El miércoles 28 de marzo comenzó en Neuquén la segunda etapa del juicio a los genocidas de la dictadura cívico militar que actuaron en nuestra región, denominado “La Escuelita II”. En esta instancia se juzga a 24 genocidas entre militares, personal de la policía de Río Negro y personal civil de inteligencia, siendo su mayor exponente, Guglielminetti.
Pero este juicio ha comenzado con irregularidades que deben ser denunciadas y que demuestran que el aparato represor sigue intacto al igual que la complicidad de distintos sectores.
Lo primero que debemos denunciar es la dilatación en el comienzo del juicio que debió ser en noviembre del año pasado y que el Tribunal no garantizó el acondicionamiento de AMUC, lugar en el que realizarían y en el que podían participar decenas de compañeros y compañeras.
La falta de seguridad de los propios compañeros y compañeras que asistimos a las audiencias, ante las provocaciones constantes de los genocidas que se pasean por delante nuestro sin esposas ni llamados de atención.
Las amenazas por parte del presidente del Tribunal, ante cualquier expresión en voz alta contra los represores. So pena de ser expulsados de la audiencia y no poder volver a entrar mientras dure el juicio, y por último la decisión del Tribunal de rechazar el pedido de revocatoria de las domiciliarias y excarcelaciones ante el atentado a Oscar e Inés y brindarles el beneficio de no tener que estar presentes en el transcurso del juicio.
Pero aún hay dos hechos cualitativamente superiores que se dan en este marco.
El primero es la repudiable manera en la que la Policía Federal-que junto a personal penitenciario son los encargados de la seguridad y el traslado de los represores- se retira del lugar al término del primer día, tirando al piso dos gases a los compañeros y compañeras que allí se encontraban, generando en el rebote, que el gas le diera de lleno en la cara a una compañera provocándole lesiones en su rostro, por lo que debió ser asistida en el hospital.
Y el segundo, el atentado sufrido en la casa de Oscar e Inés Ragni, padres de un desaparecido miembros de la Corriente por los Derechos Humanos él y Madre de Plaza de Mayo, ella, recibiendo 4 balazos en la puerta, el martes 27 por la madrugada.
Estos hechos son muy graves y por lo mismo debemos tomarlos con la mayor seriedad para salir a denunciar en el marco más amplio de unidad, a los poderes e instituciones que aún hoy, mantienen un velo de impunidad sobre los genocidas y sus cómplices. Así desde distintas organizaciones, hemos salido a responsabilizar al Tribunal Oral Federal por lo sucedido el primer día del juicio y a los gobiernos provincial y nacional, por cualquier otro hecho que pueda suceder en el transcurso del mismo. Y por lo mismo, llamamos a rodear de solidaridad a Oscar e Inés. Porque el ataque a su hogar, fue también el ataque a cada uno de los militantes y activistas.
Como así también creemos que todos deben expedirse al respecto de lo sucedido, porque cuando hace años dijimos NUNCA MÁS, también se lo decíamos a la impunidad, a la complicidad, a la inacción de la justicia.
Vaya nuestro mas profundo repudio a estos hechos y la exigencia de ¡investigación ya!
¡Por cárcel común, perpetua y efectiva a todos los represores!