Con una movilización nacional unitaria paremos el ajuste de Macri

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A dos meses de haber asumido, el gobierno de Macri viene descargando un fuerte ajuste condimentado con represión. Hay que reclamar a las centrales sindicales una movilización nacional unitaria con paros y cortes, para coordinar múltiples conflictos que hoy están dispersos. Y prepararla desde los lugares de trabajo con reuniones de activistas, asambleas y plenarios.

Sin dudas transitamos un verano caliente cruzado por paros, acciones de protesta en muchos lugares de trabajo y bronca en las calles. Macri mostró rápidamente la esencia de un gobierno directo de las corporaciones, con una serie de medidas y señales políticas destinadas al establishment. Con la devaluación y el proceso inflacionario como telón de fondo, disparó una oleada de despidos, recortó la ayuda social, condicionó las paritarias y ahora descarga un tarifazo del 500% que abordamos en nota adjunta.

Una oleada de despidos

Los estatales fueron la punta de lanza con el argumento de los “ñoquis”. Una verdadera cruzada destinada a demonizar a los trabajadores del Estado, con el claro objetivo de producir un recorte en los planteles de los miles de precarizados que el gobierno kirchnerista jamás efectivizó. Y se prepara una nueva tanda de despidos cuando caduquen los contratos precarios que fueron prorrogados tan solo por tres meses. Son 4.100 las cesantías dispuestas en áreas estatales nacionales. Si consideramos los despidos en las provincias, el número asciende a 20.000 con una proyección a los 60.000 si no se le pone coto con la lucha (datos CTA/A). En los municipios, sobre todo los de la Pcia. de Buenos Aires se concentra una parte importante de los despidos, vía el cese de contratos, siendo La Plata el lugar donde intentaron avanzar más intempestivamente y tuvieron que barajar y dar de nuevo.
En las provincias hay otras manifestaciones de ajuste como los recortes a los presupuestos sociales, la reforma regresiva del sistema previsional en Tierra del Fuego, el desconocimiento del convenio colectivo en Mendoza, la negativa a aumentos en Jujuy, Santa Fe y Neuquén (en estas dos últimas con medidas de fuerza) van conformando un panorama de conflictividad creciente.
También hay despidos en el sector privado que agravan el panorama recesivo que venía con suspensiones desde varios meses atrás. Las reprogramaciones productivas y procedimientos de crisis dieron paso a los despidos directos que ya cuentan con cifras que superan los 11.000 trabajadores. Comenzó con los petroleros, empresas metalmecánicas, el Grupo 23 y sectores de la UOCRA por falta de nuevas obras o salarios adeudados. Y si no se lo frena con una fuerte lucha unificada nacional, los despidos van a llegar a nuevos sectores. El gobierno utiliza esto a la hora de comenzar las negociaciones salariales con el consabido chantaje de “cuidar el trabajo a la hora de discutir el salario”. Un viejo argumento del manual neoliberal en boca del ministro Prat Gay.

Paritarias con tope y complicidad de la burocracia

Sin datos oficiales del INDEC y pese a no haber vertebrado el tan mentado pacto social para garantizar paz social es Prat Gay quien ha salido a colocar un techo del 20 – 25% a los salarios en el marco de una tendencia a postergar y condicionar las paritarias. Mientras los trabajadores del INDEC, fijan la canasta mínima cerca de los 16.000 pesos (ese debería ser el salario mínimo), el gobierno pretende claramente una pauta a la baja para reducir el déficit en el estado y bajarle el “costo laboral” a los empresarios. Con la paritaria nacional docente pretenden fijar el tope para todos los estatales. Y ahora promocionan el acuerdo con la dirección de la Bancaria para acotar a los privados. La pasividad de las centrales dejan librada a su suerte las peleas que dan los trabajadores que han respondido en cada lugar de trabajo con heroicas luchas, reclamando aumentos por encima del 40%. Mientras UPCN y los gremios municipales miran para otro lado, ATE se ha limitado a la pelea por lugar. El paro nacional convocado para el 24 por ATE es un paso adelante, pero todavía insuficiente. La CICOP ha lanzado un plan de lucha y los docentes comienzan a discutir medidas. Se necesita unificar los conflictos en una movilización unitaria nacional. Ninguna de las CGT esboza alguna medida de protesta. Moyano se queja, algo tiene que decir frente a la bronca desde abajo, pero después termina elogiando a Macri. La CTA-A está sin iniciativa producto de los debates internos. Ahora es la CTA de Yasky la que habla de una jornada de lucha. Tenemos que reclamarle a los dirigentes de todas las centrales el apoyo explícito a los conflictos en curso y la convocatoria a una medida nacional contra el ajuste y la represión.

Preparar la movilización nacional desde abajo

Los activistas, delegados y trabajadores que empujan estas peleas en cada repartición, hospital y lugar de trabajo, debaten asimismo qué hacer para enfrentar los despidos además de la pelea por lugar.
En primer lugar hay que reclamar a todas las centrales y gremios nacionales la convocatoria a una movilización nacional que sea el primer escalón de un paro nacional y un plan de lucha para pararle la mano a Macri. Tiene que ser una acción que unifique a los trabajadores y los sectores populares en lucha. Se necesita la mayor unidad en la acción para frenar a Macri. Los conflictos por lugar, las marchas realizadas o los acampes, no alcanzan. Hay que promover una gran acción con paros, cortes y movilizaciones en todo el país. Para ello hay conformar una mesa de unidad, que articule a las centrales y los movimientos sociales.
Que arranque por el reclamo de frenar los despidos y lograr un aumento general de salarios con el mínimo igual a la canasta familiar y actualizado automáticamente según el costo de vida real. Y que sea parte de un plan alternativo al ajuste de Macri, para que la crisis la paguen las corporaciones y no los trabajadores y el pueblo (ver recuadro). Es importante que en todas las reuniones y asambleas se discuta y vote este reclamo hacia una fuerte acción unitaria.
Pero no podemos confiar en que los dirigentes tengan la voluntad política de avanzar. Tenemos que ir preparando la pelea desde abajo, democráticamente desde cada lugar de trabajo y gremio, con reuniones de activistas, reclamando plenarios abiertos y asambleas. Es la manera de empezar a pararle a mano a Macri.

Luchar por estas medidas

  • Aumento general de salarios, jubilaciones, pensiones y planes sociales. Mínimo igual a la canasta familiar con actualización trimestral según la inflación real. Paritarias libres.
  • Reincorporación de todos los despedidos; pase a planta permanente de los precarizados. Prohibir por ley despidos y suspensiones, nacionalizando a la empresa que no cumpla. Reparto de las horas de trabajo sin reducción salarial.
  • Eliminar el IVA a los productos de la canasta familiar. Abrir los libros contables de las grandes empresas formadoras de precios con participación de las organizaciones de consumidores para controlar costos reales. Aplicar la Ley de Abastecimiento a los hipermercados o distribuidoras que remarquen, especulen o acaparen.
  • Reforma tributaria anulando el impuesto al salario, gravando la renta financiera y con impuestos progresivos a las grandes fortunas. Suspensión de los pagos de la deuda pública fraudulenta.
  • Anular el tarifazo. Tarifa social para los trabajadores y el pueblo. Reestatización de las privatizadas con control social.
  • Basta de criminalización de la protesta. No al “protocolo”. Desprocesamiento de todos los luchadores. Anulación de la Ley antiterrorista y toda legislación represiva.

Guillermo Pacagnini

8-central


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