Tironeos entre el gobierno y Repsol: ¡Nacionalización ya!

Spread the love

Buscando hacer caja y a la vez, recomponer su imagen, el gobierno viene tomando medidas sobre áreas inactivas de Repsol. Sin nacionalizar YPF, bajo control de trabajadores, no hay salida al problema del petróleo y el gas.

Martín Torres

.

.

.

.

.

.

.

Ya son diez las concesiones de Repsol que caen en pocos días en cinco provincias: Chubut, Santa Cruz, Neuquén, Mendoza y Salta. Se especula con que Río Negro haría anuncios similares. Mayormente afectó zonas inactivas o con poca incidencia en la producción de la multinacional. El motivo adelantado por los gobernadores es la falta de cumplimiento en los planes de inversiones. La empresa ya adelantó que piensa resistir judicialmente.

Una política permanente

Aunque se ha hecho más evidente en los últimos años, la política de la multinacional española -y también de sus socios locales del grupo Petersen (Eskenazi)- han convertido todo el dinero que obtuvieron de la producción en utilidades para los accionistas.

Aunque repartieron ganancias por casi 1.000 millones de dólares, la producción promedio de petróleo disminuyó el 4.9% y la de gas natural 4.7% en 2008. Entre diciembre de 2007 y el mismo mes de 2010, la baja en las reservas fueron de 15% en crudo y 32% en gas, tendencia que continuó en 2011.

Lo mismo pasó con la producción promedio de las refinerías en 2009, que disminuyó un 5.4%. En ese mismo año, el gobierno le autorizó a Repsol ajustes en las tarifas de combustibles, pero nada de eso se expresó en nuevas inversiones.

Es que la empresa no tiene ningún interés en explorar nuevos pozos a gran escala ni en desarrollar su capacidad de refinación. Por eso, tras 22 años de autoabastecimiento, por primera vez el año pasado nuestro país pasó a tener que exportar petróleo, generando un rojo de 3.000 millones de dólares.

¿Por qué ahora?

Lo que describimos arriba fue la cruda realidad de todos estos años. Sin embargo, reinó la más cordial de las relaciones entre la empresa y el gobierno K. Para explicar el actual cambio se mezclan cuestiones de negocios locales con el contexto de crisis económica internacional.

Por un lado, Eskenazi se estaría «quedando con el vuelto», incumpliéndole a la presidenta acuerdos hechos con Néstor que le permitieron al empresario convertirse en accionista de Repsol. Para el kirchnerismo, sus propios negocios no son un tema menor.

Pero el marco global de nubarrones económicos enciende luces de alerta más allá de la familia. Los tiempos de ajuste que se vienen serán muy duros si no se tiene una caja para seguir teniendo amigos «en las malas». Esa es la razón para los anuncios actuales y quizás hasta para mayores peleas.

Nacionalizar YPF, bajo control obrero

Las áreas que removieron las provincias son viejas, de baja producción. Incluso le ahorraron dinero a Repsol, ya que cerrar un pozo es muy costoso y ahora las provincias se encargarán de eso.

El apoyo a las privatizaciones menemistas, cuando gobernaban Santa Cruz y la defensa de ese modelo hasta nuestros días no deja dudas sobre la esencia del proyecto K: son socios que disputan para ver quién se queda con la mayor tajada. En ese tironeo, como ya vimos con Aerolíneas, el país y el pueblo trabajador quedamos afuera.

Si queremos salir de esa política de vaciamiento y entrega de los recursos naturales, hay que terminar con el saqueo y recuperar lo que es nuestro.

La única solución es nacionalizar YPF, volviendo a poner en manos del país la producción de petróleo y gas. Y para evitar la corrupción y el mal funcionamiento, la empresa pública tiene que estar bajo el control de los trabajadores.

Así daríamos en verdadero paso adelante y contaríamos con recursos para poner en marcha un plan de reindustrialización del país, que genere trabajo genuino y rompa la dependencia de las potencias imperialistas, sus corporaciones y sus socios locales, que se quieren quedar con todo. Lo demás, es para la tribuna.

 


Publicado

en

por