Junto a Susana Trimarco y por Marita

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Vilma Ripoll

Viajé a Tucumán, el 3 de abril, para acompañar a Susana Trimarco, madre de Marita Verón, en el homenaje realizado al cumplirse los 10 años de su desaparición. También asistí con Lita Alberstein al juicio contra 13 imputados y la emotiva marcha que se realizó desde los Tribunales, junto a su hija Micaela, su pareja David Catalán, Abuelas y Madres de Plaza de Mayo, y organizaciones de género, CTA, diputados y partidos políticos.

Ese histórico día estuve presente, cuando declaró Fátima M.y su madre Adriana, una joven que tenía 16 años, cuando fue secuestrada y retenida en la casa de Daniela Milhein, por la mafia de los Ale, para obligarla a prostituirse. Es una testigo clave, ya que vio en 2 ocasiones a Marita, secuestrada en ese misma lugar. Adriana, su madre, denunció cómo la policía amparó a la mafia, ya que se negó a tomar su denuncia por desaparición, mientras recibía a Daniela Milhein, la secuestradora, en la propia comisaría. Realmente, fue escalofriante, todo lo que escuché y vi. Los 13 imputados libres, a un paso de Susana y los testigos. Un ambiente de amenazas, y violencia, hace que cada testimonio valiente, sea una cachetada contra la impunidad. Testigos que no tienen la protección necesaria. Este juicio, me hizo recordar a los que asistí contra los genocidas, los métodos del secuestro, tortura y sometimiento, en democracia, eran los mismos que la dictadura militar.

A 10 años de la desaparición de Marita, la lucha de su madre, con una pelea incansable, ha logrado destapar parte de las redes mafiosas. También consiguió que en el 2008, se vote la ley 26364, contra la trata, que es un primer paso, pero no alcanza, ya que presume que las víctimas mayores consintieron su propia explotación.

La ley debe modificarse, aumentando las penas, en caso de menores, y debe establecer el estado políticas efectivas de prevención y asistencia a las víctimas.

No hay trata, si no hay impunidad. Todas las víctimas son secuestradas y sometidas en un verdadero circuito mafioso, que recorre provincias y países. No hay trata, sin amparo de los gobiernos, la policía y los jueces.

Es necesario, que hoy se condenen a todos los imputados y a todos los cómplices políticos y judiciales de este caso. Hay que depurar la policía, y la justicia, destituyendo a todos los corruptos, y democratizarlas, eligiendo por voto directo a sus miembros

Junto a avanzar en la organización y movilización para dar esta pelea, por Marita y por más de las 600 mujeres que desaparecieron en el último año.

 


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