Juicio por el asesinato de Ana María Martínez

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El 11 de noviembre en el Tribunal Oral Federal de San Martín, empezó el juicio en la causa Ana María Martínez, militante del Partido Socialista de los Trabajadores (PST, de la corriente antecesora del MST), asesinada en 1982 en la zona norte del Gran Bs As.

Ana María tenía 31 años y estaba embarazada de dos meses y medio, había ingresado a las filas del PST en Mar del Plata, de donde tuvo que huir cuando allanaron su casa tras una fuerte represión de la dictadura contra el PST en esa ciudad. Vino a militar a la zona norte e ingresó a la fábrica metalúrgica DEA de Vicente López. Fue secuestrada cerca de su casa en Villa de Mayo el 4 de febrero de 1982, y su cuerpo apareció acribillado y enterrado el 11 de febrero en Dique Luján. Su asesinato, uno de los últimos de la dictadura militar, despertó una gigantesca ola de repudio hacia una dictadura que ya estaba acorralada y empezaba su retirada.

En una clara muestra de la lentitud selectiva de la justicia argentina, pasaron 36 años hasta poder sentar en el banquillo a los militares imputados. El tribunal está integrado por los jueces Silvina Mayorga, Daniel Gutiérrez y Marcelo Díaz Cabral, y el fiscal es Marcelo García Berro. Un equipo de abogados encabezado por Pablo Llonto representa a la familia y compañerxs de Ana María.

La causa Ana María Martínez es parte del mega proceso Campo de Mayo, donde están imputados Jorge Norberto Apa, ex Jefe del Destacamento 201 de Inteligencia y Raúl Guillermo Pascual Muñoz, ex jefe del Departamento de Personal G1. Los dos formaban parte del Estado Mayor de Institutos Militares con base en Campo de Mayo. Los dos genocidas se negaron a declarar, pero en otras instancias judiciales previas presentaron escritos intentando mostrar el asesinato de Ana María como «un crimen pasional».

En el secuestro y asesinato de Ana María hubo una participación directa de la División de Inteligencia Bonaerense (Dippba). Ana María fue fotografiada en una marcha de bancarios y un servicio de inteligencia se infiltró en sus actividades.

El Falcon verde en el que se la llevaron, hacía días que estacionaba cerca de su domicilio. Una testigo afirmó que fue el propio Luis Patti quien participó del operativo y la introdujo en el auto. También estuvo la policía de la zona, todo con la complicidad de los mandos militares de Campo de Mayo.

A pesar de que el juicio de lleva a cabo 36 años después del asesinato de Ana María, sentar a los genocidas y juzgarlos, es un logro enorme de la lucha por los derechos humanos, de la movilización y de la Comisión de Familiares y Amigos de Ana María Martínez, que el MST integra y de la que somos parte.

En la primera audiencia fuimos muches y obligamos a habilitar otra sala. Vilma Ripoll y una importante delegación del MST nos hicimos presentes con banderas y pancartas exigiendo castigo a los asesinos de Ana María. Ese día declaró la compañera Carmen Metrovich, cuñada de Ana María, hermana de José Metrovich que fue militante del PST y del MST y el compañero de Ana María cuando la asesinaron. José murió sin ver a los asesinos de Ana María pero sigue vivo en todes nosotres.

En las dos audiencias va quedando clarísimo el rol de la DIPPBA en el asesinato, a pesar de que ninguno de sus integrantes hoy esté sentado entre los imputados. Un documento fundamental dentro del material probatorio por el que se llegó a este juicio es el Legajo 17.949 de la Mesa DS (Delincuentes Subversivos) del archivo de la DIPPBA titulado «Trabajo de Infiltración en el PST». Allí la agencia bonaerense reporta al Destacamento 201 de Inteligencia de Campo de Mayo los resultados de la infiltración llevada a cabo en 1981 por el oficial subinspector Juan Pedro Peters dentro del grupo conducido por Ana María. Los testimonios de la segunda audiencia del 18/11 mostraron el particular interés y recursos que las fuerzas conjuntas depositaron en la persecución y represión del PST en la zona norte del Gran Bs. As.

Quedan varias audiencias y el compromiso y la exigencia de todes es el mismo. Cárcel común ya para los asesinos de Ana María. Ella sigue presente en todas las luchas, nunca la vamos a olvidar y no vamos a parar hasta que sus asesinos se pudra en la cárcel. Ese es nuestro mejor homenaje!

Ana Urruti

Vilma Ripoll junto a Carmen Metrovich, Susana Zaldúa y la Comisión de Familiares.

 


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