Luego de 36 años de búsqueda: El Nieto 114

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Los análisis de ADN confirmaron que el músico Ignacio Hurban es Guido Carlotto, el nieto de la titular de Abuelas de Plaza de Mayo. Es una noticia muy importante, que reafirma la lucha por desmantelar el aparato represivo y poner tras las rejas a todos los genocidas y sus cómplices. La jueza Servini de Cubría confirmó la identidad a las 13:15hs de ayer. Se trataba del nieto recuperado número 114. Ignacio, el nombre que le pusieron, es músico, está casado y vive en Olavarría. Se presentó voluntariamente a realizarse las pruebas para constatar su identidad. A partir de hoy, Ignacio Hurban será Guido Carlotto. El 1 de agosto de 1977, su madre, Laura Carlotto estando embarazada fue secuestrada por un grupo de tareas y trasladada al Hospital Militar. Allí parió a Guido. Luego la llevaron al centro clandestino de detención “La Cacha”, en la localidad de Olmos. Allí, en una ruta, la acribillaron.

La noticia conmueve a quienes luchamos desde hace décadas contra la impunidad y buscamos la verdad y la justicia. Se trata de una nueva confirmación del plan sistemático de apropiación de los hijos de los desaparecidos; una más de las aristas de la aberrante política llevada adelante por los militares asesinos durante la dictadura. Que, lejos de defender al país, perpetraron un genocidio brutal contra una generación que se sumaba a los procesos de cambio que se daban en el mundo. Y que hicieron esto para imponer un modelo de entrega y saqueo, para arrodillar al país frente a las corporaciones y el imperialismo.
Y que, por eso mismo, la lucha contra la impunidad va unida con los reclamos del pueblo trabajador por salario, trabajo, vivienda, educación y salud.

Al mismo tiempo, no podemos desconocer que mientras celebramos esta recuperación, se mantienen y profundizan graves contradicciones. Tenemos a un genocida al frente del Ejército, nombrado por la presidenta. La comitiva oficial, que representa al país en el mundo, tiene a Gerardo Martínez, agente del Batallón 601 y actual titular del gremio de la construcción, como protagonista. Se ha urdido un pacto entre el PRO y el FPV para despojar a la Ciudad de los Espacios de la Memoria, a pesar del reclamo de organizaciones de DD.HH.
Por otra parte, desde la caída de la dictadura todos los gobiernos han “honrado” la deuda externa ilegítima, que generaron los dictadores, sin siquiera auditarla a pesar de los fallos judiciales que lo exigen. Y el actual ha pagado 190.000 millones de dólares, según confirmó el ministro Kicillof. Las multinacionales siguen ganando peso en la economía, metiendo sus tentáculos también en el campo y en las montañas, como se ve con Monsanto y las megamineras. Y las fuerzas de seguridad se utilizan para la represión de los conflictos obreros y populares, como se ve con Emfer, Lear, en Entre Ríos y un larguísimo etcétera.
En resumen, vivimos un presente donde la impunidad y la dependencia lejos están de haberse acabado.
La recuperación de Guido es un paso adelante y un impulso que fortalece la lucha contra la impunidad de ayer y de hoy. Hay que seguir la pelea por recuperar a todos los bebés y niños apropiados.
Pero junto con eso, es fundamental avanzar en desmantelar el aparato represivo que hoy sigue en pie. Con los archivos que ya se han encontrado, hay que separar de sus cargos y llevar a juicio a todos los integrantes de las FF.AA, policías federales y de las provincias de comprobada actuación en la dictadura. Lo mismo con los funcionarios judiciales de los distintos fueros que acompañaron el accionar de los represores. Lo mismo con los dirigentes políticos y sindicales que apoyaron la dictadura. También con la jerarquías de la Iglesia Católica y los empresarios que fueron cómplices. Es parte de esta pelea también la anulación de la ley antiterrorista y evitar la ley antipiquetes.

estelacarlotto


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