Dólar: ¿otro corralito?

Spread the love

Desde hace ya más de 4 años que se acabaron los famosos superávits paralelos de Néstor. Desde entonces y acelerada por la crisis del 2008, que la balanza comercial Argentina viene siendo deficitaria. También lo es el panorama fiscal, es decir el estado viene gastando más de lo que recauda. Fue por eso que el gobierno intentó arrancar una tajada más a los dólares de la soja vía incrementar las retenciones y eso lo enfrentó con todo el campo, en especial con los pequeños y medianos productores. Desde entonces la fuga de capitales creció año tras año, superando en los últimos los U$S 20.000 millones/año.

Esta combinación de déficit de la balanza comercial, déficit fiscal creciente y consecuentemente fuga de dólares por las grandes empresas, es la base de las medidas que está tomando el gobierno y que han generado bronca, desconfianza creciente, picada del dólar paralelo y algunos cacerolazos que aterran a los partidos del régimen por la sola evocación del 2001.

El otro componente que alimenta la presión alcista sobre el dólar es el hecho que la inflación anual altísima de los últimos años producto de múltiples factores, hizo que el dólar por más que subiese esté relativamente atrasado o “barato” según las apetencias de la burguesía. Por eso vienen insistiendo desde hace años en que hay que devaluar para que ellos recuperen competitividad. Claro que esto traería más inflación (por la alta composición dólar que tiene nuestra industria) y esto lo sabía el gobierno que se negaba a devaluar nuevamente por temor a una reacción popular masiva.

El nuevo corralito a la compra de dólares

Al profundizarse la crisis económica mundial y empezar a frenarse la economía argentina, estas contradicciones se hicieron insostenibles. Primero se quiso revertir el déficit comercial poniendo trabas al ingreso de productos importados intentando que se vayan menos dólares, sin contemplar que Brasil haría otro tanto y que frenaría el ingreso de autos desde la Argentina. Pero para pagar la deuda el gobierno necesita dólares frescos. Fiel a sus principios de no tocar a los grandes grupos económicos el gobierno no tuvo mejor idea que impedir la compra minorista de dólares, primero poniendo trabas desde la AFIP, luego poniendo perros en la calle Florida y hasta limitando la compra a los que viajan al exterior.

Estas medidas además de ser ineficaces han generado gran desconfianza en la gente y el sólo sonar de las cacerolas, aunque sea de los barrios más pudientes, preocupa seriamente al gobierno. De nada está sirviendo el verso nac&pop de que “tenemos que dejar de pensar en dólares” o “vamos a una pesifi-cación”. Estamos frente a una medida que ataca a pequeños y medianos ahorristas, mientras los grandes especuladores siguen haciendo negocios.

Hay que nacionalizar la banca y el comercio exterior

Lo que debemos hacer para impedir la sangría de los dólares hacia el exterior es lo opuesto a lo que hace Cristina. Hay que nacionalizar el 100% de la banca, ya que mientras sigan existiendo bancos privados de capitales imperialistas, socios financieros de las multinacionales que operan en el país, es imposible impedir que éstas giren miles de millones por año a sus casas matrices o que los grandes capitalistas nacionales usen esa vía para fugarlos. Lo mismo pasa con la Aduana y el comercio exterior. Mientras no esté totalmente en manos del estado y controlado por los trabajadores seguirán la maniobras de subfacturación y sobrefac-turaciones que terminan abonando la fuga de capitales. Estas son las primeras medidas que se requieren para recuperar las reservas en dólares del país, para seguir con la repatriación de los más de U$S 160.000 millones que se calculan que tienen los grandes empresarios depositados en el exterior y que fueron fugados en todos estos años fundamentalmente a partir del 2002 cuando la devaluación duhaldista les permitió enormes ganancias a expensas de la explotación de millones de argentinos. Pretender estabilizar el dólar, recuperar las reservas y “bajar el dólar paralelo” mediante restricciones a lo poco que puedan comprar el pueblo es imposible y mentiroso porque no ataca la génesis del problema.

G.U.

 


Publicado

en

por