Un viejo conocido. FMI: historia de entrega y saqueo

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Dado que en los últimos 12 años a pesar de integrarlo, la Argentina no estuvo sujeta a las órdenes del FMI, creemos bueno refrescar un poco nuestra memoria acerca de lo que es y qué representa este organismo.
El Fondo fue creado a finales de la Segunda Guerra Mundial en 1944, bajo las directivas y política directa del imperialismo yanqui, quienes preocupados por las pérdidas en el comercio internacional causado por la Guerra y el costo de la actividad productiva tenían la meta de recomponer la economía mundial. Así llamaron a 44 países a participar de su fundación. Su objetivo declarado era «desarrollar la cooperación económica entre los asociados». Pero en realidad serviría para financiar las importaciones de los países desarrollados más afectados por la guerra y facilitar el libre desplazamiento de los capitales de un país a otro, es decir facilitar y financiar la penetración de capitales imperialistas en los países periféricos, cosa que continúa hasta hoy.
Nuestro país, recién ingresó en 1956 ya que Perón con una situación económica excepcionalmente favorable se negó a entrar. Allí empezó la historia de nuestro endeudamiento con el FMI, aunque los primeros años fue esporádico y de corto plazo.. Así en los primeros 20 años, hasta 1976 y a pesar del desastroso gobierno de Isabel Perón y su Rodrigazo, la Argentina debía U$S 7.600 millones de dólares. En esta década el imperialismo se dio una política más ofensiva de endeudamiento de todos los países periféricos (Latinoamérica, Africa y Asia) urgido por la necesidad de colocar los millones de petrodólares excedentes depositados por los países árabes en EEUU. Para ello necesitaba de gobiernos dictatoriales que obligaran a sus países a endeudarse masivamente, aún sin necesidad en el sector público y privado. La Dictadura Militar cumplió con sobras este objetivo, en 7 años de «proceso» la deuda creció casi 600% a U$S 45.000 millones, dejándonos un saldo de 30.000 desaparecidos, la mayor fuga de capitales en la historia del país y una deuda impagable incluyendo la estatización de la Deuda de los privados, obra del Ministro Martínez de Hoz y su presidente del Banco Central, el recientemente reaparecido Domingo Cavallo, todo bajo las órdenes del FMI.Allí nació efectivamente la Deuda Externa ilegítima (tomada por una dictadura), usuraria (los intereses de créditos puentes superaban 4-5 veces la media) y fraudulenta (no había asientos de lo prestado, ni el destino ni lo devuelto) demostró el Fiscal Olmos años después en el llamado Juicio a la Deuda.
El yugo del Fondo, sus recetas y planes de ajuste tiñeron toda la vida política de la Argentina durante las próximas décadas. El slogan de campaña de Alfonsín que con la Democracia se come, se cura y se educa, se transformó en realidad en la pesadilla de hiperinflación empobrecimiento masivo de los trabajadores y un aumento de la deuda a U$S 65.000 millones a pesar de haber pagado más del doble de los prestado en concepto de intereses usurarios y capital.

La misma usura a través de los gobiernos

Caído Alfonsín, el Fondo convencido que la Argentina ya no podía pagar más en efectivo, vino a cobrarse en especias con Menem a través de apropiarse de las empresas del Estado. Así fueron privatizadas por precio vil empresas superavitarias como YPF, la primera red ferroviaria de Sudamérica, teléfonos, agua, gas, energía eléctrica, etc. El saldo fue la mayor desocupación y depauperización de masas conocida por el país, con más de 4 millones de despidos y un empobrecimiento que se ubicó cercano al 30%, con generaciones de desocupados crónicos. A pesar de esa terrible entrega y pérdida de soberanía, la Deuda siguió su camino ascendente, luego de una década de menemismo la misma se ubicó por encima de los U$S 144.000 millones. De nada sirvió la convertibilidad festejada por el FMI y sus socios, aplicada por su ministro estrella, el inefable Domingo Cavallo. La Alianza, con su ineptitud criminal la llevó a más de U$S 155.000, otra vez acompañada por una fuga de capitales superior a U$S 20.000 millones mensuales en el último periodo.
El Argentinazo fue la expresión semiinsurreccional de un pueblo hambreado y asteado del ajuste y la estafa del «corralito» que salvó sólo a los Bancos.La megadevaluación del 300% de Duhalde, que nos empobreció aún más llevando los salarios en dólares de U$S 660 promedio/mensual a menos de U$S 200, puso de manifiesto el fracaso estrepitoso de las recetas del FMI de los 12 años previos. El costo como siempre lo pagamos los trabajadores y también sectores medios.Los ricos y poderosos ya habían fugado sus dólares (se estima que hay depositados en el exterior una cifra superior a toda la Deuda Externa). De todos modos ni el default de esos años pudo evitar que la Deuda siguiera creciendo hasta niveles cercanos a los U$S 180.000 millones.
Con el trabajo sucio ya realizado y con una situación económica favorable excepcional, el gobierno de los Kirchner primero con Néstor y luego con Cristina se transformaron otra vez en «pagadores seriales» como ellos mismos reconocieron. La Deuda Bajó sólo por un periodo cuando la negociación con la quita del megacanje. La quita no afectó al FMI, que cobró en efectivo U$S 10.000 millones de manos de Néstor Kirchner, lo mismo el Club de París y tantos otros, sólo para que el kirchnerismo se diera el gusto discursivo de decir que habían desendeudado al país. La realidad es que habían cambiado un acreedor por otro, llevando la Deuda Pública del Estado a más de U$S 250.000 millones.

Otra vez sopa

Con Macri volvimos al ciclo clásico de endeudarnos en el extranjero, con los usureros internacionales. El resultado: ajustes y tarifazos permanentes, para hacer la obra pública se endeudaron en más de U$S 80.000 millones en estos 2 años de gobierno, llevando la Deuda a más de U$S 320.000. Y como no alcanzó, y vino la corrida bancaria que a todos desveló. Ahora recurrimos nuevamente al viejo conocido: el FMI que no en balde cuenta con el rechazo del 75% de la población que tiene en la memoria lo que hemos resumido en estas líneas.
Durante todos estos años se estima que hemos pagado más de 2 veces y media el valor de la Deuda originaria de la Dictadura, sin embargo pasamos de U$S 7.600 millones a los U$S 320.000 de hoy y no la cancelamos nunca ni la cancelaremos porque es impagable por sus condiciones de usura internacional de las cuales el FMI es su más conspicuo representante.

Gerardo Uceda

 


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