El sábado 1de junio se realizó una visita a la ESMA organizada por la Asociación de Ex-Detenidos y Desaparecidos (AEDD), con algunos de los sobrevivientes de ese centro clandestino de detención y tortura durante la dictadura militar. Carlos “Sueco” Lordkipanidse, Enrique “Chiquito” Fuckman, y Osvaldo Barros fueron los compañeros que nos llevaron a recorrerla. Como parte del Encuentro Memoria, Verdad y Justicia, desde el MST y junto a nuestra compañera Vilma Ripoll, participamos del relevamiento de las reformas hechas estos años y evitar la banalización del peor campo de tortura que tuvo la dictadura.
El proyecto kirchnerista de ‘resignificación’ en la ESMA, en particular en el Casino de Suboficiales, busca modificar el espacio, cambiar el sentido original del “recorrido” que hacían los compañeros detenidos, instalar una puesta museográfica, con espectáculo de luces y proyección de fotos de compañeros detenidos y desaparecidos junto a represores. El proyecto también incluye una cascada de agua en símbolo a la vida. Descomunal proyecto en un lugar donde se debería fomentar la memoria y el homenaje a los compañeros desaparecidos, incorporando sus relatos, sus vidas e ideales, en vez de organizar asaditos, kermeses y proselitismo oficialista, muestra una vez más el cinismo de quienes dicen ser los abanderados de los derechos humanos.
No a las luces y el sonido, sí a la memoria y a la justicia.
La ESMA es el símbolo desde donde se pensó, organizó y ejecutó el plan de tortura y muerte, pero es sólo uno de los más de 600 CCD en todo el país. Y como decía en el recorrido Enrique ‘Cachito’ Fukman, “el objetivo era destruir toda forma de organización de nuestro pueblo, y en base al terror, romper todo el entramado social para a partir de ahí cambiar todas las condiciones sociales, culturales y transformar política y económicamente al país.”
Actualmente, en las 17 hectáreas de la ESMA funcionan desde el Archivo Nacional de la Memoria, el Canal Encuentro e H.I.J.O.S, hasta centros de la UNESCO y Madres de Plaza de Mayo, todos oficialistas. Sin contar que recientemente se anunciaron la construcción del Museo y Memorial de las Malvinas y “un lugar exclusivo en el Museo de la Memoria en la ex ESMA” , para el ataque contra la AMIA. Cuando todo el predio, incluídos sus 30 edificios, deberían ser tratados como un testimonio material del genocidio y prueba judicial para los juicios actuales y futuros.
Donde hubo tortura y muerte debe mostrársela al futuro y señalar sus verdaderos responsables, y no hacer un circo para fingir vida con el único fin de olvidar, reconciliar y ocultar a las futuras generaciones la historia de un pueblo que luchó contra la entrega, el ajuste y la represión. Lucha que hoy continuamos quienes enfrentamos la dictadura desde la clandestinidad en aquellos años y que hoy seguimos peleando y levantando esas mismas banderas.
Por eso nos oponemos la banalización del horror que le costó la vida a más de 30.000 luchadores en este país, que intenta hacer Cristina que nunca fue a una marcha del 24 de marzo ni presentó un sólo habeas corpus como abogada. Con la lucha de todo el pueblo argentino que no olvida, conseguimos que se votara la ley de anulación de la obediencia de vida y punto final, que permitió que empezaran los juicios. Está transcurriendo el de la ESMA y por eso es importante seguir dando la batalla de la conciencia y preservando las pruebas. Es necesario tomar en nuestras manos esta campaña por la lucha para que este festival de luces y sonido no modifique el Casino de Suboficiales, símbolo de tortura y muerte.
Ingrid Urrutia