¿Qué es el ISIS?

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Los recientes atentados en París y Beirut fueron reivindicados por el grupo terrorista autodenominado Estado Islámico (ISIS). Su origen se remonta a la lucha contra el ejército yanqui invasor en las zonas sunitas de Irak en el 2004, cuando el líder ultraislámico Zarqawi forma la rama iraquí de Al Qaeda. Zarqawi muere en el 2006 y surge una organización mayor llamada Estado Islámico en Irak (ISI). En el 2010 un ex detenido en las cárceles norteamericanas, Al Baghdadi, se convierte en líder del ISI.
Cuando se inicia la guerra civil en Siria contra el dictador Al Assad, el ISI se une al grupo de Al Qaeda en Siria: el frente Al Nusra. En abril del 2013, Baghdadi anuncia la fusión de sus fuerzas de Irak y Siria creando el «Estado Islámico en Irak y el Levante» (ISIS). Los líderes de Al Nusra y Al Qaeda rechazan esa línea, pero los combatientes leales a Baghdadi dejan Al Nusra y permiten que ISIS permanezca en Siria.
A fines del 2013 comienza su ascenso, con la toma de la ciudad iraquí de Falluja. En el 2014 ocupa Mosul sin que el ejército iraquí oponga resistencia. Allí se hace de cientos de tanques y carros blindados de última generación y demás armamento pesado. Avanza hacia Bagdad y las ciudades kurdas de Kirkuk y Makmur, y hacia el oeste une sus fuerzas de Siria e Irak provocando un genocidio al pueblo yezidí, una minoría religiosa kurda. Así ISIS se adueña de un territorio en parte de Siria e Irak equivalente al Reino Unido. Desde entonces, para generar terror, difunde los famosos videos que muestran sus atroces asesinatos.

¿Quién lo financia?

ISIS recibe apoyo financiero desde varios países, sobre todo aquellos de religión sunita, como las petro-monarquías del Golfo Pérsico: Arabia Saudita, Qatar y Emiratos Árabes, todos ellos aliados de EE.UU. Su fuente de financiamiento también es la venta del petróleo apropiado en las zonas ocupadas, que coloca en el mercado negro. Entre sus compradores están los gobiernos de Turquía e Israel. Se estima que ISIS recibe ingresos semanales por unos 100 millones de dólares.
Otra parte la recauda de la extorsión y el secuestro, así como del tráfico de esclavas sexuales y la venta de antigüedades arqueológicas. A todo este apoyo financiero hay que sumarle el respaldo político, moral y logístico de los países citados y en especial del gobierno turco, que pretendía que ISIS controle Siria hasta la frontera turca.
Métodos nazis, política contrarrevolucionaria
ISIS emplea métodos aberrantes. Comete atentados masivos contra civiles y contra los pueblos y minorías nacionales o religiosas que no se arrodillan ante su doctrina. Decapita prisioneros -sean occidentales, sirios, kurdos o egipcios, musulmanes o cristianos-, los hace estallar con explosivos, los ahoga o los quema en jaulas, lapida mujeres y lanza homosexuales desde lo alto. Es una metodología nazi repudiable que ni siquiera se centra en objetivos militares y cuyo objetivo político es contrarrevolucionario: ISIS busca imponer un califato, o sea un régimen teocrático medieval en base a su salvaje versión del Corán.
Con su accionar ISIS divide a los pueblos de Medio Oriente y crea una situación que solo favorece a Arabia Saudita, Turquía e Israel y al imperialismo. Y al mismo tiempo, los bombardeos de este último retroalimentan a ISIS.
Los pueblos de Siria e Irak solo tendrán paz cuando ellos mismos puedan manejar su destino y convivir bajo regímenes democráticos, laicos y no racistas. Un ejemplo de eso es el pueblo kurdo, que desde el 2013 protagoniza una revolución democrática, antipatriarcal y ecologista en el norte de Siria. Con sus milicias YPG e YPJ (Unidades de Defensa del Pueblo y de la Mujer respectivamente) es el único que le inflige a ISIS derrotas políticas y militares que significan un avance.

Fabio Marucci

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