Debates: ¿Los jóvenes son todos ‘K’?

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Luego de la muerte de Néstor, desde el aparato multimedios oficial, se lanzó una campaña muy fuerte sobre «el despertar» de los jóvenes que había logrado el kirchnerismo. Pero aún después de haber ganado con comodidad, la realidad juvenil no encaja con los discursos gubernamentales.

Tras el golpazo propinado al régimen político por el 2001, los viejos aparatos sufrieron una importante sangría militante. Las limitaciones que tuvo el movimiento para ‘que se vayan todos’, no impidieron que se fueran muchos de los partidos del sistema.

En esa realidad vivieron muchos jóvenes, sin conocer los ‘momentos de gloria’ de las viejas estructuras del bipartidismo en la juventud. Incluso algunos, más cercanos, sin tanta fuerza, pero donde tenían una estructura militante juvenil visible.

Es por eso que, la militancia juvenil del gobierno aparece como algo novedoso, y es agigantada por el aparato comunicacional K.

Pero, a la hora de los bifes, las cosas son diferentes.

En las facultades y lugares de estudio

Entre las elecciones primarias y las generales, se realizaron elecciones estudiantiles en varias de las universidades más importantes. En todas ellas el gobierno y sus aliados fracasaron en sus objetivos.

No lograron ganar centros en la UBA, perdió algunos en La Plata, Córdoba y Mendoza.

En los terciarios tampoco avanzó. Perdió por mucho en el Joaquín V. González y tuvo que suspender escandalosamente elecciones en la zona oeste de provincia de Bs As para no quedarse sin nada.

Tampoco fue la gran cosa entre los secundarios.

Ejemplos parecidos se relatan en el resto del país, mostrando que abajo, donde se tienen que organizar para pelear por sus necesidades concretas, los jóvenes estudiantes, eligen otro camino. Mayormente, optando por los distintos espacios de izquierda.

En las luchas y en los lugares de trabajo

Durante todos estos meses hemos visto movilizaciones y reclamos, en muchos de ellos los jóvenes son un componente fundamental.

En el caso de la pelea por el medio ambiente y los recursos naturales, los que se movilizaron, por ej., en Mendoza tuvieron que hacerlo contra el aparato de La Cámpora. Cosas similares pasan en el San Juan de Gioja y vamos hacia esta perspectiva en Andalgalá, ya que la gobernadora K de Catamarca defiende a las megamineras.

Muchos de los combativos jóvenes docentes de Capital pudieron ver con claridad el papel de la conducción kirchnerista de UTE, que abandonó la lucha por el estatuto. Cosas similares vivieron los jóvenes docentes santacruceños cuando los reprimían y detenían frente al Ministerio de Trabajo.

También fueron muchas las jóvenes que comprendieron la negativa del gobierno a legislar por el derecho al aborto.

En los calls los miles que trabajan sin poder ni abrir la boca, conocen bastante bien las bondades del modelo. En las fábricas, en las líneas de colectivos, trenes, subte, en miles de comercios y lugares de trabajo, aunque muchos hayan votado a Cristina, no fueron, no son y mucho menos serán jóvenes K.

Lo que viene es Indignación, no CrisPasión

No es la intención de este artículo negar la existencia de militantes jóvenes que defienden al gobierno. Incluso reconocemos que una parte lo hace con honestidad, sin pretender prebendas a cambio.

Pero lo que estamos debatiendo es para donde va la juventud en este país.

Y en ese sentido, somos categóricos:

Cuando los tarifazos, aumentos de precios y los intentos de techo salarial salgan de los anuncios y lleguen a los bolsillos; cuando la crisis se haga sentir y el modelo muestre que sólo tiene soluciones para los empresarios; cuando los ataques a los que luchan se muestren en todo su alcance, lo que van a hacer los jóvenes puede verse mirando a Egipto, Grecia o España.

Ahí, en esa ‘primavera’ lo que veremos no va ser CrisPasión, sino mucha, mucha indignación.

Martín Torres


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