Lo único que «brota» es la crisis

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Los brotes verdes no se ven por ningún lado. Gobierno y oposición burguesa están lanzados a la campaña electoral, eso está claro y tiñe todas las declaraciones de uno y otro bando. Pero Macri no puede eludir el hecho que estamos ante otra ola en la crisis económico-financiera. Todo anda mal, dólar, inflación, empleo, producción, etc. Por eso vino el FMI para supervisar y ver si le tira el tercer salvavidas al gobierno para llegar a octubre. El verso electoral que Macri lanzó a los gritos en el pasado discurso de inauguración de sesiones legislativas, no convenció ni a su propios amigos políticos. Y los publicistas que se sumaron con el remanido argumento de los brotes verdes, metieron violín en bolsa.

La bronca pegó un salto. Con los tarifazos de fin de año que catapultaron la inflación de enero, febrero y marzo, aumentó exponencialmente la bronca popular hacia el gobierno y su ajuste sin fin. Con luchas por lugar en el sector privado, conflictos en el Estado, incipientes pero alarmantes «ruidazos» y otras expresiones obreras y populares estaba planteado un mayor cuestionamiento a la gobernabilidad. Pero como siempre la oposición tradicional del PJ, kirchnerismo y sus variantes, salió en su auxilio llamando a no hacer olas hasta las elecciones. Todos salieron a bailar la danza de los candidatos. Y la burocracia sindical hizo lo suyo. Levantando un paro no convocado y preparando una marcha para el 4 de abril que no levanta un programa obrero sino a favor de las patronales y que además está en veremos porque no se ponen de acuerdo.

A las elecciones, en el tren fantasma. Pero que hayan canalizado el ascenso y la bronca hacia las elecciones, con ayuda de la oposición, la burocracia y la prensa adicta, no quiere decir que hayan estabilizado la crisis. Muy lejos estamos de los brotes verdes que ven algunos y de la recuperación que según Dujovne «no vemos». Lejos del trencito de la alegría PRO, el recorrido hacia las elecciones parece más bien el del «tren fantasma», con una inflación del 3-4% mensual que no pueden bajar, un dólar que se dispara casi todas las semanas, con la producción industrial más baja desde el Argentinazo y más de 200.000 puestos de trabajo perdidos, es más que lógico que el terreno electoral sea un tembladeral.

¿Un tercer acuerdo con el FMI? Del 11 al 22 de febrero se instala el FMI nuevamente para supervisar la evolución de economía. Es la tercera vez que vienen. Con la lógica de siempre, dicen que apoyan incondicionalmente, nos someten más y piden más ajuste fiscal. Ahora nos dan U$S 20.000 millones, y autorizan a vender U$S 9.600 para contener el dólar (otro regalito para los especuladores de las grandes empresas). La oposición como Kicillof y Lavagna critican pero se juntan con el FMI para prometerles que, de ganar ellos. también van a pagar. De fondo, lo que el Fondo viene a rubricar es un tercer acuerdo, desembolsando más dólares con más controles y ajuste, porque los otros dos fracasaron. Dicen que lograron el «déficit 0» pero es ilusorio, si se le suma la inflación y se le agregan los intereses a pagar, estamos en rojo completo.

Las propuestas de la oposición no se diferencian demasiado. La burguesía, al ver la magnitud de la crisis y la caída de Macri en las encuestas y sabiendo que eso inestabilizará más la situación hacia octubre, salió a posicionar candidatos alternativos. Lavagna es en estos días la vedete de los medios. El problema es que, como los demás que se lanzaron desde las distintas alas peronistas, no tiene ningún plan distinto al de Macri, sólo habla de morigerar el ajuste, no «ser tan brutales con las tarifas» y pavadas del estilo. En el fondo Lavagna, Kicillof y todo el PJ no K coinciden en que hay que seguir por el camino del ajuste, aunque por cuestiones electorales hoy posen de críticos del mismo.

Hay que dar vuelta todo: Desde el MST-Nueva Izquierda decimos que hay que hacer lo contrario de lo que se está haciendo. Hay que ajustar a los de arriba que no sólo provocaron esta crisis, sino que se llevaron y se están llevando la plata a camionadas. Empezando por romper los lazos con el FMI y suspender los pagos de la deuda. Siguiendo por nacionalizar ya la banca y el comercio exterior para evitar la bicicleta financiera que ha permitido fuga de más del 60% de la deuda contraída en dólares (más de U$S 60.000 millones). Prohibir por ley los despidos y suspensiones, repartir las horas de trabajo con jornada de 6 hs manteniendo el salario. Reestatizar las empresas de servicios bajo control de los usuarios y trabajadores para tener tarifas accesibles. Y combatir la inflación desde el bolsillo de los trabajadores, aumentando los salarios, jubilaciones y planes al nivel de la canasta familiar y actualizados por la inflación real, eliminar el IVA a los productos de consumo masivo. Con medidas como estas empezaremos a solucionar los problemas más acuciantes de los trabajadores y el pueblo. Plata sobra, basta con observar lo que se le debe pagar al FMI en intereses y capital y lo que se roban las grandes corporaciones anualmente.


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