Salarios: vamos por aumento general y cláusula gatillo

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Para recuperar lo perdido y no seguir perdiendo

Alberto comenzó ajustando las jubilaciones y ahora pretende hacer lo mismo con los salarios, postergando paritarias, emparchando con un bono de miseria y rechazando los mecanismos de actualización. Para ello apuesta al rol de la burocracia, pide «mesura» y prepara el pacto social. Hay salir a reclamar paritarias libres, aumento general y cláusula gatillo.

Más allá de la gestualidad discursiva y de un estilo amigable, la hoja de ruta gobierno de Alberto tiene un objetivo indisimulable: hacer buena letra con el FMI y demás usureros y ordenar la economía por el pago de la deuda. «Crecer para pagar» es la consigna ordenadora que habla por sí sola. Priorizar «a los más postergados», es la excusa tramposa para meterle la mano en el bolsillo a los sectores medios, a los jubilados y a los trabajadores.

Esa «prioridad» implica medidas que apuntan a mantener pequeños parches sociales de corto alcance que ya existían y que no revierten la grave crisis de los que menos tienen (tarjeta alimentaria, precios cuidados, relativo congelamiento de tarifas, etc.) Y que están muy lejos de la promesa de «poner plata en el bolsillo».
Y el ajuste a los «no prioritarios» ya empezó. Primero con un claro recorte en las jubilaciones y ahora apunta a los salarios como variable de ajuste.

La mano en nuestro bolsillo

Gran parte de la campaña de Alberto y el Frente de Todos se basó en las críticas al saqueo macrista. Pero hoy se convalida lo actuado. Sin lugar a dudas las heroicas peleas de trabajadores no le permitieron al gobierno anterior «bajar el costo laboral» a la medida de los requerimientos del establishmen. Pero a pesar de ello el recorte salarial incentivado por el sablazo que significó la última devaluación, significó una pérdida del poder adquisitivo de los salarios no menor a un 35-40%. Mayor en los estatales y en los monotributistas y precarios. Pero por supuesto, como tampoco lo hizo con las tarifas y los precios, el gobierno actual se ha negado a recuperar lo perdido. Esa brutal transferencia de recursos queda en el haber de empresarios y estado. Y ahora pretender ir por más. En acuerdo con la UIA y demás foros empresariales, tratarán de postergar paritarias. A cambio, con la complicidad de la burtocracia de todo pelaje, pretenden taparnos la boca con un bono miserable a lxs trabajadorxs estatales de sueldos más bajos es de sólo $ 4.000, en cuotas y como anticipo de futuros aumentos. Y el bono a sus pares del sector privado es de $ 3.000 en febrero y $ 1.000 en marzo, otra verdadera burla. Para la mayoría, cero aumento. Ahora Alberto llama a la «mesura» en los aumentos y a que, cuando se anuncia una inflación récord de más del 53% y una proyección que promete no aflojar, no se pida cláusula gatillo. Hay que rechazar esta política claramente de ajuste y preparar el conflicto para ir por lo que nos corresponde.

Organizar la pelea por el salario

El presidente dijo tener «confianza» en los dirigentes sindicales amigos que van a ser centinelas de la «mesura». Son los mismos con los que está preparando el pacto social para solidificar esta «solidaridad» con las corporaciones empresarias y acumular fondos para cumplir con la deuda usurera.

Rechazamos este pacto y esta política de ajuste. Llamamos a luchar por aumento general de salarios, jubilaciones y planes sociales con actualización automática según la inflación real, apertura de paritarias sin techo. Prohibir por ley despidos y suspensiones, repartir las horas de trabajo con igual salario y nacionalizar toda empresa que incumpla. Retrotraer las tarifas y estatizar los servicios públicos con control de trabajadores y usuarios. Reforma impositiva para que paguen más los que más tienen. Y para poner la economía al servicio de las mayorías y dar verdadera respuesta a la deuda interna, romper con el FMI,
suspender los pagos de la deuda externa y auditarla, para así demostrar que en realidad no debemos sino que nos deben.

Este camino se puede seguir si se tocan los intereses de los bancos y las corpo-raciones, en un rumbo opuesto al que ha elegido el nuevo gobierno.
Llamamos a discutir estos reclamos en asambleas, plenarios y reuniones de activistas. A la unidad de los sectores del sindicalismo combativo para empujar esta pelea y a reclamar y preparar el plan de lucha nacional que se necesita.

Guillermo Pacagnini

 

 


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