El Partido Socialista de los Trabajadores, antecesor del MST, fue una de las organizaciones de izquierda más dinámicas de los comienzos de la década del 70. Profundamente arraigado en esa nueva vanguardia que surgió después del Cordobazo, supo combinar una importante inserción en las luchas obreras con la participación audaz en el proceso electoral en aquellos años. Y al calor de esa intervención acumuló una importante cantidad de cuadros jóvenes.
La Triple A, creada por Perón y luego dirigida por Isabel y López Rega, descargó tres graves masacres que se llevaron la vida de 16 compañeros. Golpes muy duros que no pudieron quebrar la voluntad de los heroicos militantes que nunca dejaron de pelear junto a las luchas de los trabajadores.
La política frente a la dictadura
Nuestra organización, que tuvo que pasar a la clandestinidad, levantó como tarea esencial de la etapa la pelea por la caída de la dictadura. Entendía que esto sólo podía ser obra de la lucha del movimiento de masas y no de la valiente acción de algunos grupos armados, muchos de los cuales como los Montoneros o el ERP ya estaban bastante golpeados por el Operativo Independencia y las consecuencias del «decreto de aniquilación» de Luder e Isabel. Consecuente con pelear pegado a la clase, nuestro partido supo retroceder con ella, mandó a buena parte de los compañeros jóvenes a estructurarse en fábricas y empresas, y resistir desde allí.
Mientras tanto una pequeña parte de la organización como los abogados que trabajaban con Enrique Broquen, mantenían una actividad de semilegal visitando y atendiendo a los presos políticos, apoyados por una red de militantes y familiares que los atendían en sus prisiones y acompañando la formación de los organismos de derechos humanos, en particular de las heroicas Madres de Plaza de Mayo o el CELS.
La clandestinidad fue una escuela de resistencia, donde se arriesgaba la vida para repartir el periódico y muchas otras publicaciones, camufladas para que los operativos no los detecten, se mantenía el funcionamiento celular tabicado y se participaba en las peleas de aquella época, desde las huelgas obreras hasta los pequeños actos de resistencia en las empresas, universidades, o las movidas culturales de la juventud, donde con mucho cuidado se conocía y se captaban militantes.
El PST no abandonó nunca sus esfuerzos por ser parte de la construcción del trabajo internacional. La Brigada Simón Bolívar, que participó en Nicaragua junto al sandinismo en el derrocamiento de Somoza, contó entre sus dirigentes a compañeros de la dirección argentina. En pleno 78 nuestro PST organizó una misa en la Capital en repudio al asesinato del periodista norteamericano que generó una ola de indignación mundial contra el dictador nicaragüense.
Actuar pegados a los trabajadores nos permitió no sólo participar de sus primeras acciones de resistencia centralizadas como el paro llamado por los «25» en 1979, o en las marchas del paro general llamado por la CGT el 30 de marzo de 1982, que terminó con violentos enfrentamientos con la policía y la muerte de un trabajador en Mendoza.
Los 100 compañeros caídos del PST, entre las primeras víctimas de la Triple A y los que pagaron luego con su vida el enfrentamiento al gobierno genocida, son el tributo que nuestra corriente rindió por ser parte de esta pelea y son el estandarte que preside todas nuestras columnas cada 24 de Marzo.
La Guerra de las Malvinas y la revolución democrática
La dictadura recuperó las islas creyendo que su servilismo a EEUU le iba a abrir una negociación favorable con los ingleses, que les permitiera perpetuarse en el poder. Y así desataron sin quererlo una impresionante movilización antiimperialista que cruzó a todo el continente sudamericano. El PST no dudó un segundo: sin llamar a confiar en la dirección del genocida Galtieri, empujó el desarrollo de la movilización antiimperialista con todas sus fuerzas. Movilización que terminó por cargarse a los milicos cuando fue patente su traición con la entrega de Puerto Argentino.
La caída de la dictadura produjo una verdadera revolución democrática que nuestro PST supo aprovechar y encarar con audacia política la nueva etapa que se abrió en el país.
Compañeras y compañeros del PST, ¡presentes!
Asesinados por la Triple A
Agostini Lidia, Boussas Rubén, Claverie Patricia, Fernández Inocencio, Frigerio Hugo, Guzner Lorenzo Ana María, Loscertales Roberto, Lucatti Oscar, Mesa Oscar Dalmacio, Moses Antonio, Nievas Juan Carlos, Povedano Carlos, Robles Urquiza César, Scafidi Carlos, Zaldúa Adriana y Zidda Mario.
Asesinados y desaparecidos por la dictadura
Agüero José Gabriel, Aguirre Raúl Esteban, Álvarez Rojas Federico E., Anglet de Rivero Beatriz A., Angret de León Beatriz, Apaza Arturo, Barin Juan Carlos, Bellagamba Hugo Francisco, Benítez Aníbal C., Berdini Guillermo, Berrocal Alberto, Bonavitta Nelson O., Castro Horacio Alberto, Correa Juan Carlos, Choque Cosme Benito, Damboriana Dardo J., De Olaso Mónica Edith, Di Spaltaro Mario Alberto, Dorronzoro Dardo Sebastián, Dwaitz Carlos, Elischer Jorge Leonardo, Espinosa Pesantes José Guillermo, Falcón Carlos Agustín, Ferreyra Elena, Fiore Enzo Vicente, Ford Alejandro Efraim, Ford de Olaso (bebé nacido en cautiverio), Gaitán Patricia, García Gladis, Giampa Juan J., Gil de González Chela, González Rodolfo, Grossi Charles del Carmen, Guidi Jorge, Huder de Prado Norma S., Izaguirre Cristina, Jordán Vercellone Juan Carlos, Leikis de Álvarez Rojas Hilda G., López Adrián, López Estela Josfina, Marchini de Nicotera Alicia, Margarita de Goyos, Arturo José, Martín Melita, Martínez Ana María, Martínez José A., Mártire Manza Julio, Matamoros Julio Alberto, Molina Cornejo Donaldo David, Monari de Poyastro Graciela C., Moreno Carlos Alberto, Nicotera Ricardo Alfredo, Orue Griselda, Ostroviesky David, Peña Irene, Peón Carrera Adolfo, Pérez Roig Marcelino Alberto, Poyastro Eduardo G., Prado Angel Alberto, Puccio Jorge E., Ramírez Norberto Julio, Ramos López Juan Carlos, Rivero Roberto, Rodríguez Juan Antonio, Rodríguez Mario Germán, Rodríguez de Giampa Ana R., Romoli Ana María, Rovella Daniel Marcos, Santos Héctor Vicente, Sasso Mario Antonio, Scanavino Edith Beatriz, Sciuca de Ruiz Palmira Amelia, Scotta de Bonavitta Graciela M., Schippani Norma Alicia, Senar Alberto, Severo Barreto Ary Héctor, Stati Gustavo, Suárez José Guillermo, Torres Horacio, Vega Jesús M., Villabrille Eduardo, Villanueva Ramón Pablo, Zampicchiatti Gustavo Alfredo.
Gustavo Giménez
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