Macri viaja a Davos, ese foro mundial de los grandes empresarios y potencias imperialistas. Lo hace en compañía de Massa y una importante delegación de empresarios y funcionarios. Va en busca de la “apertura de los mercados”, lo que en buen romance es abrir aún más el país al pillaje de las multinacionales, a endeudarse todo lo que pueda con los bancos y financistas y a acelerar un posible acuerdo con los fondos buitres.

Algunos medios señalan que así supera la economía cerrada de los K que estuvieron 12 años ausentes de este foro mundial, cuando en realidad ya Cristina había preparado el regreso con sus acuerdos leoninos con el Club de Paris, la indemnización a Repsol, la apertura de nuestros recursos naturales a la explotación de Chevron y las multinacionales. El mismo camino que Scioli anunciaba recorrer en caso de ser electo.

Sin anestesia ni doble discurso Mauricio completa con este viaje una puntada importante de su plan de “normalizacion” del país, que empezó con la brutal transferencia de ingresos a los ricos que significó la devaluación del peso del 40%, la estampida de precios consiguiente, la eliminación millonaria de retenciones a los grandes pooles agrarios, los despidos a los estatales y privados como los de SOL o los petroleros, y el reciente anuncio de Prat Gay que la inflación para el 2016 no pasará del 20 al 25%, pretendiendo condicionar con estas cifras las futuras paritarias.

Este ajuste, más temprano que tarde, va a pinchar las falsas ilusiones de muchos que lo votaron creyendo que iba a mejorar la gestión de Cristina y generará duros y extendidos conflictos.

Han tratado de disimular los despidos, con la pérfida excusa de terminar con los “ñoquis” o “limpiar la grasa militante”. Pero los trabajadores han salido a resistir y en su pelea han logrado triunfos parciales, como la reincorporación de 2.000 despedidos en La Plata o la salida provisoria para los trabajadores de Cresta Roja.
Peleas heróicas de los trabajadores, mientras la dirigencia sindical nacional las abandona a su suerte, aunque estén ofendidos como Moyano porque Mauricio no lo recibe y amenacen con resistir el ajuste. Son estos burócratas, a los que Macri devolvió el manejo de los cuantiosos fondos de las Obras Sociales, los principales responsables de que Mauricio pueda avanzar. Utiliza además las expectativas que conserva en sectores de la población que lo votaron y el importante aparato comunicacional que, con el Grupo Clarín a la cabeza, justifica todas sus medidas.

En el conflicto de Cresta Roja, Michetti amenazó con criminalizar la protesta social. La brutal represión a los estatales en La Plata, la persecución policial a la juventud y a la población en general con la exigencia de portación de los DNI, se completó en estos días con el encarcelamiento de la dirigente social y parlamentaria electa del Parlasur Milagro Sala, para intentar quebrar un conflicto social y dar de paso un ejemplo para todos los que se atrevan a desafiar las medidas de ajuste del gobierno de Cambiemos.
Con la disolución del AFSCA y la AFTIC, Macri pudo avanzar en su plan de entregarle las comunicaciones a las telefónicas. Pero tuvo que retroceder en su intento de poner “orden” a decretazo limpio con el nombramiento a dedo de dos jueces de la Suprema Corte. Y se encontró con un lío inesperado: el papelón de la triple fuga.

Más allá de que Macri haya logrado descargar parte de la responsabilidad de lo sucedido en el gobierno anterior y “la Morsa” Fernández, la triple fuga mostró durante dos semanas en vivo y directo, la tremenda corrupción y degradación de un régimen político cruzado por negocios y complicidades con el narcotráfico. Una trama que abarca a la Bonaerense y todas las fuerzas de seguridad, jueces, fiscales, intendentes, gobernadores y ex ministros. Y mostró la impericia y fragilidad de un gobierno que pretendió que la bonaerense resolviera la fuga, que es como dice el dicho “entregarle al zorro las gallinas”.

Es que tras los “errores” o “la ingenuidad”, como suelen criticarle los medios amigos, lo que se esconde es la complicidad del PRO con el FPV, el PJ, la UCR, el PS, la centroizquierda y todos los partidos patronales en el sostenimiento de este corrupto régimen político funcional a los negocios de las grandes empresas.
Un régimen responsable también de la impunidad que existe en la Masacre de la AMIA y la posterior muerte de Nisman. El macrismo hará discursos demagógicos, en lugar de avanzar en la búsqueda de Justicia que la sociedad reclama.

Enero comenzó caliente y las primeras estocadas del macrismo están siendo resistidas por los trabajadores y el pueblo ¡Hace falta la mayor unidad de acción para enfrentar este duro plan de ajuste!

Y en esta pelea los trabajadores y el pueblo tienen que ir armando una alternativa política. Las promesas de “resistencia K” muestran sus limitaciones cuando le votan, junto a todo el PJ, el Presupuesto a Vidal en la Provincia de Buenos Aires, algo que hasta Cristina reivindica ahora. Ni hablar de las reuniones y acuerdos de gobernadores con Frigerio.
Más que nunca una alternativa amplia y unitaria de la izquierda y los sectores realmente progresistas podría constituir un enorme punto de apoyo para las luchas y postularse como alternativa política. Lamentablemente, el FIT no aspira a más que una cooperativa electoral.
Por eso recién asumidos sus nuevos diputados no pudieron ponerse de acuerdo ni para armar un bloque en común.
Al servicio de construir esa alternativa, desde el MST Nueva Izquierda seguiremos peleando codo a codo, propiciando la mayor unidad contra este nuevo capítulo del ajuste capitalista encabezado por Mauricio Macri.