Mientras Cristina habla de las grandes ventajas de estos acuerdos para el país, de que hay que aceptar a los que quieren invertir genuinamente en la Argentina, de Mao, el socialismo chino y otros bolazos más, distintos historiadores discuten si esta entrega se compara con el tratado Roca-Runciman de los años 30 del siglo pasado o la mejor comparación es el convenio de Alvear con la Baring Brothers en el siglo XIX.
Parece que el gobierno ha logrado otro record… mientras habla de soberanía, ha superado a Menem, Videla, Onganía, Frondizi, La Libertadora, entre otros gobiernos que nos entregaron de pies y manos a las potencias imperiales.
Entrega certificada
Son 15 los convenios firmados y van desde la facilitación para la entrega de visas a los turistas chinos, a la sesión por 50 años con exención de pago de impuestos de 200 ha de la provincia de Neuquén para la instalación de una base lunar China.
La base, que se empezó a construir incluso antes de que el Parlamento la autorizara, podrá importar trabajadores chinos, que regirán su actividad por las leyes de China, y nuestro país se verá impedido de interrumpir sus actividades, pudiendo utilizar solo una parte mínima de las instalaciones.
Si bien los funcionarios hablan de su uso sólo para acciones civiles pacíficas, la realidad es que las actividades planteadas tienen un valor militar estratégico y la agencia china que sostiene el emprendimiento, la CLTC, depende del Ejército Popular Chino.
Entre los acuerdos, se destacan también:
• La alianza de YPF con la petrolera estatal china Sinopec para el área de Vaca Muerta con cláusulas similares a las ya firmadas con Chevron. O sea contaminación y saqueo.
• Créditos para el mejoramiento del Belgrano Cargas, que serán atados a la compra de insumos chinos y que impiden la producción de repuestos y el mantenimiento de empresas argentinas.¡Hasta los durmientes van a importar! De la mano de Randazzo, seguimos destruyendo la industria nacional ferroviaria como hicieron con el cierre de Emfer y Tatsa.
• Financiamiento por 4.700 millones de dólares para la construcción de las represas Néstor Kirchner y Cepernic en Santa Cruz. Obras muy cuestionadas, ya que hay 20 proyectos hidroeléctricos más urgentes en el país; su construcción va estar a cargo del consorcio kirchnerista Electroingeniería, asociada a una empresa china acusada de generar enormes sobreprecios en la construcción de una represa en Nepal; y encima las tierras que ocupará el embalse de la represa, y cuyo precio se disparará por las nubes, pertenecen a Lázaro Báez. Negocio K redondo… gran agujero para el país. Ni hablar de que los ambientalistas locales sostienen que puede arruinar el glaciar Perito Moreno al cambiar el régimen hídrico de la región.
• Completan el acuerdo la construcción de una cuarta central nuclear, con tecnología que muchos cuestionan por su incompatibilidad con la utilizada en el país. Otro convenio para la construcción de un Reactor de Agua Presurizada en Argentina. El financiamiento de la Central Termoeléctrica Manuel Belgrano y la incorporación de la señal televisiva estatal china a nuestra grilla oficial de canales. Todos con cláusulas muy favorables a los capitalistas chinos.
Financiamiento a cualquier costo
La Argentina atraviesa por una grave crisis en sus divisas en dólares. Las reservas del Banco Central, que han sido usadas junto a los fondos del ANSES para pagar deuda externa y financiar el déficit estatal ya no dan para más. En medio de una grave recesión que cruza el país la balanza comercial con China ya supera los 8.000 millones de dólares anuales de déficit.
Por eso Cristina acordó un préstamo con China llamado “swap” por 11.000 millones de dólares. El swap no es un préstamo directo, sino un convenio para pagar en yuanes las importaciones de China. Y que en un momento que hacen faltan divisas alivia una situación que llevaría al borde del estallido en un año electoral.
En total el costo de estos swap y del resto de los convenios será de alrededor de 30.000 millones de dólares, que se sumarán a lo que debemos por deuda externa. O sea que los K, no solo comprometen nuestra soberanía, nuestro desarrollo industrial independiente, dejan correr emprendimientos contaminantes de nuestro hábitat, sino que armaron una bomba de tiempo que va a estallar sobre las cabezas de todos los argentinos.
Hace falta terminar con el modelo de entrega de los K y los que ya gobernaron. Hay que desarrollar un modelo que priorice el desarrollo independiente del país y las necesidades del pueblo por sobre el pago de la deuda y el saqueo de las grandes multinacionales.
Gustavo Giménez
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