¡No nos callamos más! Enfermería: marcha histórica por el reconocimiento profesional

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El 1ºN se votó en la Legislatura porteña la modificación de la Carrera Profesional de Salud, la cual además de ser una reforma laboral encubierta legalizó una discriminación inaceptable: relegó a las y los Licenciados en Enfermería, Instrumentación y Bioimágenes como profesionales de la salud. Esta reforma laboral mercantiliza la salud y el trabajo, tomando a nuestras tareas como una cuestión empresarial.

Hoy por hoy estas profesiones excluidas tenemos menor salario, más horas de jornada, la necesidad de recurrir a los módulos (horas extras), no contar con licencias por estrés ni tampoco acceder a puestos de dirección en el sistema de salud. También se nos limita la posibilidad de capacitación.
Esta realidad discriminatoria por partida doble (ya que la mayoría del sector somos mujeres, cabezas de hogar y, por lo tanto, el esfuerzo por formarnos profesionalmente a nivel universitario es doble), generó una verdadera rebelión masiva que se expresó en asambleas autoconvocadas y una enorme marcha de Congreso a Plaza de Mayo el viernes 9N.
En este ataque también está incluida la formación que se pretende devaluar y precarizar con reformas de planes de estudio totalmente regresivas, tal como lo denuncian -y resisten- los estudiantes de enfermería de la Escuela Cecilia Grierson, emblema del sector.

Los responsables de este atropello tienen nombre y apellido

A contramano de lo que sucede en la provincia de Buenos Aires (en donde el rol de CICOP fue históricamente clave en la inclusión de todo el equipo interprofesional de salud en la carrera), San Juan, Mendoza, Neuquén, Misiones, Entre Ríos o lo que impulsa el Consejo Internacional de Enfermería que nuclea 130 asociaciones nacionales y 20 millones de enfermeras, donde existe y se promueve el reconocimiento profesional de la Enfermería, en CABA se nos discrimina. La razón es muy simple: existe un acuerdo entre los sindicatos traidores y Horacio Rodríguez Larreta:
La cúpula de la Asociación de Médicos Municipales (AMM) defiende el modelo médico-hegemónico, elitista, que posterga a las Lic. de Enfermería, Instrumentación y Bioimágenes, que relegadas no podemos acceder a cargos de jefatura y eventualmente dirección de hospitales.
La dirigencia de SUTECBA y de UPCN, porque no quieren perder afiliados.
La Federación de Profesionales dijo que no se puede, que no da la fuerza, y así convalidó que estemos afuera.
Larreta, porque le conviene pactar con esos sindicatos que siempre negocian todo a la baja y en contra de las y los trabajadores.
Esos son nuestros rivales en esta lucha: las cúpulas de esos gremios y el gobierno porteño de Cambiemos.
En reuniones de delegados y en audios que ya circulan por redes sociales, los dirigentes de SUTECBA mienten para sembrar miedo y dividir. Dicen que si se reconoce profesionalmente a la Enfermería «se pierden horas-módulos» o que «se pierde la antigüedad» y todo tipo de falsedades. En el sector privado, el gremio de la Sanidad (ATSA, conducido por el burócrata Daer, de la CGT) salió a decir que «esto no afecta a los privados» para desmovilizar. Y en ciertos sanatorios apretaron para que no vayan a las movilizaciones del 9N y del 21N.
El reconocimiento profesional por el que luchamos incluye toda la antigüedad y varios beneficios. De hecho, hace ya varios años (2012 y 2015) que por ejemplo nuestro legislador Alejandro Bodart (MST) presentó un proyecto de Ley de Reconocimiento Profesional que planteaba el reconocimiento con antigüedad para Enfermería, Instrumentación, Bioimágenes y todas las licenciaturas de salud con un objetivo: la defensa y el fortalecimiento del equipo interdisciplinario de salud, contra la dictadura de la corporación elitizada de los médicos. En este link se puede leer completo el proyecto de Bodart: http://alejandrobodart.com.ar/2015/04/16/7287/

Hacer nuestro sindicalismo y nuestra política

Es tanta la bronca de lxs enfermerxs contra toda la burocracia y el gobierno macrista que han surgido debates importantes sobre cómo encarar la lucha. Uno de ellos es si los gremios, referentes políticos y sociales y los partidos que acompañan la lucha deben estar presentes o no en la marcha del 21N y demás acciones de lucha. Este fue el planteo de muchxs enfermerxs que en medio de la rebelión cuestionan todo.
La raíz de estos planteos está en el legítimo odio a las burocracias y los políticos tradicionales. Ya es costumbre que los dirigentes sindicales de siempre se vuelvan millonarios, pacten con los gobiernos de turno y decidan todo a espaldas nuestras. Lo mismo ocurre con la política tradicional peronista, radical o del PRO: se los vota porque prometen determinadas cosas, y luego hacen todo lo contrario.
Partiendo de compartir ese repudio, nuestra propuesta no es replegarnos y no hacer sindicalismo o política. Al contrario: nuestro planteo es que necesitamos construir nuestro propio sindicalismo y nuestra propia política de la clase obrera, de lxs que trabajamos.
Un sindicalismo democrático, donde todo se decide en asambleas, donde el que no cumple pierde el cargo y elegimos de nuevo, donde los dirigentes rotan y vuelven a su puesto de trabajo, donde la cuota sindical se cobra no por la fuerza o débito sino cara a cara en los lugares de trabajo, para rendir cuentas, para construir confianza en serio con las bases. Este es el sindicalismo por el que luchamos en los hospitales y centros de salud, con Alternativa Salud como agrupación antiburocrática, clasista y antipatronal, contra las cúpulas de SUTECBA y UPCN. Y en el ámbito de la salud privada, con la Bordó, como colectivo opositor a la vieja burocracia de Daer.
No nos quedamos ahí y también levantamos una idea: si no hacemos política las y los trabajadores, la hacen los gobiernos de turno y los patrones. Por eso, en repudio a la política de «ellos» (y ellas), construimos herramienta política de nuestra clase, sin empresarios ni burócratas. Una alternativa para luchar por un modelo de salud, de educación y de país distinto, para la mayoría.
Para ese objetivo, nos agrupamos muchas/os trabajadores y construimos el MST. Nuestra propuesta, compañera o compañero, es que sí te metas en política y sindicalismo, pero para organizarte con nosotros y cambiar todo, de raíz.

Coordinar todos los hospitales y apretar el acelerador para ganar

La enfermería ya demostró en las calles que tiene fuerza y masividad para pelear. Ahora tenemos que organizar hospital por hospital asambleas, reuniones y toda forma de preparación para una nueva acción de lucha luego del 21N. Tenemos que seguir siendo miles en las calles, dado que es la única garantía de que la lucha se gane. Y es fundamental construir y dar continuidad a una coordinadora única, que supere todas las divisiones que son funcionales a las burocracias y al gobierno de Larreta.
Por lo pronto, vamos a proponer en cada instancia nuevas acciones de lucha, más masivas y profundas, como por ejemplo construir una enorme Caravana Blanca de la Dignidad en la semana del G20 para llegar hasta Macri y todos los presidentes amigos de los bancos y enemigos de la mayoría social, para que sepan contundentemente que «no nos callamos más». Y la semana que viene, convocando una nueva Asamblea de Coordinación en el Hospital Ramos Mejía, el lunes 26N. Algo está cambiando en la conciencia de miles de compañeras y compañeros. Ya no volvemos atrás. Es nuestra hora de ir por todo.

Andrea Ramírez, delegada del Hospital Ramos Mejía (Alternativa Salud)
Claudia Díaz, enfermera del CIAREC (Agrupación Bordó)

Voces de las protagonistas de la Marea Blanca

La rebelión de Enfermería tiene algo de perfume a 2001, a lo mejor de los movimientos de lucha autoorganizados, fuertemente democráticos y que expresan cambios importantes en la conciencia de sectores de trabajadorxs. En este caso son enfermerxs y otrxs profesionalxs universitarixs afectadxs por una política que lxs posterga. Recogemos algunos testimonios de las que «no se callan más»: las protagonistas de la Marea Blanca.

Nancy Albornoz / Hospital Borda
Contanos cuál es la situación de la enfermería en tu hospital
Actualmente enfermería está sufriendo lo que llamamos «jubilaciones compulsivas». Porque para reducir los planteles obligan a los compañeres de muchos años de trabajo a jubilarse, condenándolos a no llegar a fin de mes por lo bajas que son las jubilaciones de enfermería. Esto se suma a que contamos con poco personal porque cada servicio cuenta con sólo un enfermero en tres de los turnos.

¿Y el proceso de organización cómo es? ¿Cuál es el rol de Alternativa Salud?

Se logró armar desde un grupo de whatsapp lo que sería enfermería autoconvocada. Hemos llamado a una asamblea en la cual se han votado representantes: una compañera por turno para intervenir en las distintas coordinadoras y estamos consensuando un texto y una oradora para el 21N para que puede representarnos en el escenario. Alternativa Salud viene jugando un rol de coordinación e información a los distintos compañeres, porque obviamente los sindicatos mayoritarios no informan, no aparecen o salen con la excusa de que «esto no nos afecta a nosotros», que «no modifica nuestra realidad» o que «lo van a discutir en la próxima paritaria», dejando sin respuesta a les compañeres.

Alejandra Ruz / Sanatorio Dupuytren
¿Cuál es la situación de la enfermería en la salud privada ante la nueva ley?
Reaccionamos de la misma manera que en los públicos. Porque si bien sabemos que esto se implementa en lo público, en algún momento se va a extender a los privados. Es algo que veníamos pidiendo hace mucho, entrar a la carrera profesional y hoy que se sanciona una nueva ley vuelven a dejarnos afuera priorizando el modelo médico-hegemónico. Cuando nosotros no somos los colaboradores del médico, sino que somos un par. Nosotros trabajamos con el médico, no para el médico. Somos parte del equipo de salud. Tenemos nuestra propia ley que nos regula, nuestras propias incumbencias y nuestras propias decisiones. Tenemos autonomía para desarrollar los cuidados que les damos a los pacientes.

Entonces, ¿existe solidaridad desde las clínicas y sanatorios con esta pelea?

Sí hay solidaridad. Pero además también es un tema que tomamos profundamente. Nos sentimos muy ofendidos porque nos dicen que no somos profesionales de la salud cuando nos hemos sacrificado y hemos estudiado un montón de tiempo.

Jhovana Ccente Ccanto / Htal. Penna
¿Por qué te involucraste en esta lucha?
Me involucré porque durante mi formación me enseñaron que en este país no se valora a enfermería como profesión, siempre la menosprecian, en el salario, la tratan como subordinada de los médicos. Hay una falta de conocimiento sobre la tarea de enfermería, que está preparada tanto como un médico u otros profesionales. Sin enfermería no funciona el sistema de salud. Somos parte importante en la sociedad y eso no lo saben ver.

¿Qué expectativas tenés?

Quisiera que la movilización signifique un cambio en la historia de enfermería. Que los políticos y la sociedad misma sepan qué importante es la enfermería para sostener el funcionamiento del sistema de salud. Para eso tenemos que estar dentro de la carrera de los profesionales universitarios de la salud. Elegí estudiar enfermería por vocación y me gusta; pero no por eso tengo que hacer caridad de mi esfuerzo de trabajo. Que nos reconozcan y nos paguen como corresponde.

Lucía Tabasso / Hospital Fernández
Se repite mucho la consigna «no nos callamos más». ¿Qué significa para vos?
Para mí, la consigna «no nos callamos más» significa haber podido dejar atrás el miedo que tanto tiempo hubo en el colectivo enfermero durante años. Significa hacer valer nuestra profesión y nuestros derechos desde lo académico y desde el sentimiento que nos corre por las venas. Poder despertar de ese ostracismo reinante que nos hacía agachar nuestras cabezas, invisibilizados por un sistema y modelo médico-hegemónico dominante.
Algunos hablan de una «rebelión de la enfermería».

¿Qué opinás?

Lo que ha acontecido en enfermería es un reclamo justo, producto de una provocación que menosprecia y denigra nuestra actividad profesional. Enfermería no puede quedar relegada y este afán por no dejarla evolucionar es lo que ha hecho posible que enfermería se levante y reclame por lo que le corresponde, produciéndose la llamada rebelión.

Silvia Videla / Hospital Italiano
¿Cuánto hace que sos enfermera? ¿Alguna vez viste un proceso así de lucha?
Hace 30 años que soy enfermera. Nunca he visto que se haya desarrollado una movilización tan grande. Me parece muy importante que enfermería se haya despertado, se haya puesto de pie y haya empezado a hablar para no callarse nunca más.

¿Qué rol tiene para jugar La Bordó en todo esto?

Uno muy importante porque es una organización democrática, plural y representativa. Participamos no solamente enfermería sino también otros compañeros del equipo de salud. Y eso está bárbaro porque más allá de que hayamos hecho la residencia, la licenciatura y todos los títulos que queramos no dejamos de ser trabajadores. La Bordó siempre está acompañando la lucha de los trabajadores y de enfermería, acompañando la Marea Blanca, como también estuvo en la Verde. La Bordó siempre está presente en la lucha de lxs trabajadorxs.

Entrevistó: César Latorre

 


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