Sobre el cierre de esta edición se presentó en sociedad el nuevo sindicalismo K. Los traidores de la CGT Balcarce y Yasky, otro bufón de la Rosada, transaron con los empresarios y con la bendición personal de Cristina una de las mayores estafas de este gobierno: un salario verdaderamente “mínimo” a pagar en dos cómodas cuotas. Esta verdadera burla no alcanza a cubrir la canasta básica y solamente afecta a poco más de 113.000 trabajadores registrados. Muy por debajo de la inflación real y lejos, muy lejos, de cubrir siquiera la canasta básica. A partir del 1° de septiembre el mínimo subirá un 16%, es decir pasará de los $2.300 actuales a $2.670, lo que equivale a un 85,7% de la canasta de pobreza. Recién a partir de febrero próximo el salario aumentará otro 9% y subirá a $2.875. Y encima pretenden que este valor sea el “de referencia” para todos los trabajadores. Una horas antes, nos movilizamos con la CTA al ministerio de Trabajo para repudiar la componenda. Ellos pasaron a un “cuarto intermedio” seguramente porque les molestaban los reclamos de miles de voces. La CGT de Moyano no fue de la partida y una delegación de la Federación Agraria también se movilizó.
En el acto de CTA se anunció la inminente convocatoria a un nuevo Paro Nacional con cortes en todo el país y una marcha a Plaza de Mayo. Se necesita que sea unitario con la CGT para amplificar la fuerza y rechazar esta política antiobrera, reclamando un mínimo de $5000, la eliminación del impuesto al salario, asignaciones para todos, 82% móvil y un plan de emergencia para que la crisis la paguen los de arriba.