste de Cambiemos ahora, no en 2019. Cuanto peor le vaya al macrismo y su plan normalizador capitalista, mejor le va a ir al 99 % que vive de su esfuerzo. Y que termine como se desenvuelva la movilización. En esto, somos categóricos: nuestro propósito es “destituir” este plan burgués de guerra contra la clase obrera, el movimiento de mujeres y la juventud. Es central, obviamente, unir los dos frentes de izquierda que hay en el país para darle mayor credibilidad a un proyecto con aspiración de poder y de mayorías desde el anticapitalismo. La cerrazón funcional del FIT hasta el momento contribuye al resignado posibilismo de muchxs que se pueden terminar refugiando en el amontonamiento anti-macrista por no ver en la izquierda volumen político. A todxs ellxs les proponemos multiplicar la lucha política por un proyecto grande, potente, transformador, bolivariano-antiimperialista y anticapitalista, unitario desde la izquierda. Para fortalecer esa tarea les planteamos militar por ella con el MST, en nuestro partido que tiene las puertas totalmente abiertas para ese acuerdo práctico-político. Ahora es cuando.

Mariano Rosa

 

 


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