1816 – 9 de Julio – 2013 Hace falta una Segunda Independencia

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El martes 9 de Julio se cumplió un nuevo aniversario de aquella gesta gloriosa que hace más de 200 años independizó nuestro país, entonces colonia española. La libertad y la independencia por la cual dieron su vida los patriotas de aquellos tiempos era una condición imprescindible para generar un país grande, moderno, cuyos habitantes aspiraran a colocarse entre los países de mayor desarrollo humano del mundo.

La gesta de la independencia fue una enorme revolución política incompleta. Incompleta porque sus herederos, los distintos gobiernos de la América liberada, hicieron primar los intereses de las clases dominantes del siglo XIX, negociando cada uno por separado con el imperio inglés, y despreciando los sacrificios de aquellos que lucharon junto a San Martín o Bolívar por una América libre y unida.
Pese a la traición de esos gobiernos a los ideales de Mayo, en nuestro país se afirmó una nación que en algún momento de su historia reciente fue conocida como el “granero del mundo”. Frente a las crisis de los países capitalistas centrales en el siglo XX recibimos millones de trabajadores inmigrantes, que junto a los nativos, lucharon y lograron un país que, sin dejar de ser capitalista, contó con una educación y salud públicas modelos de la época y un mejor nivel de vida de sus trabajadores. Si bien nunca abandonó el modelo agroexportador supo ser pionero de un incipiente desarrollo industrial, con una importante industria petrolera, de metalurgía pesada, industria naval, construcción de ferrocarriles, etc.
El golpe gorila de 1955 dio origen un periodo histórico de decadencia del país y entrega a los intereses de las grandes potencias y multinacionales que no se ha detenido hasta el presente.

Los gobiernos “nac & pop” han continuado la entrega del país

La crisis del 2001 y el Argentinazo plantearon en la conciencia de millones la necesidad de retomar las banderas de defensa de nuestra soberanía, frente a las “relaciones carnales” de Menem y Cavallo, continuadas por el gobierno de De la Rua y la Alianza. El gobierno de Néstor Kirchner necesitaba dotarse de un discurso distinto que empalmara con el sentimiento de millones que reclamaban “que se vayan todos” los que hundieron y entregaron al país. Por eso desde un principio la bandera de lo “nacional y popular” fue una de las herramientas privilegiadas del “doble discurso K”.
Ahora empieza a quedar claro para millones que en su momento los apoyaron, que la defensa de nuestra soberanía de los K era solo doble discurso.
Que Néstor nos hablo de romper con el FMI y desendeudarnos mientras pagaba más deuda externa que ningún otro. Perdimos el autoabastecimiento energético porque se mantuvo el regalo de nuestro petróleo y gas a las multinacionales durante estos años y la tan mentada renacionalización de YPF, no es sino una recuperación parcial de acciones de una sociedad anónima, cuando la mayoría de nuestros recursos sigue manejado por compañías extranjeras. Nuestro ferrocarriles se han convertido en trampas mortales y en vez de reconstruir nuestros talleres importamos coches chinos, o mantenemos la destrucción de nuestra industria naval o aeronáutica.
Que después de varios años en los que entraron divisas al país en forma récord, mantenemos una estructura económica dependiente, basada en un modelo extractivista y exportador de materias primas. Y que cada vez se siente con más fuerza la degradación social a la que es sometido nuestro pueblo, que tiene los niveles de pobreza, desocupación y marginalidad juvenil iguales o peores que en la década del 90.

Por la Segunda Independencia

En la Argentina existen los recursos naturales, materiales y humanos para organizar una gran Nación. Si dejáramos de pagar la fraudulenta deuda externa, y desarrolláramos un modelo que le dé un fuerte impulso a la obra pública y al desarrollo de las ramas estratégicas de nuestra industria, podríamos en pocos años reconstruir el nivel de vida de nuestro castigado pueblo y volver a niveles de educación y salud públicas de excelencia.
Para ello es necesaria una nueva alternativa política por fuera del viejo bipartidismo del PJ y la UCR, y se juegue por la Segunda Independencia. Como en la primera, no va a haber una nueva independencia del país sino es hermanada con las luchas del pueblo venezolano y su revolución bolivariana, con las de los pueblos ecuatoriano y boliviano, con la de los jóvenes y el pueblo de Brasil y todo el continente. En esas luchas se está acunando una nueva gesta emancipadora americana y es un gran desafió tender puentes para unirlas y agrupar a las nuevas generaciones para continuar el camino de Moreno, San Martín, Bolivar, el Che y todos los grandes de la Independencia Americana.

Gustavo Giménez


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