Asesinato de Bin Laden: Violencia y debilidad imperial

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Escribe: Gustavo Giménez    

Ni la prepotencia guerrera y asesina del imperialismo norteamericano puede esconder
por mucho tiempo la grave crisis económica, política y social que atraviesa.

A Osama lo ejecutaron después de haberlo dominado, según relata su hija de 12 años que presenció el asesinato. La operación se hizo violando a integridad territorial de Pakistán, que hoy protesta diplomáticamente por la acción de los Navy Seals. Lo ubicaron gracias al confesado empleo de tortura a prisioneros de Guantánamo.
Tan brutal ha sido el cambio en el doble discurso pseudo democrático que el actual presidente Obama utilizó para diferenciarse de su antecesor, el asesino George Bush, que los republicanos le están exigiendo a Obama que pida disculpas por haber criticado los métodos de tortura.
El mundo contempla azorado como se asesina a un hombre desarmado en nombre de la justicia, la paz y la libertad americanas. El oficialismo demócrata, la oposición republicana, los militares, fiscales y jueces son los que justifican tamaña violación a los derechos humanos, a los convenios internacionales y al derecho a ser juzgado. Hubo ejecución sin proceso.
El asesinato se da en el marco de bombardeos asesinos de las fuerzas yanquis y la OTAN sobre la población civil libanesa, con el objetivo dividir el país en dos y avanzar en sus necesidades petroleras. También cuando un avión misilístico no tripulado dio muerte a un grupo de militares paquistaníes en una aldea lindante a Afganistán, sospechada de estar dirigida por Al Qaeda, con lo cual ya se cuentan alrededor de 300 ataques a poblados que enfrentan la invasión estadounidense.
La matanza de Osama ha servido para ocultar la dramática e injustificada muerte de decenas de refugiados libios, cuyo barco averiado quedó varado en el Mediterráneo, y al que las naves de guerra que circundan la zona se negaron a socorrer..
Tal es el giro del discurso tramposo de Obama que la periodista del New York Times, Ross Douthat, títula en el diario neoyorkino: “Convergencia Bush-Obama”. Distintos analistas señalan que los servicios de inteligencia yanquis tenían la ubicación de Bin Laden por lo menos desde Agosto del año pasado, pero que decidieron atacar ahora para levantar el alicaído prestigio de Obama de cara a las elecciones del año próximo, ya que su gestión está cruzada por el desempleo más alto en décadas como uno de los reflejos de la crisis capitalista desatada en Norteamérica.
Y que decidieron no esperar más ya que la llamada “primavera árabe” estaba devaluando la figura de Bin Laden y Al Qaeda marginales de las enormes revoluciones que cruzan el norte de África y el Medio Oriente. Se ha insistido además en la necesidad de contar con una “victoria” que permita una reducción de tropas y presupuesto en Irak, para reducir en parte el gran aumento del presupuesto militar que implica seguir sosteniendo las guerras de Irak y Afganistán, en momentos que la economía yanqui pasa por su peor momento.

El terrorismo de Al Qaeda fue funcional a los planes yanquis

Osama Bin Laden fue elevado por Bush y el imperialismo al rango de “peligro mundial” cuando en realidad Al Qaeda como organización terrorista, no podía cuestionar el poder imperial de EE.UU. Los atentados de 11 de Setiembre le fueron totalmente funcionales a un imperio que puso su esfuerzo en el intento por dominar los enormes recursos minerales del centro de Asía en Afganistán y las riquísimas reservas petroleras iraquíes.
La campaña contra el terror le permitió al imperialismo respirar y contraatacar, en un panorama mundial donde la lucha anti globalifóbica cobraba bríos movilizando a centenas de miles en Europa y el propio EE.UU. De la mano de esta cruzada impusieron límites a las libertades civiles en EE.UU. hasta llegar a tener un campo de concentración y tortura a la vista de todo el mundo como es la Base de Guantánamo.

Un gigante esta cambiando el mundo: la revolución árabe

Probablemente el efecto propagandístico que pretende hacer aparecer con el asesinato de Osama a los yanquis como invencibles dure unos días más. Para luego diluirse como se esfumó el efecto de la boda de la realeza británica.
Es probable que luego de alguna reacción inicial, Al Qaeda siga deshilachándose, no tanto como consecuencia de este golpe a su principal referente hace tiempo confinado en una gran casa en Pakistán, sino como señala Moisés Naim para el diario El País de España: “Antes, el mensaje de Al Qaeda era más fácil: luchamos contra represivos e impíos dictadores en los países árabes, quienes mantienen a sus pueblos en la miseria mientras ellos se enriquecen gracias a su contubernio con el odiado -y más impío aún- imperio estadounidense. Para un joven sin trabajo, sin futuro y sin otros canales por donde encauzar sus energías, frustraciones y esperanzas; esta llamada a la lucha era irresistible. Hoy, ese mismo joven tiene la alternativa de salir a luchar no para matar inocentes en otros países, sino para cambiar las cosas en el suyo. Y su recompensa la puede vislumbrar acá y ahora, no en un más allá poblado con los mártires suicidas de Al Qaeda.”
Los millones de personas que le ponen el pecho a las balas exigiendo libertad, democracia y derechos sociales en los países árabes, han debilitado más al terrorismo que cualquier movida de los servicios de inteligencia imperiales. En la reciente movilización realizada en Marruecos en estos días, no solo se exigían reformas sino que se realizó una dura condena al terrorismo, que en su último ataque en Marrakech dejo un tendal de víctimas inocentes.
La “primavera árabe”, como toda gran revolución, es el principal factor de debilitamiento del poder imperial en el mundo. Ha fortalecido la lucha de los pueblos de Irak y Afganistán contra los yanquis que no ven como salir de un atolladero donde ya han sido derrotados y pierden miles y miles de millones de dólares, en un momento que la enorme crisis económica por la que atraviesan les obliga a recortarlos, so pena de que se les venga abajo toda la estantería a manos de un pueblo cansado por el desempleo, el deterioro de sus condiciones de vida y la ineficacia de los gobernantes de turno sirvientes de los grandes bancos y empresas.
Nosotros rechazamos la prepotencia y los asesinatos llevados a cabo por el imperialismo, sus gendarmes y socios israelíes y europeos. A ellos y su política de invasión, saqueo, opresión y explotación de los pueblos del mundo, entre ellos el árabe. Estos asesinos son los responsables de que para enfrentar tamaña agresión se utilicen métodos de terrorismo individual que no compartimos, porque terminan yendo contra los genuinos intereses de los trabajadores y el pueblo movilizados. A Osama lo había matado políticamente la revolución árabe mucho antes que las balas imperiales atravesarán su cabeza y su pecho.
La revuelta arabe es la avanzada de los pueblos en su lucha para que la crisis capitalista no se descargue sobre los hombros de los trabajadores y los pueblos pobres. Sus logros tirando gobiernos dictatoriales y hambreadores son un gran espaldarazo a los que enfrentan a Israel, a los que combaten a las tropas yanquis en Irak y Afganistán, a la lucha de los pueblos latinos contra los planes de ajuste de los gobiernos pro imperialistas, y a los que se rebelan contra el poder en Europa y EEUU. peleando a brazo partido para que no sigan descargando la crisis sobre las espaldas de los pueblos.


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