En defensa del pueblo palestino: Alto al ataque asesino de Israel sobre Gaza y Cisjordania

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Un brutal ataque por mar y por aire del poderoso y cruel aparato militar israelí se está descargando sobre la Franja de Gaza. La excusa del bombardeo sobre la población de Gaza es responder al lanzamiento de cohetes (de escaso poder letal), lanzados por el Hamas (1), como respuesta a la confesión de seis terroristas de la ultra derecha sionista, responsables del secuestro y muerte del adolecente palestino Mohamed Abu Jadair de 16 años, al que mataron quemándolo vivo.

Estos ataques, que pretenden desarticular el sistema defensivo del Hamas, están destruyendo casas de familia y atacando a la población indefensa, ya ha producido decenas de heridos y seis milicianos palestinos muertos al derrumbarse uno de los túneles. Constituyen un salto en la agresión, que con la excusa de encontrar a los asesinos de tres jóvenes colonos israelíes muertos en Hebrón, comenzó semanas atrás con la militarización de la Cisjordania.

Una nueva crisis

La desaparición de tres jóvenes colonos israelíes en Hebrón (en Cisjordania) y el posterior descubrimiento de sus cadáveres, fue el argumento utilizado para desatar una nueva ofensiva política y militar de la dirigencia sionista que gobierna Israel contra el pueblo palestino.
Primero fueron las organizaciones de la ultra derecha las que exigieron un “castigo colectivo”, luego fue el propio gobierno de Netanyahu el que lanzó el operativo “Guardián de mi Hermano” que dejó el saldo de 600 detenidos (entre ellos importantes dirigentes del gobierno autónomo), 12 palestinos asesinados, más de un centenar de heridos, 2.200 viviendas allanadas y vandalizadas, y 35 incursiones aéreas sobre Gaza. Hace pocos días ocurrió la “venganza” que cobró la vida del joven Mohamed. Las escenas de la posterior golpiza que sufrió su primo  Tarek Abu Khdeir  a manos de la policía recorrieron el mundo. Finalmente la respuesta del Hamas y el brutal contra ataque militar que estamos presenciando.

Israel es un enclave genocida contra la revolución árabe

Israel ha desarrollado una política genocida gracias al apoyo de los países imperialistas y gran parte de los gobiernos capitalistas del mundo que, como el gobierno argentino y todos los que lo precedieron, tienen excelentes relaciones con un Estado que utiliza métodos propios del nazismo contra el pueblo palestino, al cual desalojaron a sangre y fuego de sus tierras. Un enclave colonial que, pese a tener una pequeña población, cuenta con uno de los cuatro ejércitos más poderosos del mundo, es una potencia nuclear, y recibe ayuda militar de más de 3.000 millones de dólares anuales de EEUU. El Estado Israelí es una pieza fundamental para frenar la revolución árabe y defender los negocios de las multinacionales en la región.
La resistencia del pueblo árabe y la lucha del pueblo palestino en particular, han puesto un freno a la expansión sionista. Lo que ha llevado a EEUU y al imperialismo a intentar a una negociación que, con el abandono de Al Fatah (2) del reclamo histórico de su pueblo, aceptando la variante de crear “dos estados”, reconocía al enclave israelí, con la esperanza de lograr algún grado de independencia que le permitiera recuperar fuerzas después de tantos años de opresión y diáspora.
La realidad es que nunca el sionista gobierno de Israel les dio tregua. Violando los acuerdos de Oslo del 93, los colonos de ultraderecha israelí siguieron construyendo poblaciones en los territorios asignados a los palestinos en la Cisjordania, amparado por el fascista ejército sionista. A Gaza, gobernada por el Hamas, la convirtieron en un verdadero gueto, en el que vive un millón y medio de personas en un pequeño territorio de apenas 360 km2. Por eso las “negociaciones” entre la dirección de Al Fatah con el gobierno Israelí, auspiciadas por los yanquis, la ONU y la mayoría de los gobiernos del mundo, no pasaron de ser una cortina de humo, para ocultar la brutal política de exterminio librada contra el pueblo palestino.

La primavera árabe preanuncia una nueva Intifada

Esta nueva ofensiva militar se explica por el temor de las clases dirigentes a perder el control de la situación. Es una respuesta política a la reciente reunificación de la conducción palestina de Cisjordanía y Gaza. Es una respuesta al hecho de que la Primavera Árabe está destruyendo el tradicional status quo de la región, debilitando enormemente al imperialismo y derrumbando regímenes políticos que contenían la revuelta de los pueblos árabes, como está sucediendo en Irak, donde una sublevación popular ha puesto en figurillas todo el andamiaje que los yanquis organizaron con la burguesía iraquí cuando se retiraron del país. Les preocupa que su “invencible” ejército haya mordido el polvo a manos de las milicias del Hezbollah en su última invasión al Líbano.
Y finalmente el mayor peligro de todos, la posibilidad de una nueva Intifada palestina. Las escenas de cientos de jóvenes apedreando a las fuerzas de seguridad israelí en el entierro de Mohamad, en enfrentamientos que terminaron con decenas de heridos y que sólo preanuncian nuevas peleas aterra a los sionistas. Hay creciente radicalización de 160.000 árabes que viven y trabajan en territorio israelí y constituyen el 20% de su población actual. Por eso, pegan y pegan. No tienen salida. Y por eso es muy probable que la presente crisis escale cada vez con más fuerza.

Parar la agresión y luchar por una Palestina libre, laica y no racista

En estos días se están realizando manifestaciones en distintos puntos del planeta exigiendo que Israel detenga su ataque militar. Debemos redoblar la campaña y en nuestro país exigirle a Cristina que se pronuncie en ese sentido.
Estamos convencidos de que sólo habrá paz entre los árabes y los judíos que de buena fe quieran convivir en el mismo territorio, si se termina con esa abominación que es el Estado confesional, racista, y genocida que hoy dirige el sionismo. Derrotar al ejército nazi israelí, devolver a los palestinos sus tierras usurpadas, entre ellos a millones de refugiados en los países vecinos, reconstruir una Palestina democrática, no racista, es una tarea que solo pueden concretar la lucha del pueblo palestino y los pueblos árabes, con la solidaridad de todos los pueblos oprimidos del mundo, que pelemos contra un mismo gendarme: el sistema capitalista imperialista.

(1) Partido y autodefensa militar de orientación islamista que dirige a los palestinos de la Franja de Gaza y que no reconoce la legitimidad del Estado de Israel.
(2) Partido y fracción militar palestina que fue la dirección histórica de la OLP (Organización para la Liberación de Palestina y que posee la administración de Cisjordania).

Gustavo Giménez

PALESTINIANS-ISRAEL/


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