Córdoba: Conflicto de la salud

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La rebelión de los hospitales

El reclamo por una recomposición que eleve los salarios al nivel de la canasta familiar ya lleva 6 semanas de paro y se mantiene firme.

Marcelo Maceira, Integrante de la Mesa Provincial de CTA

La UTS (Unión de Trabajadores de la Salud, entidad de base de FeSProSa) le dio cuerpo a esta verdadera rebelión de la salud. Junto a ATE vienen impulsando la medida, en coordinación con “Enfermeras unidas” y otros sectores como la llamada interhospitalaria. Las asambleas hospitalarias marcan el ritmo de este conflicto que está haciendo historia. El gobierno hace oídos sordos a una lucha que cuenta con un extendido apoyo social, e intenta desmontar el conflicto apelando a la desgastada burocracia del SEP.

La maniobra de otorgar aumentos sectorizados, mediante la cual el gobierno de Schiaretti pretendía dividir a los trabajadores de la salud, le salió mal. El incremento salarial de $1200 que sólo recibieron los obstetras, declarando la especialidad como “recurso humano crítico”, encendió la mecha. El Hospital Neonatal votó el paro por tiempo indeterminado, exigiendo que toda la salud sea amparada bajo esta figura y el efecto contagio fue sumando hospitales hasta superar los 30. Lo propio hicieron los dispensarios provinciales y hasta los trabajadores de la salud afiliados al SEP (Sindicato de empleados públicos) pararon por fuera y sin esperar a que su burocrática conducción lo hiciera.

El primer logro de este conflicto, ha sido lograr visualizar masivamente el deplorable estado de la salud pública, víctima del vaciamiento planificado desde el estado provincial, socio garante del negocio de la salud privada.

Sin respetar jurisdicciones, el contagio se extendió también a los hospitales municipales, lo que potenció la lucha que los trabajadores del SUOEM (Sindicato municipal) venían impulsando contra el intendente K Giacomino, exigiendo el pase a planta de los contratados y monotributistas.

Unidad y coordinación para ganarle al gobierno y al SEP

La UTS, que organiza a trabajadores de todos los sectores de la salud, y ATE, son los principales impulsores del conflicto. Las cuatro primeras semanas se dieron en un marco de poca coordinación entre estas conducciones, pese a los esfuerzos de la UTS. Recién a mediados de octubre se logró avanzar en una coordinación que incluyera a todos los sectores en lucha, lo que redundó en un fortalecimiento frente a la intransigencia del gobierno.

No poder ignorar por más tiempo el conflicto y el crecimiento del repudio por abajo, fue lo que obligó a la traidora conducción del SEP (único gremio “reconocido” por el gobierno) a enrolarse cuando promediaba la cuarta semana. Sus intenciones son claras y ya no sorprenden a nadie, quieren dividir y debilitar la pelea, intentando allanarle el camino al gobierno para desmontar la lucha. La sociedad del SEP y el gobierno provincial es tan poco sutil que José Pihen, su secretario general, asumirá el 10 de diciembre como diputado provincial del PJ de De la Sota.

El proceso está entrando en una etapa que exige profundizar el camino de la coordinación y la unidad de todos los sectores en lucha para ganar. Es la hora de intensificar las medidas y rodear al conflicto del mayor apoyo posible para quebrar la necedad del gobierno.

Podemos ganar la pulseada

Schiaretti trabaja a contrareloj para dejarle a De la Sota una provincia “ordenada”. El único problema que se interpone en su meta es la realidad. Los hospitales parados y la fortaleza del reclamo son una piedra en el zapato del gobierno.

Schiaretti ha fracasado en todas las medidas con las que esperaba debilitar el conflicto. Las patotas, los descuentos selectivos, las amenazas, los insultos y las intimaciones no lograron agrietar el ánimo de los trabajadores. Ya nadie le cree cuando habla de conciliación obligatoria, ya que al no reconocer a los gremios y movimientos que encabezan la pelea, debería dictársela al SEP, quien no cuenta actualmente con la fuerza necesaria para levantar y traicionar el conflicto, como solía hacer.

¡Sigamos hasta ganar!

La pulseada no es fácil, pero también es cierto que no hay otro camino que conduzca al salario y las condiciones por las que venimos peleando hace años.

Hay que torcerle la mano al gobierno y obligarlo a sentarse y negociar con los gremios que están luchando. Desde la Corriente Sindical del MST en la CTA llamamos a todas las organizaciones políticas y sociales a pronunciarse, rodear de solidaridad el conflicto y aportar al fondo de huelga para enfrentar los descuentos y fortalecer la pelea.

En las próximas semanas es indispensable fortalecer la unidad y la coordinación, decidiendo todo, como hasta ahora, en las asambleas junto a los compañeros de los hospitales y centros de salud.


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