Espacio por el reagrupamiento de los luchadores, las fuerzas populares y la izquierda

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Hoy en día las fuerzas de la izquierda, tanto las organizadas como las no organizadas, provengamos de corrientes políticas o de movimientos sociales de lucha, nos encontramos ante la necesidad de superar la fragmentación y avanzar en una alternativa política para luchar contra el capitalismo y el imperialismo. A pesar de todas las energías desplegadas en el terreno de la lucha, todavía no se ha logrado darle una expresión política que se transforme en una real alternativa frente al movimiento de masas.
Esta situación de dispersión tiene su origen tanto en procesos políticos y económicos que cambiaron el panorama mundial de las últimas décadas, como en errores políticos, prácticos y metodológicos propios. Superarlos no es una tarea fácil, pero es la base para poder avanzar en la construcción de una fuerza política de características populares y masivas.
Muchas de esas concepciones equivocadas como el fraccionalismo, el aparatismo y el sectarismo, nos han llevado muchas veces a priorizar la lucha entre nuestras propias organizaciones en vez de ampliar nuestras fronteras a nuevos sectores de la clase trabajadora y de los sectores populares que han emergido a la lucha en los últimos años. En esta revisión autocrítica están en discusión aspectos políticos y metodológicos de las formas de encarar una construcción genuina en el movimiento de masas.
Para superar esta situación, los que suscribimos esta declaración expresamos nuestro compromiso para avanzar hacia el reagrupamiento y la confluencia en un marco de respeto por la diversidad, entendiendo que es fundamental abrir el debate, ganar nuevamente confianza e intercambiar experiencias y puntos de vista, entre todas las organizaciones y militantes sociales y políticos que venimos dando la pelea en nuestros lugares de trabajo, en el ámbito sindical, en el movimiento de desocupados y estudiantil, de derechos humanos, el arte y la cultura.
Fortalecer un instrumento unitario de la izquierda y los luchadores implica adoptar una clara perspectiva anti-imperialista, anti-capitalista y socialista, y encarando el reagrupamiento desde una perspectiva de independencia de clase. Superando tanto las construcciones sectarias auto-proclamadas, así como los nuevos intentos de volver a poner en pie movimientos de centroizquierda.
Nos anima en primer lugar la necesidad imperiosa de avanzar en la construcción de una herramienta política que pueda ofrecer una alternativa desde la clase trabajadora y el pueblo contra el sistema capitalista y que haga frente a todas las variantes burguesas y al actual gobierno de Kirchner que a pesar de su retórica, vienen aplicando las políticas del imperialismo, beneficiando a los bancos y los grandes capitales, mientras no sólo no hay una real redistribución de la riqueza, sino que la situación de desempleo estructural, flexibilización y precarización laboral siguen los mismos parámetros neoliberales que existían bajo los gobiernos anteriores.
En el terreno de la lucha sindical se ha dado un paso importante con la conformación del Movimiento Intersindical Clasista (MIC) que, aunque no incluye a todos los sectores combativos y democráticos, ha sido un avance para unir a las fuerzas del clasismo, experiencia que saludamos y alentamos.
En el mismo sentido intervenimos en las organizaciones estudiantiles y sindicales, apostando a la renovación democrática de las organizaciones de lucha y a la recuperación de la tradición militante y combativa de los movimientos reivindicativos. Al mismo tiempo una alternativa de izquierda facilitará anudar las demandas locales y específicas a un proyecto global de cambio social.
Apostamos a crear un espacio abierto a los miles de militantes y activistas sindicales, estudiantiles, piqueteros y de los más diversos movimientos sociales. Pretendemos que la militancia social, hoy sin expresión política, sea protagonista de la construcción de una nueva izquierda en la Argentina.
Como aporte a esta construcción, ratificamos nuestro común empeño en la paciente búsqueda de acuerdos y clarificación de discrepancias, la profundización de debates de fondo como los iniciados en el seminario de mayo y la elaboración de perspectivas políticas compartidas, así como la exploración de las posibilidades de confluencia en la práctica y el compromiso de dar pasos concretos, que de conjunto sientan bases para constituir un reagrupamiento.

Julio del 2006


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