Otro fracaso de Obama y los yanquis
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El pasado 14 y 15 de abril se reunió en la ciudad de Cartagena Colombia, la VI Cumbre de las Américas. Esta vez este organismo históricamente funcional a los intereses norteamericanos, en el cual Cuba nuevamente fue vetada por EEUU y Canadá para participar, terminó en un gran fiasco. Este se reflejó, más allá de las declaraciones contemporizadoras de algunos de los presidentes de la región, en que no se pudo consensuar una declaración común que cierre la Cumbre.
El organismo mostró una vez más la crisis en la que se encuentra, y que ya se vio expresada en el año 2005 en Mar del Plata, cuando Bush no pudo avanzar en su intento de imponer el ALCA. Justamente la liberación del comercio, tan cara a los intereses imperialistas en épocas de crisis, fue uno de los ejes centrales de la intervención de Obama, que si bien ha obtenido algún éxito parcial como la implementación de un TLC (Tratado de Libre Comercio) con Colombia, encuentra una resistencia importante en los países de la región, no por la vocación anti imperialista de muchos de sus gobiernos, sino centralmente por la resistencia de los pueblos que luchan para evitar que la crisis capitalista se descargue sobre sus espaldas.
La exclusión de Cuba fue uno de los temas centrales del debate y hasta el pro imperialista y represor presidente de Colombia tuvo que reclamar el fin de esta medida. Mucho más consecuentes fue la actitud de los presidentes Correa de Ecuador y Ortega de Nicaragua, que se negaron a acudir a dicha Cumbre por la exclusión del país caribeño.
Tampoco se logró una declaración s con el reclamo de solidaridad con las Islas Malvinas y nuestra presidenta Cristina Kirchner aclaró, frente a las versiones periodísticas, que no se retiró antes de la Cumbre por este hecho. O sea que para ella es lo mismo quedarse en una Cumbre funcional a las necesidades de EEUU que irse. Lo cual es coherente con la buena reunión que dijo tener con el presidente yanqui.
Finalmente tampoco se llegó a una declaración común sobre el candente tema de la despenalización de la droga, el cual EEUU se niega a abordar, ya que para ellos contrariamente a su discurso oficial, el tráfico de estupefacientes es un negocio de miles de millones de dólares, que podría peligrar si se avanzará en este sentido.
La Cumbre tuvo finalmente dos anécdotas que la pintan de cuerpo entero. Por un lado el aparato de seguridad de Obama contratando prostitutas locales y luego negándose a pagarles, en un colmo de prepotencia imperial. Por el otro Shakira equivocándose al entonar el himno de su país y luego mendigándoles a los empresarios reunidos que inviertan en la infancia pobre para luego tener beneficios cuando los niños crezcan.
El presidente uruguayo Mujica, aunque al final moderó sus críticas, señaló que era una barbaridad que los yanquis vinieran a una Cumbre donde nadie iba a estar de acuerdo con sus propuestas. En realidad el circo de esta Cumbre le sirvió a Obama, según cuentan los analistas políticos, para reforzar su campaña electoral sobre la comunidad hispana de su país. Ninguna reunión con los yanquis es inocente y los que asistieron a la Cumbre le dieron en esto una mano al mandante imperialista.