Entre la crisis y el burocratismo, emerge Marea Socialista

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Exclusión y «unidad» en el PSUV y el chavismo

Groucho Marx (actor, escritor y comediante) decía que: «…estos son mis principios; si no le gustan; tengo otros.» En clara alusión a lo pragmático que pueden ser los valores de derecha.

Hoy dentro de la cúpula del gobierno y del partido, existe la capacidad de desdoblar los valores como siempre lo hace la derecha, al punto que una exclusión, tal como la hemos vivido Heiber Barreto, Carlos Hurtado, mi persona y otros dirigentes regionales dentro del PSUV al no aparecer en los registros oficiales del partido ni siquiera como militantes, es señalado por sus responsables como parte de las «acciones divisionistas de un grupo de 5tas columnas pagados por la CIA» ya que «nosotros mismos nos excluimos para desestabilizar», cuando lo claro y evidente es que esta exclusión, aún sin pronunciamiento oficial por parte de ninguna autoridad del PSUV, es una clara acción divisionista de la cúpula del partido que se llena la boca repitiendo la frase del Comandante Chávez: «Unidad, lucha, batalla y victoria», pero quienes de facto disuelven la unidad ante la crítica, son aquellos que tienen el poder, la cúpula ilegítima del PSUV, ya que han sustituido de hecho a la Dirección Nacional legítimamente electa, quedando la militancia huérfana de si quiera una instancia de apelación de las arbitrariedades totalitarias de una cúpula viciada de 4to republicanismo.
Las consecutivas acciones en contra de una corriente socialista y chavista dentro del PSUV (Marea Socialista) que se reúne, como lo hizo el 14 y 15 de noviembre para debatir propuestas de salida ante la crisis, el decreto de disolución de las corrientes por parte de un burócrata, y el decreto de guerra a muerte contra la crítica y la propuesta a través de la llamada «Misión Sapo», lo que pone en evidencia es el deterioro progresivo de una dirigencia que perdió el rumbo, que convoca a tolerar a «Chino y Nacho» por las ganancias en dólares preferenciales que eso genera a pocos, pero que niega el diálogo y la tolerancia entre quienes han demostrado haber sido capaces de dar la vida por el proyecto revolucionario y socialista encabezado por Hugo Chávez.
Hoy ya el asunto no es que estemos en crisis, llamemos a las cosas por su nombre, existe una estafa a la nación, y quieren hacer pagar esta estafa al pueblo, para lo que necesitan un chivo expiatorio, y esos ya no son los que forman parte de la cúpula de la oposición, porque están desgastados, porque son ya sus aliados, porque entre cúpulas se entienden. Hoy el chivo expiatorio es todo aquel que con moral asuma el legado de Chávez sin retórica, sin cinismo, que critique a la burocracia y al capital corrupto como cómplices del deterioro de un proceso que nació para luchar contra lo que hoy práctica.
Nuestra exclusión del PSUV, aún sin pronunciamiento oficial, es la expresión clara del cinismo de aquellos que hablan de democracia participativa y protagónica y transparencia, pero jamás han dicho oficialmente cuantos militantes participaron en la escogencia de delegados al PSUV.
Lo que reclamamos a lo interno son espacios de debates entre iguales, y no entre élites constituidas en nuevas clases sociales y el «lumpen chavista» tal como ya nos califican las cúpulas. Aquellos, los autoerigidos «hijos de Chávez» nunca han comprendido que tal como nos empoderó el comandante «todos somos Chávez» y si eso es así, ustedes, nuestros hijos, deben obedecer las directrices de Chávez aún: el pueblo.
Lamento esta situación, ya que no es fácil ser objeto de ataque tanto de la cúpula gobiernera como de la opositora que hoy levanta también su voz en contra de que nosotros desde Marea defendamos el legado de Chávez, nos asumamos chavistas, y sigamos convocando al Presidente Maduro a rectificar el rumbo.
Tengan claro en las cúpulas de la oposición que ustedes dejaron de ser alternativa para el país hace ya mucho tiempo, y que la posibilidad de avanzar está en no volver al pasado, ya que más bien se debe aprender de él y sus errores.
A todo aquel que está indignado, a todo aquel que ha sido excluido, a todo aquel que quiere aportar algo, nuestro llamado desde Marea Socialista ha sido, organización. A constituir equipos promotores de Marea Socialista en cada rincón del país donde exista la esperanza de que el chavismo sea la opción, donde exista la voluntad de aportar democráticamente al país que queremos, y que deseamos construir un socialismo a la venezolana que hoy se ve desdibujado por los desaciertos de la cúpula.
A aquellos decepcionados y excluidos por la cúpula opositora, también va nuestro mensaje. Sabemos que muchos se fueron a la oposición, aunque votaron por Chávez en algún momento, porque los desmanes del entorno del presidente fueron «mata votos», pero sabemos que en el fondo, Chávez sigue siendo la referencia de lo que sabemos que es posible lograr, siempre que nos tracemos como meta superar la cultura rentista que nos domina.
Vamos a sumar, en el esfuerzo de «Unión, lucha, batalla y victoria» más grande que nunca se haya hecho en Venezuela, para así lograr que el sueño de Bolívar se haga realidad: unidad con el pueblo, unidad popular.

Venezuela y los debates en la izquierda

por: Sergio Garcia

Como todo proceso vivo de la lucha política y de clases, pone a prueba las distintas políticas y estrategias en el campo de la izquierda. Desde el auge del movimiento bolivariano y el chavismo hubo dentro de las organizaciones que se reclaman de izquierda distintas visiones y, por ende, distintas políticas.
Como en muchos otros casos de la historia, hubo quienes negaron el proceso y se pusieron por fuera del mismo, igualando a Chávez con un gobierno burgués normal poniéndolo casi al mismo nivel que otros gobiernos de la región sin comprender las diferencias de origen ni de política concreta. Otros sectores hicieron exactamente lo contrario, se adaptaron al aparato oficial del chavismo perdiendo todo tipo de independencia política, evitaron la crítica aún en medio de un fuerte y evidente proceso de burocratización y consolidación de un modelo rentista petrolero que no modificó la estructura capitalista del país.
En nuestro caso, nunca hemos compartido ninguna de estas dos concepciones. Por un lado, partimos hace muchos años de acompañar y ser parte activa del proceso, entendiéndolo como un fenómeno que apoyado en la movilización popular emergió con un carácter antiimperialista e independiente. En vida de Chávez se lograron los puntos más fuertes de conquistas sociales y a la vez se fueron incubando los problemas actuales, a falta de medidas anticapitalistas y por un régimen político-económico basado en la renta petrolera con el mal del burocratismo a cuesta.
En el último período, ya sin Chávez y con la presidencia de Maduro, todas las contradicciones se multiplicaron; la dinámica de los problemas estructurales avanzó cualitativamente a la par de la cerrazón y métodos autoritarios de la cúpula del PSUV y el gobierno.
Esto viene trayendo un fuerte descontento y pérdida de base social. Y ahí, es cuando entra a tallar con fuerza la política de quienes están enraizados dentro del proceso pero con voz propia supieron defender un camino anticapitalista. Eso es lo que refleja el crecimiento y protagonismo de la corriente Marea Socialista, quien hoy aparece como la más dinámica a la izquierda del proceso y también la más atacada por las cúpulas. Marea Socialista, comparte con nuestro partido un proyecto internacional común, estará presente con varios de sus dirigentes en nuestro 9o Congreso del MST y recibe nuestro apoyo y solidaridad militante.
Venezuela, está ingresando a momentos decisivos. Quienes desde el sectarismo (como las fuerzas del FIT) negaron el proceso bolivariano hoy son actores marginales o directamente nulos en Venezuela, justo en este momento crucial. Y quienes se han adaptado al chavismo oficial quedan presa de los desastres ocasionados por funcionarios alejados de las bases y proclives a acuerdos y negocios con la burguesía. Como siempre, la realidad va poniendo las cosas en su lugar y demostrando que estos dos caminos no conducían a buen puerto.
Desde el MST apoyamos a los compañeros de Marea Socialista que con enorme valentía política defienden las conquistas logradas y los mejores aspectos del legado de Chávez sin por eso dejar de marcar sus límites y levantando sus propias propuestas anticapitalistas. Esa coherencia les ocasiona en estas horas la separación y exclusión del PSUV, medida burocrática que no evitará que sigan avanzando, a lo largo de Venezuela, con banderas emancipatorias y socialisSergio García exponiendo en el seminario de Caracas.
tas. Se abre una nueva etapa y una perspectiva incierta para el proceso revolucionario. Marea Socialista tendrá mucho que aportar en el tiempo que viene y en un próximo evento definirá los pasos a seguir. Actuando siempre junto al pueblo bolivariano contra la oposición pro imperialista que pretende volver y contra la burocracia de estado que pone en riesgo las conquistas y el futuro. Se abren nuevas peleas y apasionantes debates políticos. En medio de estos, va subiendo una marea socialista.

Seminario en Caracas

por: Gonzalo Gómez, dirigente de Marea Socialista.

El 14 y 15 de noviembre se desarrolló en Caracas, Venezuela, el Seminario Nacional de Marea Socialista, llamado «Propuestas de gobierno para superar la crisis». Como invitados internacionales participaron Sergio García del MST de Argentina y Antonio Neto del MES/ PSOL de Brasil. En la primera jornada, se presentaron decenas de ponencias sobre diversos temas de interés nacional e internacional. El segundo día del seminario fue también de mucha intensidad, con la presentación de las ponencias restantes de participantes de diferentes partes del país. Esta segunda parte del Seminario se realizó en el nuevo local de Marea Socialista, producto de la imposibilidad de seguir usando la sala alquilada en Parque Central donde se presentaron extraños y repetidos apagones durante el primer día, que obligaron a completar las ponencias a oscuras y sin amplificación adecuada del sonido. Durante las dos jornadas, participó una gran cantidad de dirigentes políticos, sociales, intelectuales, obreros, estudiantiles, populares, de la cultura, los derechos humanos y otros sectores se hicieron presentes. El cierre estuvo a cargo de Gonzalo Gómez, vocero nacional de Marea Socialista, quien hizo un recuento de los aportes del Seminario y dio un reporte político, relacionado con la situación del movimiento, la disfuncionalidad actual del PSUV como motor de la Revolución Bolivariana y los retos que se presentan a los revolucionarios que se niegan a que se pierda el rumbo de nuestra revolución. Dejamos un extracto de las propuestas de su cierre.

 

En la situación de crisis y encrucijada actual del proceso revolucionario se requiere:

Compromiso real con los intereses de la clase trabajadora y del pueblo en general.
Democracia real, interna y en la sociedad.
Unidad en la diversidad y en el respeto de sus vertientes de pensamiento revolucionario.
Verdadero impulso del Poder Popular.
Ejercicio de la crítica y autocrítica.
Lucha intransigente contra el burocratismo y la corrupción

El PSUV presenta problemas y desviaciones como las siguientes:

Burocratismo y corrupción en el partido y en el Estado. Permite y no combate decididamente la impunidad. Búsqueda del beneficio particular y riqueza material por sectores de la dirigencia y cuadros del partido con cargos públicos.
Autoritarismo, falta de democracia interna, ausencia de debate, de crítica y autocrítica.
Intolerancia, no uso del diálogo para resolver diferencias, medidas disciplinarias arbitrarias.
Utilización de la descalificación personal y grupal en el partido y con los instrumentos del Estado.
Insuficiencias de fundamentación científica para las políticas.
Falta de formación de los cuadros y de la militancia. Falta de correspondencia entre el discurso y la práctica política o moral.
Políticas que no concuerdan con el Programa de la Patria y con el Golpe de Timón de Chávez.
Posiciones que favorecen el congelamiento del proceso revolucionario y la conciliación con la burguesía.
El sujeto social y político de la revolución bolivariana, la clase que vive del trabajo, los sectores campesinos y populares, la militancia de base del PSUV, sienten estos problemas, junto con los que nos aquejan en nuestra vida cotidiana y que vienen afectando a nuestro nivel de vida y a los logros de la revolución…
La vanguardia bolivariana y socialista, la base militante del PSUV y de los movimientos y organizaciones sociales, el pueblo en general, sienten molestia, decepción, incertidumbre, desconfianza y se plantean cada vez más la necesidad de un cambio de rumbo…
…viene aumentando también la crítica, la necesidad de expresarse y debatir, la disposición para la protesta y la movilización, y la inclinación hacia la reorganización autónoma de las bases…
… está planteada la renovación o recreación del instrumento político de la revolución, que surja, ya sea de una sacudida y recuperación del PSUV o de no ser posible, del reagrupamiento de la vanguardia, la militancia y los luchadores y luchadoras sociales y políticos que buscan vías para superar la situación.

Sobre el instrumento político:

Sirva al sujeto de la revolución bolivariana y socialista, a la clase que vive del trabajo, para llevar adelante las luchas y las políticas que permitan superar la crisis y relanzar el proceso revolucionario.
Enfrentar no sólo al capital sino también a la burocracia que le es funcional, que pervierte al proceso y al Estado, parasita la renta y pone en peligro las conquistas de la revolución. Cuyo compromiso sea, firmemente, con el pueblo y con la clase trabajadora, sin hipotecar la revolución en función de la conciliación con sectores capitalistas ni apetitos burocráticos.
Que sea verdaderamente democrático, donde se debata y se dialogue con libertad, haya respeto para la diversidad del pensamiento revolucionario, se practique la crítica y la autocrítica.
Que no obedezca a una estructura vertical y autoritaria y no esté secuestrado por cúpulas y tramas burocráticas.
Que apueste claramente por la transformación social y política en vez de convertirse en freno de los cambios o en palanca para la contrarreforma y el desmontaje de las conquistas del proceso.
Que no fomente la división con exclusiones, con censura, con el cierre de espacios de debate, con descalificaciones,
con arbitrariedad o parcialidad en el manejo de una disciplina coercitiva, con el desprecio hacia las propuestas alternativas y hacia los aportes creativos.
Que sea un canal de convergencia y síntesis de la diversidad de nuestro pueblo y del pensamiento revolucionario, para la acción unitaria sobre la base de los acuerdos alcanzados.
Que ejerza una intransigente contraloría social en su interior y en el ejercicio del gobierno, en la función pública y en el manejo de los recursos del país.

Propuestas a la militancia del PSUV:

…Rechazar la Linea-SAPO creada para la denuncia de supuestos «infiltrados» y «divisionistas» cuyo propósito real es la persecución de los críticos. Llamar, por el contrario, al relanzamiento consecuente de las 3 R contra los corruptos. …Proponer un debate interno y público en el PSUV con participación democrática de todas sus vertientes de pensamiento sobre la situación de la revolución y del partido, así como la evaluación del cumplimiento de la Declaración de Principios, el Código de Ética del Militante y el Programa del partido. Reivindicar las corrientes políticas dentro de la unidad del partido y condenar las camarillas y grupos de intereses.
Defender la libre expresión de opiniones y repudiar el sabotaje a los foros y debates impulsados por Marea Socialista con los trabajadores, sectores populares y militantes.
Exigir que los dirigentes y diputados del PSUV promuevan la investigación, discusión y acciones judiciales contra el desfalco y fuga de capitales, como acción urgente para la defensa de la renta petrolera y los recursos de los venezolanos.
Seguir impulsando a Marea Socialista y la concurrencia de grupos y movimientos, como corriente política y movimiento de movimientos, uniendo voluntades para el rescate del PSUV o para posibilitar, en última instancia, la construcción del renovado instrumento político que está reclamando en estos momentos la revolución.


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