Macri y el FMI se tienen que ir. Son ellxs o nosotrxs

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Se ve más gente en la calle. No sólo aquella estructuralmente abandonada y marginada, sino cada vez más personas con esa mirada de angustia e indignación de quién aún no termina de entender qué pasó ni cómo terminó en situación de calle. Mauricio Macri prometió «pobreza cero» en su campaña presidencial, pero un tercio de los argentinos viven por debajo de la línea de pobreza.

«No vamos a devaluar…» El Macri candidato se había indignado ante las acusaciones de que su gobierno devaluaría el peso para favorecer a las exportadoras a cuesta del poder adquisitivo del pueblo. Sin embargo, entre sus primeras medidas, el Macri presidente implementó una fuerte devaluación que generó una inflación del 40% en su primer año de gestión. Con las sucesivas corridas del dólar, este año está previsto un nuevo récord pro. Cierto que de candidato Macri también había dicho que bajar la inflación iba a ser «la cosa más fácil» para su gobierno.

«…ni ajustar. No tenemos previsto tarifazos. No vamos a echar a nadie». Estas fueron las palabras exactas de Macri en el debate presidencial. Hoy parece un mal chiste. Y verdaderamente lo era. Macri mintió deliberada y cínicamente. El objetivo central de su gobierno siempre fue ajustar al pueblo trabajador para recuperar la rentabilidad capitalista. Ha despedido a cientos de miles, ha impuesto tarifazos impagables, y el ajuste es hoy declaradamente política de Estado.

Hay ganancias, y hay ganancias. Entre tantas mentiras, ya cuesta acordarse que Macri también había prometido que los trabajadores dejarían de pagar el impuesto a la ganancia; hoy son más los trabajadores que lo pagan. Eso sí, entre sus primeras medidas, el gobierno de Cambiemos eliminó las retenciones a las mineras y el agronegocio.

¿Y al FMI, quién lo votó? Ante el fracaso de su plan económico y político, Macri terminó recurriendo al FMI, con el que acordó un préstamo de históricas proporciones a cambio de aplicar un ajuste correspondiente. Los argentinos entendemos muy bien que el FMI sólo trae miserias. Es una estafa que Macri nos lo meta por la ventana, y es una estafa la fraudulenta deuda externa que nos desangra.

El ajuste no pasa sin represión. Cambiemos a demostrado con creces su disposición a reprimir. El asesinato de Santiago Maldonado, la defensa de Chocobar y la represión de las movilizaciones del 14 y 18 de diciembre pasados, resaltan entre incontables ejemplos. La necesidad del garrote para hacer pasar el ajuste también se evidenció en la reciente reasignación de presupuesto del ministro Dujovne. Al mismo tiempo que dicen que no hay plata para el presupuesto educativo y los salarios docentes, le quitan $1639 millones a las universidades, $346 millones a la ciencia y $254 millones a Desarrollo Social para sumarle $400 millones a Gendarmería, $588 millones a la Armada, $142 millones al Ejército y $42 millones a la Policía Federal.

Que se vaya. Macri ha incumplido todas sus promesas electorales y su proyecto ha fracasado. Se tiene que ir. La única salida democrática es adelantar las elecciones para que el pueblo decida. Pero no alcanza con volver a elegir presidente. Hace falta una asamblea constituyente libre y soberana, para refundar el país sobre nuevas bases. Para que, entre todxs, definamos cómo poner fin al robo de la deuda, implementar un aumento general de salarios y jubilaciones, la universidad, otro plan económico, controlar la banca y el comercio exterior, recuperar los servicios públicos, disolver el Senado, reconocer el derecho al aborto y separar a la Iglesia del Estado. O sea, qué proyecto de país queremos.

Necesitamos un nuevo modelo de país, construido con la fuerza de las mujeres y la juventud, con la experiencia y el coraje de la clase trabajadora. En el MST estamos trabajando por un proyecto así, con propuestas de fondo para avanzar hacia una Argentina feminista, laica y eco-socialista.

 


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