Maristella Svampa sobre la megaminería

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“Un modelo de saqueo y depredación”

El 24 de febrero se realizó una charla sobre megaminería en la sede central del MST. Participaron del debate: Maristella Svampa, Dra. en ciencias sociales; Guillermo Pacagnini, integrante de la Mesa Nacional de CTA y Mariano Cervantes, asambleísta de Belén (Catamarca). Reproducimos a continuación una síntesis de la exposición de la Dra. Svampa.

 

“Estamos ante a una nueva fase de acumulación, una división internacional del trabajo donde los países periféricos subsidian el consumo de los países más poderosos, exportando materias primas.
Hay una fuerte tendencia a la monoproducción o al monocultivo, como en Argentina, donde existe un inmenso monocultivo de soja en las provincias pampeanas y en el norte. Pero las provincias cordilleranas parecen estar condenadas a un destino minero. La Argentina es la sexta reserva mundial de minerales en estado de diseminación.
Pero el extractivismo también genera conflictos. En toda América Latina hay una nueva situación de conflictos socioambientales vinculados a la existencia de estos megaproyectos. El Observatorio Latinoamericano de Conflictos Mineros considera que hay, aproximadamente, unos ciento veinte conflictos en toda América Latina que involucran aproximadamente a 150 comunidades.
En los años 90 se sancionó un marco jurídico en Argentina y en otros países latinoamericanos, que se ha continuado y consolidado hasta hoy. Se hizo lo que se llamó un “ajuste sectorial” por el cual se modificaron códigos mineros y se sancionaron leyes que beneficiaron enormemente a las grandes empresas mineras.
En 1994, con la modificación de la constitución, los recursos naturales argentinos pasaron a ser dominio natural originario de las provincias. Y el Estado nacional se autoexcluyó de la explotación, con lo cual quedaba obligado a concesionar a capitales privados el proceso de explotación de la minería. De esta manera queda garantizado el despojo de nuestras riquezas porque estas grandes corporaciones transnacionales están exentasde numerosos impuestos y tasas que otras actividades económicas pagan normalmente.
No se trata sólo de un modelo de saqueo económico y de devastación institucional, sino también de depredación ambiental, porque la megaminería genera o está en el origen de procesos de contaminación del agua, del aire, de la tierra. Provoca enfermedades en la población donde se implantan estos proyectos. Las explotaciones mineras duran un promedio de quince años y en general, cuando se retiran, esas empresas no se hacen cargo de los pasivos ambientales que dejan, sino que es la población y el Estado, quienes deben ocuparse del problema.
No podríamos reducir la discusión de este problema preguntando si Bajo La Alumbrera, emprendimiento implantado en Catamarca en 1997, utiliza cianuro o no, si contamina el agua o no. No es una discusión solamente técnica, es también económica y social, que involucra a las poblaciones. Y también es una discusión política, que abarca a toda la sociedad y que tiene que ver también con la concepción que de la democracia y del desarrollo tengamos cada uno de nosotros. Y también de proyecto de país.La gente que hoy cuestiona la megaminería, no se opone a todo tipo de minería. Se opone a un tipo de minería que es la única que efectivamente se puede desarrollar hoy, puesto que los minerales ya no se encuentran bajo la forma de vetas, se han agotado. Hoy están diseminados y, para ser extraídos, las montañas deben ser dinamitadas. Y para poder separar el mineral que se busca de los otros minerales, es necesario aplicar substancias altamente contaminantes como el cianuro o el mercurio.
Demás, para poder lixiviar ese mineral, se utilizan grandes cantidades de agua y energía. Por ejemplo, Bajo La Alumbrera, está autorizada a usar cien millones de litros de agua por día. Eso es, aproximadamente, la cantidad de agua que utiliza diariamente toda la provincia de Catamarca para su consumo doméstico.
Este modelo implica proyectos de gran envergadura querepercuten sobre las comunidades del territorio donde se instalan. Es un modelo de minería transnacional pues sólo las compañías transnacionales están en condiciones de realizar grandes inversiones de capital para poder llevar a cabo esos emprendimientos.
Y, en el caso de Argentina, el Estado se autoexcluye antes de la explotación.Por lo tanto se trata de un modelo de “mal desarrollo”, un modelo nefasto que tiene las características del saqueo y de la depredación.”

Edición: Hugo Scotte


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