En Buenos Aires, estamos impulsando un mes de lucha: este jueves 14, asamblea unitaria virtual; el 21, protesta ante el Ministerio de Mujeres; el 28, pañuelazo verde, y el 3J, sexta marcha a Congreso por Ni Una Menos. Y hay iniciativas similares en todo el país.

Escribe: Jeanette Cisneros

A lo largo de esta cuarentena obligatoria recrudecieron todas las violencias que las mujeres y disidencias del pueblo trabajador veníamos sufriendo. La cuarentena lleva 54 días, mientras que los femicidios y travesticidios ya suman 49: casi uno cada día.

El aislamiento social obligatorio complicó las redes de solidaridad y movilización que nos permitían estar en alerta y accion frente a los riesgos y violencias machistas. La organización continuó, como se pudo ver en los tuitazos y algunas movidas presenciales por femicidios en distintas ciudades. Ante este escenario, el desafío es fortalecer las acciones y unirlas para volver a las calles.

El Estado patriarcal es responsable

Desde hace rato, nuestras exigencias son claras. La violencia de género y la emergencia presupuestaria estaban a la orden del día. El gobierno cacareó que la solución vendría con el nuevo Ministerio de Mujeres, Género y Diversidad. Pero éste se limitó a administrar el presupuesto de miseria, apostó sólo a la línea 144 (cuyo personal sigue precarizado) y lanzó el improvisado barbijo rojo…

Y es peor. Cerradamente abolicionista en cuanto a prostitución, su consejo federal es todo hetero-cis, sólo aportó subsidios a las travestis bajo presión de las organizaciones y encima manipuló políticamente los listados. Además, la ministra Gómez Alcorta aceptó no integrar el comité ministerial de crisis, banalizó la necesidad acuciante de los refugios y en algunas provincias hasta convocó a la misógina Iglesia Católica para «ayudar en el tema violencia de género» (!). Mal rumbo.

Al revés del supuesto Estado maternal que ve Rita Segato, éste sigue siendo patriarcal por naturaleza, aparte de capitalista: la violencia de género aumenta, las líneas telefónicas para denunciar están saturadas, se orienta a las víctimas a autogestionarse un nuevo hogar con sus familias y no garantizan apoyo económico suficiente.

Por otra parte, la salud pública desmantelada apenas puede dar respuesta a la pandemia y a la epidemia de dengue. Con la cuarentena y sin clases, aumenta el trabajo hogareño del cuidado. En las villas y barrios populares falta agua y medidas adecuadas de bioseguridad. Y la justicia y la policía mantienen su accionar patriarcal. Ante esta realidad urge que las mujeres y disidencias nos reorganicemos y unamos fuerzas con la mayor amplitud posible para hacernos escuchar.

El 28, pañuelazo para que sea ley

Una de las polémicas que se reactivó en el movimiento feminista estos últimos días fue sobre qué agenda tratará el Congreso. Según Alberto, «el aborto está en la lista». Surgen dudas sobre si la extensión de las sesiones permitirá su tratamiento o si se avanzará en comisiones. Las formas son secundarias: con el aumento en abortos inseguros y embarazos no deseados, lo urgente es que el derecho al aborto sea ley.

Pero el presidente insistió en que su proyecto está listo para ser tratado. Volvemos a señalar que el proyecto que construimos las más de 500 organizaciones que formamos parte de la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto es el que se debe discutir y aprobar.

Lamentamos que algunas compañeras de la articulación de la Campaña salgan a bancar el proyecto presidencial, más limitado y que hasta ahora Alberto Fernández se niega a informar pese a que desde la Campaña se le ha pedido reunión varias veces. Nuestra respuesta, en este contexto, debe ser la movilización.

El jueves 28 de mayo, día mundial de acción por la salud de las mujeres, se cumple un año de la última presentación de nuestro proyecto de ley en el Congreso y 15 años de lucha de la Campaña. Un hito para nuestra lucha, en la que somos protagonistas desde «las históricas» hasta la joven marea verde. Ya se preparan acciones en todo el país y nuestra propuesta es movilizar al Congreso.

Camino al 3J, por Ni Una Menos

Unos días después del 28, el miércoles 3 de junio, se cumplen cinco años del primer Ni Una Menos que sacudió a la Argentina en 2015. Desde Juntas-MST proponemos organizar una primera asamblea unitaria este jueves 14 y una primera acción presencial el jueves 21 ante el Ministerio de Mujeres, para ir calentando motores hacia el 3J. Ojalá podamos converger en este cronograma con nuestras aliadas dentro del FIT Unidad.

En este marco, en el movimiento feminista se profundiza una polémica. La miseria presupuestaria para aplicar la Ley 26.485 antiviolencia resalta la vigencia de la consigna central que levantamos en la marcha y acto unitario del 8 de Marzo pasado: «La deuda es con nosotras y nosotres ni con la Iglesia ni con el FMI». Pero mientras desde la izquierda sostenemos ese reclamo, las agrupaciones de mujeres afines al gobierno no quieren hacer exigencias y algunas hasta juntan firmas en apoyo a la negociación oficial para pagar la deuda externa. No lo aceptamos: exigimos un presupuesto de emergencia suficiente para combatir la violencia machista, garantizar asistencia integral a las víctimas, abrir casas-refugio, otorgar subsidios, etc.

Te invitamos a ser parte de nuestras iniciativas para fortalecer estas demandas y una alternativa política para enfrentar a este sistema capitalista y patriarcal con una estrategia socialista.