8 de marzo: a las calles por nuestros derechos

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Para todas y cada una de las mujeres, el 8 de marzo es una fecha más que especial. En el mundo entero, millones de mujeres vamos a salir una vez más a las calles para reclamar por nuestros derechos de género. En nuestro país, lo haremos en medio de un intento del gobierno de Cristina y de la cúpula de la Iglesia Católica de avanzar sobre esos derechos. 

Con la reforma del Código Civil aprobada en noviembre en Senadores, intentan obstaculizar la Ley del Aborto Legal, negar la fertilización asistida, negar la posibilidad de acceder a la gestación por sustitución, con la imposición de su dogma de creación de la vida y comienzo de la persona desde la concepción -sin siquiera mencionar el seno materno-. Mientras avanzan en darle más peso y poder a la Iglesia Católica, otorgándole el carácter de persona jurídica pública, igualándola con el estado nacional, las provincias, la ciudad y los municipios. Junto con otros puntos antipopulares, como la eliminación de la responsabilidad civil del Estado, o que el agua no es un derecho básico. Es nuestra tarea enfrentar la reforma reaccionaria y clerical.

A las calles de todo el país 

Este 8 de marzo tenemos el desafío de poner en las calles al movimiento de mujeres por nuestros derechos, y pararle la mano a Cristina y a la Iglesia. Debemos hacerlo porque a 30 años de democracia nos siguen negando cuestiones que son básicas: educación sexual, derecho al aborto legal, seguro y gratuito, igualdad salarial, verdaderas acciones contra la violencia y los femicidios, y contra la trata y la explotación sexual. Pero sin dejar de lado que tenemos una tarea inmediata que es construir la más amplia unidad en la diversidad con las mujeres de todos los sectores para enfrentar la reforma clerical y reaccionaria del Código Civil. Porque no podemos dejar pasar la oportunidad de pararles la mano, de acumular fuerzas, de obtener un triunfo en las calles, que nos permita fortalecer el movimiento de cara a la gran tarea que es la conquista del aborto legal.

Unidad en la diversidad para derrotar la reforma clerical y reaccionaria del Código 

Tenemos el desafío de confluir con todos los sectores que se oponen a la reforma, generando la más amplia unidad de acción y sin dejar de lado el conjunto de nuestras diferencias, pero priorizando los puntos de acuerdo que nos unen. Debemos hacerlo desde la unidad lograda con las distintas organizaciones de mujeres, la CTA y las compañeras de la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto. Las fuerzas del Frente de Izquierda, deben estar a la altura de las circunstancias dejando de lado la autoproclamación, para ponerse al servicio de la batalla que se viene, y sin diluir la pelea concreta contra la reforma clerical y reaccionaria del código, en el conjunto de reivindicaciones. Porque si somos capaces de poner en pie un gran movimiento amplio de los distintos sectores y tradiciones del movimiento de mujeres, aprendiendo del ejemplo del movimiento que conquistó en las calles el Matrimonio Igualitario, será una derrota para el Kirchnerismo, la Iglesia y los sectores más reaccionarios de la sociedad. Y por ende, un gran triunfo del movimiento de Mujeres, que nos permita abrir la puerta para conquistar el derecho al aborto y todos nuestros derechos.

María Damasseno, JUNTAS y a la izquierda 

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