Europa como centro de la crisis y de la lucha social y política
Si hay un lugar del mundo donde los efectos de la crisis global se mantienen y profundizan es el viejo continente europeo. El 2012 ha sido un año de extensión de la crisis sobre sus países y de las primeras y grandes respuestas de importantes sectores de masas. Tras el movimiento de los indignados con centro en España y refracción en otros países, los últimos meses dieron lugar a huelgas generales, con un peso grande en Grecia, España y Portugal, una huelga conjunta el 14-N y una variada gama de manifestaciones y huelgas parciales en los más variados países. Incluyendo Francia y Alemania, las dos principales economías de la región.
Durante todo el 2012 ha seguido adelante la política del imperialismo europeo de continuar ahogando a los países con sus deudas para salvar el sistema financiero, y derramar brutales ajustes sobre la educación, la salud, las jubilaciones y las condiciones laborales de millones. A esta política se le rebelaron millones y están dando una enorme pelea por defender cada una de sus conquistas. No es una pelea cerrada sino un proceso en curso. Donde seguramente habrá pasos adelantes y retrocesos, experiencias buenas y malas. Pero lo decisivo es que la política imperialista está encontrando un escollo de mucha fortaleza: el movimiento de masas que, aún con desigualdades, sigue luchando y abriendo paso a nuevas experiencias políticas. El 2013 será un nuevo desafío y un año plagado de contiendas en Europa, que se ha transformado en un centro del proceso revolucionario a nivel mundial.
Latinoamérica y la necesidad de un salto en el proceso de cambios
En el marco de la crisis general del sistema capitalista, nuestro continente ha comenzado a recibir los efectos de la crisis y se debate sobre que caminos se debe avanzar. Venimos de años de surgimiento de nuevos proyectos políticos como el bolivarianismo, en sus variantes venezolana, ecuatoriana y boliviana, con sus puntos positivos y sus contradicciones que no son pocas. De estos procesos de cambio que años atrás echaron por tierra a viejos regímenes políticos ahora hace falta debatir como avanzar a un proyecto en los países latinos que de verdad sean independientes y con un modelo político emancipador, que se encumbre en sentido socialista. Lejos de esta necesidad, están proyectos como el kirchnerismo o el del PT brasilero. Que mantienen sus lazos y acuerdos con las potencias imperialistas y el G-20, y detrás del discurso siguen gobernando a favor de sectores trasnacionales y financieros.
Por eso hay dos tareas, en países distintos, que se combinan. En lugares como Venezuela es necesario avanzar a un modelo socialista claro y terminar con el flagelo de la corrupción desde el estado y los nuevos ricos a base del petróleo. Toda la fuerza del pueblo bolivariano puede jugar un rol clave en esta tarea. Y en otros países la necesidad es fortalecer la construcción de alternativas políticas que en forma unitaria y desde la izquierda dispute sectores de masas. En Brasil el PSOL puede avanzar en ese sentido, en nuestro país aprovechando la batalla electoral del 2013 para fortalecer una propuesta alternativa a los K y a políticos de derecha tradicional como Macri. La candidatura de Pino Solanas en la Capital es una oportunidad para avanzar en esta tarea, ampliando el frente a los compañeros de la Unidad Popular provenientes de la CTA y otros sectores y que esta unidad electoral pueda abrir nuevas experiencias de construcción a futuro.
Syriza en Grecia y el desafío de las experiencias de construcción desde la izquierda
Luchas obreras y populares, manifestaciones y protagonismo de la juventud y otras expresiones de lucha son muy importantes y seguramente continuarán y se profundizarán el año entrante. A la vez no se termina en la lucha y organización social la enorme tarea que tenemos por delante, sino que esta es parte de la lucha política que por lo tanto debe darse en todos los terrenos. Por eso no es casual que lo nuevo que la crisis capitalista viene abriendo, es que cansados de los viejos partidos franjas de masas luchan y a la vez buscan nuevas respuestas y referencias políticas donde organizarse. Y no casualmente en Europa se dan las principales experiencias, porque allí está el centro de la crisis actual.
En este sentido en la combativa y convulsionada Grecia dio un salto enorme la coalición radical Syriza, encabeza por Alexis Tsipras que se transformó en la segunda fuerza del país y ya hoy aparece en el horizonte como la fuerza que puede hacerse con el gobierno, pese al espanto que esto le causa al poder político y financiero del viejo continente. Syriza viene realizando una intervención y experiencia política positiva, y tiene el desafío por delante de seguir avanzando, extendiendo su influencia y soportando presiones del régimen. En esa tarea los revolucionarios del mundo tenemos que apoyarla solidariamente frente a los partidos del sistema y frente a los sectores de ultraderecha que por la crisis, también existen y se desarrollan.
La experiencia de Syriza no es un hecho aislado sino la expresión más avanzada en el terreno de las construcciones políticas amplias que permiten que cohabiten distintos sectores en un mismo proyecto. Este tipo de construcciones, aunque no tienen por qué ser iguales en todos lados, sí marca un rumbo general: amplitud de integrantes con posiciones firmes y claras en lo programático. Y sobre esa base el pelear políticamente y en la lucha de clases por ese proyecto. Syriza afrontará un 2013 de muchos desafíos que iremos acompañando. En otros lugares de Europa hay otros actores políticos que también disputan como el Bloque de Izquierda en Portugal, el NPA de Francia que necesita rearmarse y repensar su proyecto a futuro para intentar salir de su crisis actual. Así podríamos seguir nombrando experiencias amplias o frentes políticos, todas en mayor o menor medidas, parte de un proceso de coordinación de la izquierda europea. Todas esas experiencias son válidas e importantes en la medida que jueguen un rol positivo para disputarles a los viejos partidos franjas de la población y eso conlleva evitar todo tipo de sectarismo. Y creemos que los socialistas tenemos que impulsar esas herramientas y jugarnos a la vez a fortalecer nuestros partidos o corrientes como parte integrantes de estas construcciones amplias. Siendo audaces y unitarios y manteniendo la esencia del leninismo, que es la tarea de fortalecer organizaciones revolucionarias que se jueguen a disputar el poder.
Nuestra corriente internacional y la construcción de la IV
Desde el MST venimos intentando analizar y comprender los cambios de magnitud que vive el mundo de inicio de milenio, y lo hacemos en primer lugar ratificando la necesidad de darle un carácter internacional, no solo al análisis, sino a la política y a la construcción. Por eso es que venimos intentando avanzar en un proceso de confluencia con los compañeros de la IV y organizando lo más posible, como parte de esa experiencia, a los compañeros que proviniendo de nuestra corriente histórica o habiéndolos conocido años atrás estamos hoy trabajando en común para todas estas tareas. Así es que en función de fortalecer un polo internacional desde nuestra experiencia con la IV, venimos trabajando cada vez más aunados con los compañeros de Marea Socialista de Venezuela, el MES/PSOL de Brasil, La Lucha Continua de Perú, compañeros de Panamá, Francia, Bielorrusia y otros países. Con todos ellos trabajamos en común y recorremos nuestra experiencia de confluencia. Y también las relaciones con Syriza y otras fuerzas de la izquierda europea y latinoamericana. Porque se trata de fortalecer un polo internacional de los revolucionarios y para eso ponemos nuestro esfuerzo hacia el año que está a punto de comenzar. Esta la consideramos una tarea de primer orden y que requiere mucho esfuerzo y pasión militante, como siempre lo entendió el marxismo, el leninismo y también el trotskismo. Nuestro compromiso es continuar aportando hacia ese objetivo. Y en ese camino fortalecer al MST en nuestro país y las construcciones de nuestros compañeros de proyecto en el mundo.
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