15 de mayo – En el 71° aniversario del Nakba. Miles de palestinos enfrentan las balas del gendarme israelí

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Cuando apenas han pasado 10 días del brutal bombardeo sionista sobre la Franja de Gaza y un terrible bloqueo coloca a sus habitantes al borde de un desastre humanitario, más de 10.000 gazatíes han vuelto a manifestarse en la frontera con Israel y se han realizado movilizaciones en la Cisjordania para repudiar al estado terrorista, exigir que cese la represión, las masacres y pelear por la liberación de Palestina.

En una jornada que incluyó un paro general en la Franja de Gaza, acompañando la multitudinaria manifestación en la frontera e importantes marchas en Ramallah y Belén de la Cisjordania. Cerramos esta edición de AS cuando los medios internacionales hablan de más de 60 manifestantes heridos (una gran parte son menores), 20 de ellos con balas de plomo, en una nueva manifestación de la llamada “Gran Marcha del Retorno” en la frontera gazatí. Al cumplirse este 15 de mayo un nuevo aniversario del Nakba, que significa “catástrofe” y es el termino palestino que se usa para describir el desplazamiento de más 800.000 árabes el proclamarse la fundación del Estado de Israel en 1948.

Se cumple un año del lanzamiento de estas protestas frente a la frontera que, en el aniversario de 2018 contó con más de 40.000 manifestantes, de los cuales 61 fueron muertos y más de 1.200 heridos por las balas israelíes, protestas que, a lo largo de 12 puntos de la frontera, repudiaban la decisión de Trump de proclamar a Jerusalén como capital del estado sionista. Pasó un año de aquel enfrentamiento y las acciones palestinas no cesaron. Todos los viernes y en los últimos tiempos con más frecuencia, protestas palestinas en la frontera repudiaban al terrorismo de Estado israelí. Pese a registrarse más de 200 víctimas mortales en estas acciones llamadas la “Gran Marcha del Retorno”, las protestas no cesaron hasta el día de hoy.

El sábado 5 de mayo como consecuencia de un nuevo asesinato de cuatro palestinos frente a la frontera, una respuesta defensiva con más de 700 cohetes lanzados por las milicias palestinas logró que una parte impacte sobre territorio israelí, burlando el blindaje del escudo anti misiles llamado “cúpula de hierro”, obligando a miles de invasores israelitas a refugiarse en bunkers antiaéreos y produciendo cuatro bajas mortales.

Como respuesta Israel descargó sobre Gaza una enorme carga letal, que contó con “250 objetivos militares”, en realidad en su gran mayoría lugares de la población civil, que dejaron como saldo 25 palestinos muertos, 140 heridos y 500 viviendas destruidas total o parcialmente. Utilizando nuevamente el método del asesinato selectivo, al matar a Ahmed Judari con el impacto de un misil dirigido al vehículo que conducía, y justificar el bombardeo a las barriadas populares tras el objetivo de atacar las viviendas de los jefes de las milicias gazatíes.

Completa esta agresión militar un bloqueo total al territorio de Gaza, que a una población palestina de dos millones de personas, que sufre una grave destrucción de su economía con más del 50% de desocupación, con los servicios de agua, electricidad y saneamiento prácticamente destruidos, la coloca al borde de una hambruna masiva, al bloquear la entrada de alimentos que dan de comer a más de un millón de gazatíes, según denuncia la agencia de la ONU para los refugiados palestinos de Oriente Medio (UNRWA).

Tanta saña asesina solo puede explicarse por la impotencia sionista frente a un heroico pueblo que nunca dejó de luchar, en el marco de una situación regional y local de polarización. En el terreno más general estamos presenciando una fuerte ofensiva del imperialismo yanqui que redobla su bloqueo sobre el pueblo iraní enviando una poderosa armada al estrecho de Ormus, y en Israel presenciamos un diseño entre el gobierno israelí de Netanyahu y Trump para crear un nuevo “pacto del siglo” destinado a convalidar el enclave asesino.

Del fracaso de la política de los “dos Estados” al “pacto del siglo”

Así es cómo han llamado a una salida que, abandonando los acuerdos de Oslo y la política de “los dos Estados”, ahora pretende darle a los palestinos un impreciso estatus autonómico y alguna promesa de financiamiento de sus territorios, prohibiéndoles el uso de fuerzas militares defensivas que quedarán en manos del ejército israelí, consagrando la integración a Israel de las colonias ilegales que instaló el sionismo en Cisjordania y legalizando definitivamente la ocupación de las Alturas del Golán (arrebatadas a Siria en la guerra árabe-israelí de 1967). Este pacto buscaría también la integración de más de 6 millones de palestinos refugiados por sus países de acogida como el Líbano o Jordania, prohibiéndoles definitivamente el retorno a los territorios arrebatados a sus familias.

A este nuevo avance imperialista, la resistencia palestina no le deja de presentar pelea, y en este choque la polarización política genera un fortalecimiento de las alas más de extrema derecha del gobierno sionista y el surgimiento de direcciones que proponen actitudes más radicales ante las vacilaciones y traiciones de la vieja conducción histórica de la OLP. Este fenómeno lo reflejó primero el Hamas y ahora lo expresa el fortalecimiento de la Yihad islámica. La polarización deja poco espacio para aquellos que intentaron negociar sin éxito con el Estado terrorista arriando banderas históricas, como la lucha por la expulsión del enclave imperial y por la creación de una “Palestina laica, democrática y no racista”.

La firma de la conducción de Al Fatah de los tratados de Oslo en 1993, con el gobierno israelí, el imperialismo yanqui y el canciller ruso, fue una maniobra funcional al Estado sionista, que tras la falsa promesa de dar alguna concesión al pueblo palestino, buscó ganar tiempo para concretar su verdadero objetivo: aplastar la lucha palestina, en el camino de expulsar, exterminar y seguir sometiendo a un régimen de apartheid a la población nativa que quede en los límites de la Palestina histórica hoy invadida por el enclave israelí.

La campaña del BDS por el boicot al Festival de Eurovisión en Tel Aviv

A la política de los “halcones” de Trump y Netanyahu la complementa la política de “las palomas” de UE, la ONU y la mayoría de las burguesías árabes, que lloran lágrimas de cocodrilo cada vez que Israel realiza una masacre, lanzan encendidos discursos humanitarios y sacan declaraciones, pero comparten con ella negocios, relaciones diplomáticas, y avalan a un Estado genocida que hace con los palestinos lo mismo que los nazis hicieron con el pueblo judío en la Segunda Guerra Mundial.

Es que el cinismo y las falsedades imperiales, se caen cuando la situación se pone al rojo vivo. El imperialismo y una parte importante de la burguesía árabe necesitan de Israel para enfrentar las luchas de los pueblos de la región.

Esta política ha quedado en completa evidencia al negarse la UE al reclamo palestino para que levante la final del Festival de Eurovisión que se está realizando en Tel Aviv entre este 14 y 18 de mayo con la participación de 17 países y 500 artistas invitados, justo en las fechas de la fundación del Estado terrorista y cuando éste no deja de matar y masacrar palestinos a menos de cien kilómetros de distancia.

Por ello ha sido muy importante la campaña que, por el Boicot, Desinversión y Sanción al Estado de Israel repudia la realización del festival y llama también a desinscribirse de A&B que, retrocediendo de una resolución anterior, ahora ofrece propiedades en los territorios ocupados de la Cisjordania.

La campaña del BDS ha logrado importantes repercusiones en todo el mundo ya que, con la contribución de cientos de organizaciones sociales, políticas, intelectuales y personalidades del arte y la cultura que apoyamos sus iniciativas, ha logrado entre otras acciones importantes, que miles de londinenses marcharan encabezados por la joven palestina Ahed Tamimi, por las calles de Londres el 11 de mayo pasado, repudiando las políticas del Estado genocida de Israel.

  • ¡Basta de masacres y ataques al pueblo palestino!
  • ¡Por el inmediato fin del bloqueo a la Franja de Gaza!
  • ¡Por la libertad inmediata de los presos políticos palestinos!
  • ¡No al “pacto del siglo” y al Estado terrorista de Israel!
  • ¡Apoyemos la campaña internacional por el Boicot, Desinversión y Sanción!
  • ¡Por una Palestina laica, democrática y no racista!

Gustavo Giménez

 


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